Sin la contundencia de hace cuatro años en el Juego de Estrellas de las grandes ligas (visto arriba en la foto), el «Comedulce» avanzó con dificultad hasta la final, pero resolvió en la última ronda del Derby del Jonrón Pepsi, ante Raúl Padrón y Carlos González
MARACAIBO
Dos swings. No más que eso necesitó anoche Bob Abreu para dominar la ronda final y llevarse la corona en el Derby del Jonrón Pepsi, en un abarrotado estadio Luis Aparicio «El Grande» que aclamó al nuevo campeón.
Abreu se impuso en la ronda decisiva al novato Raúl Padrón y al favorito del público local, el zuliano Carlos González, en una agotadora sesión de tablazos donde quedó patente, una vez más, lo difícil que resulta disparar bambinazos en el estadio marabino.
El «Cachi» primero. Óscar Salazar dominó la primera ronda. Sacó cinco estacazos, cuatro de ellos por el left. Con los primeros tres swings ya había asegurado su entrada a la semifinal.
El éxito del «Cachi» le permitió andarse relajado entre los demás contendores, bate en mano, sonrisa en ristre.
Todo un contraste con, por ejemplo, el novato de la casa, Ernesto Mejía, un gigantón de dos metros, a quien se vio muy serio durante su ronda de 10 pitcheos, y luego, antes de saberse parte de un desempate con Eliézer Alfonzo, Maximiliano Ramírez, Abreu y Carlos Zambrano.
El «Toro» se metió por un tris, después de fallar sus 10 envíos. Lo hizo gracias a una concesión graciosa de los organizadores, que le permitieron volver a batear, como inesperado sustituto del lesionado Luis Jiménez. Sacó una bola, su primer vuelacerca en dos derbys.
«Es que esto es más difícil», admitió Zambrano. «Tienes a todos los fanáticos alrededor, esperando que saques una en cada swing».
González (4), Robert Pérez (3) y Padrón (2) fueron los mejores de la primera vuelta.
Palabra de Vizquel. El desempate previo a la semifinal duró hasta el último swing, el que hizo Abreu para enviar a las gradas del right el único bambinazo que sonó el quinteto de empatados en los tres pitcheos que tuvieron para eso.
El jonrón salió luego de que Omar Vizquel fuera al plato y gesticulara, regañando al «Comedulce». Minutos después, se hizo pública la noticia de que Vizquel fue nombrado embajador de la Unicef, un rol que pocos venezolanos ostentan, el maestro José Antonio Abreu entre ellos.
El torpedero caraqueño no dio mas consejos. Le hizo falta a los demás. El viento del lago, que suele soplar hacia el home, hizo estragos y Padrón fue el único que duplicó en la segunda vuelta, avanzando a la final, algo sorprendido y feliz.
Salazar y Pérez se fueron en blanco. Pero González y Abreu se metieron en la ronda decisiva con un último tablazo.
Padrón, luego de eso, no sacó mas vuelacercas. González sólo sumó uno. Y ante el anuncio de que el «Comedulce» ganaría con sólo agregar un par, Abreu llegó al plato e hizo dos swings, dos intentonas que se convirtieron en largos elevados hacia el alboroto de las gradas de la derecha, dando por terminada la pelea.
Publicado en El Nacional, el martes 17 de noviembre de 2009.
