Los miembros de la tropa melenuda, ya con los dos pies puestos en los playoffs, no hablan de bajar los brazos, sino de seguir ganando antes de la llegada de la semifinal
Gregorio Petit lo advirtió, cuando pisó el terreno del estadio Universitario, antes de comenzar la campaña: los Leones estuvieron tan cerca de conquistar la pasada final, que no olvidan la amargura de haber perdido el festejo.
Quizás por eso se han ensañado tanto contra sus verdugos de entonces, los Tigres, y quizás por eso celebraron de tal modo el viernes, al asegurar su pase a los playoffs.
El equipo que galopó la pasada eliminatoria, avanzando a la semifinal en tan sólo 50 juegos, volvió a cabalgar rumbo a la postemporada, esta vez en cerrada pugna con Magallanes y en 53 partidos.
Los Leones destaparon la champaña 24 horas después que sus Eternos Rivales. Y vaya modo. Bailaron frente a la cueva, saltaron en el medio del cuadro y dieron la vuelta olímpica, como si hubieran completado la meta.
“Nos lo merecemos”, sentenció José Castillo, cuya tórrida ofensiva ha compensado en parte la pérdida de Josh Thole, Jordan Brown y Jon Jay, ya de vuelta en Estados Unidos.
Dave Hudgens, quien no pilotaba un equipo en cualquier liga desde 1995, está claro de que esa determinación ha sido clave para celebrar la conquista de una primera meta.
“No hay buenos managers sin buenos jugadores, y aquí hay muchos buenos jugadores”, indicó el estratega, forzado a elegir tan sólo un aspecto entre los muchos que han determinado el éxito de su divisa.
La espera de la semifinal no encontrará al Caracas relajado en exceso, debido a la seguridad ganada por tan temprana clasificación. Por el contrario, Hudgens promete rotar a sus jugadores, “para mantener fresca a la banca”, pero sin sentar por largos períodos a los titulares.
Hay otras razones por las que el técnico es optimista, respecto a la posibilidad de adormecerse de aquí al 27 de diciembre, cuando inician los playoffs, y no empezar con ímpetu la segunda etapa de la campaña: “Aquí todos quieren seguir ganando. Los muchachos quieren más”.
Petit, quien fue el último out contra los Tigres, en enero pasado, lo dijo claramente hace casi dos meses, cuando comenzó a entrenarse para el inicio de la campaña: “Este año yo no seré el último. A menos que sea porque atrapo el batazo con el que seremos campeones”.
HAMBRE DE GANAR
En la cueva de los Leones hay hambre de victoria, dicen sus integrantes. “Aquí somos una familia, jugando unidos”, señaló Jesús Guzmán. “Tenemos gran química, salimos al terreno a hacer las pequeñas cosas”, terció José Castillo. Con esa determinación, los capitalinos han transitado la primera parte del campeonato, con la segunda mejor efectividad colectiva de la liga y una línea de producción ofensiva que ya desearía un grandeliga para él solo: con .291 de average, .376 de promedio de embasado y .463 de slugging, cifras, las dos últimas, que les sirven para comandar el circuito.
COSAS POR HACER
¿Qué tomará Caracas en la ronda de sustituciones? ¿Pitcheo, para compensar el bajón que sufre el staff desde mediados de noviembre? ¿Un centerfielder que también pueda ayudar como primer bate? ¿Un catcher con poder en el bate? Los melenudos viven un momento complicado, con el relevo de sus importados y el comienzo de la andadura de Franklin Morales, Armando Galarraga y Guillermo Moscoso en la rotación de abridores.
Publicado en el Nacional, el domingo 13 de diciembre de 2009.
