ARLINGTON– El último swing de Omar Vizquel el domingo 7 de junio estuvo cerca de dejarle a un hit de quebrar la marca de imparables de Luis Aparicio. El pitcheo de Jonathan Papelbon, en cambio, quebró algo muy preciado para el caraqueño: un bate especial.
“Ese era el bate de la suerte, el de los hits”, exclamó Vizquel. “De verdad. Era el que había usado toda la temporada. Este de ahora es igualito, pero no es lo mismo. No sé, la pelota no sale igual”.
El capitalino pasó una semana sin dar indiscutibles, desde que el cerrador de los Medias Rojas le rompió el madero predilecto. Aquel fue un swing doblemente fallido. A la pérdida del tolete se unió el esfuerzo del camarero Dustin Pedroia, quien alcanzó el elevado en la grama corta del outfield, para robarle un cohete al capitalino.
Ha podido ser el hit 2.677 en la carrera de Vizquel.
“Si (Pedroia) no le hubiera llegado, no estaríamos en esto”, señaló el infielder, admitiendo su incomodidad porque el batazo para ponerle junto al único inmortal venezolano no llega. “Uno sólo, es todo lo que quiero. Cuando lo empate me quito esa presión”.
El supuesto slump de una semana sufrido por Vizquel en realidad se limita a cinco turnos fallados: el out que consiguió Pedroia y los cuatro del viernes, en el único encuentro que disputó el 11 veces ganador del Guante de Oro la semana pasada.
De ese día lamenta dos ocasiones, especialmente: la primera y la cuarta.
“Tuve que botar ese primer turno, porque (Taylor Teagarden) dio un doble”, comentó. “Tenía que avanzar al corredor”.
El roletazo por la inicial movió a Teagarden, pasó entre las piernas de James Loney y permitió que el corredor llegara al plato por error.
El otro viaje, en el octavo tramo, estuvo tan cerca de igualarle con Aparicio como en Boston, cinco días antes. El roletazo salió con fuerza rumbo al center, pero el pitcher Travis Schlichting tiró un manotazo y mató la bola, permitiendo que el camarero Orlando Hudson atacara y sacara al criollo por menos de medio paso.
“Si no mete la mano, estaríamos listos”, volvió a lamentar Vizquel. “Es imposible no pensar en ese hit que me falta cuando voy al home. Quiero terminar ya”.
Bastaría con jugar a diario, o al menos con saber cuándo le tocará. Ayer habría sido un buen día: domingo, choque diurno y una semana después de sus últimos hits.
“Me están poniendo una vez a la semana, pero a los viejitos nos sientan al día siguiente de uno nocturno”, rió Vizquel. “No sé para qué. Y que necesitamos más tiempo para recuperarnos. Una tontería”.
Lo que él necesita es recuperar el “bate de la suerte”. Y dos imparables más.
El dato
El manager Ron Washington evalúa alinear a Omar Vizquel este miércoles, contra Russ Ortiz.
EL HIT EN EL SHORT
Omar Vizquel está negado a jugar otra posición distinta a las paradas cortas hasta igualar la marca de hits para un venezolano, impuesta por Luis Aparicio. “No. Ese batazo lo quiero dar como shortstop”, insiste el capitalino. “Por eso (el manager) Ron Washington me preguntó dónde prefería jugar al momento de batearlo. Si empato a Aparicio, tiene que ser como campocorto”. Washington quiere que el momento histórico “ocurra aquí, delante de su público”, antes de la gira a San Francisco, que empieza el viernes. Cuanto antes, mejor.
Publicado en El Nacional, el lunes 15 de junio de 2009.