La proverbial ofensiva de los Medias Blancas de Chicago estuvo apagada en el Minute Maid Park. Pero este domingo, al regresar a casa, explotó ante el venezolano Luis García y sus relevistas, para dar la razón al manager Tony La Russa y dejar la serie divisional 2 juegos por 1.
La Russa aseguró el viernes que los suyos podrían golpear a los Astros de Houston. Y por fin lo hicieron, con un ataque de 16 hits que sentenciaron el duelo. Ganaron los anfitriones 12 carreras por 6.
A García no le fue bien. Ganaba 5 por 1 en el tercero cuando el cubano Yasmani Grandal se la botó con uno a bordo. Y tras embasar a dos bateadores más, fue relevado por Yimi García, que recibió un bombazo de Leury García que volteó el marcador.
Fue un juegazo hasta ese punto. Un toma y dame, pero juegazo de emociones. Porque el sencillo de Alex Bregman en la alta del cuarto igualó de nuevo las acciones y mantuvo a los visitantes con el chance de festejar su clasificación.
LA MAREA BLANCA
El staff de los Astros, sin embargo, se desplomó al cerrar el cuarto. No pudo Leury y fue necesario que Zack Greinke relevara para parar a Chicago.
Cuando terminó ese acto, ya el choque estaba 9 por 6. Y los dirigidos por La Russa no iban a aflojar.
Las rectas de 99 millas por hora del australiano Liam Hendricks terminaron la historia.
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Ya para entonces era un cotejo cerrado. Porque los Medias Blancas duplicaban a sus contrarios 12 por 6.
Pero todavía no respiran con libertad. No pueden perder una sola vez si esperan avanzar a las Series de Campeonato. Aunque La Russa luce seguro.
«Remontar es posible», dijo entonces. Y lo sostiene, tras dar este domingo el primer golpe.
Por Ignacio Serrano