El umpire Carlos Torres se inspira en la hazaña de Manuel González

Otro umpire venezolano piensa en grande. Es un larense que este año irá a clase A y que disfrutó en Florida el debut en las mayores de su colega y compatriota, en la esperanza de que le llegará la hora de igualarle

Carlos Torres tiene un brindis pendiente con Manuel González y espera que ocurra este mismo año, en Nueva York.
Torres es el otro umpire venezolano que se alista en las ligas menores, con la esperanza de llegar algún día a la gran carpa y emular lo hecho hace una semana por su colega, amigo y mentor.

“Disfruté tanto ver a Manuel en las grandes ligas”, afirmó el árbitro larense desde Florida, a través del teléfono, poco después de terminar su labor diaria en el spring training extendido. “Es mi amigo desde antes de empezar en esto. Desde que estoy aquí me llama constantemente, está pendiente de todo lo que pueda necesitar. Viví su debut con gran alegría”.

González se convirtió el 17 de mayo en el primer venezolano en arbitrar un juego en las mayores, al aparecer como auxiliar de tercera base en el duelo entre Cascabeles y Marlins, en Miami. Un día después, repitió en la segunda.

“Lo que hizo Manuel cambió en algo las cosas para mí”, confesó Torres, quien en 2009 trabajó en la Liga de la Costa del Golfo, categoría de novatos, y en 2010 irá a la Liga de Nueva York-Pennsylvania, clase A corta. “Siempre he confiado en mi trabajo, pero ahora veo más claro que sí se puede, aunque los estadounidenses sean celosos de su trabajo y este sea un mercado tan pequeño”.

Sin duda es un mercado pequeño, el de los umpires. Basta con ver el recorrido que ha hecho Torres en poco más de 12 meses, para constatar cuán difícil es su meta.

El primer paso fue un curso en Los Ángeles. Asistieron 70 aspirantes y había 7 becas disponibles. El venezolano ganó una de ellas y pudo acudir a la escuela de árbitros, donde 150 jueces buscaron uno de los 20 puestos abiertos en el spring training extendido. En el último filtro formó parte de un lote de 60 umpires, entre quienes sólo 5 lograron empleo en las menores.

El cuello de botella no ha terminado. En la Nueva-York-Pennsylvania únicamente serán 14 árbitros, dos por cada juego. Hay ligas de clase A avanzada con sólo una docena de hombres de azul en su nómina. Incluso en triple A, González a menudo forma equipo con sólo dos colegas.

Es un panorama muy diferente al de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, donde los grupos muchas veces son de cinco hombres, incluyendo un suplente.

“Este es mi sueño, desde que comencé en la liga paralela, en Barquisimeto”, indicó el ex estudiante de la Universidad Fermín Toro, donde cursaba administración. “Llevo 12 años, desde que empecé en ligas infantiles, para pagarme mis estudios. Amo mi trabajo. Aunque es muy duro estar seis meses lejos de mi esposa Argelit y mi hijo Carlos Jesús”.

Cuando las cámaras enfocaron a González en el Sun Life Stadium, el lunes, Torres sintió que ese sacrificio vale la pena.

“Manuel es el mejor árbitro que he visto en mi vida”, concluyó el barquisimetano. “Ahora que voy a Nueva York, espero que le toque trabajar por allá, para vernos. Sentí una gran alegría por él. Desde entonces, pienso que algún día seré yo”.

La frase:
“Darío Rivero me dio el primer empujón, en la liga paralela. Gracias a Dios, las cosas han marchado bien desde entonces”
Carlos Torres

DE BARQUISIMETO A SARASOTA

Carlos Torres estaba en Sarasota, cuando habló con nosotros. Había terminado su jornada diaria en el spring training extendido y se preparaba para ir a almorzar. Nos atendió con amabilidad.

-¿Serás el próximo umpire venezolano en las grandes ligas?
-Amén. Estoy trabajando muy duro.

-¿Te hizo falta estar en Miami cuando debutó Manuel González? Él nos dijo que te llamó, para invitarte.
-Sí. Pero ese día me tocó un juego tarde y salí como a las 4 de la tarde de Port Charlotte, que queda como a tres horas de Miami. Espero que cuando me vaya a Nueva York él trabaje por allá, para poder vernos.

-¿Lo viste por televisión? 
-Sí. Y a decir verdad, lo disfrute tanto como él. Manuel es mi amigo desde hace como 10 años, desde antes de entrar a la liga venezolana. Me ha ayudado mucho que llegue el año pasado a la escuela, al campamento, y siempre ha estado pendiente de mí; me llama siempre, está pendiente de todo lo que necesito. Por eso lo disfrute mucho, lo viví con él y me alegró mucho. Es el mejor arbitro que he visto en mi vida».

-¿Cambió en algo lo que hizo?
Sí cambió. Siempre confié en mi trabajo, pero lo que él hizo te ayuda, te hace ver que otros podemos tambien lograrlo. Piensas que los americanos son celosos en su trabajo, y mas en nuestra profesión, que es un  mercado pequeño. Aquí somos dos umpires por juego. A la liga que voy somos 14 umpires en total. Lo de Manuel me empujo un poquito mas en este camino. Mi meta es llegar a las grandes ligas y él me lo recuerda a cada momento.

-¿Qué te atrae de arbitrar? 
-Años atrás soñe con llegar a la liga venezolana. Cuando comencé en la paralela, en Barquisimeto, porque soy de alla, Darío Rivero me ayudó y me dio el primer empujon para llegar a la LVBP. Gracias a Dios ha marchado bien, tuve la oportunidad de estar aquí desde el año pasado, cuento con el apoyo de mi familia y, aparte que amo mi trabajo, tengo el respaldo de mi esposa. Este es mi sueño de toda la vida.

-No debe ser fácill, estar lejos de la familia tanto tiempo.
-Es muy duro dejar a mi esposa y a mi hijo de dos años y medio durante seis meses. Pero el sacrifico vale la pena, como lo demostró Manuel.

-¿Cuál es la rutina en el spring training extendido?
-Los juegos son a mediodia y después vamos al gimnasio, para entrenamos durante un par de horas. Debemos mantenernos en contacto con los supervisores. Aquí no evaluaciones, las harán cuando comience la liga, pero nos ven y nos dicen qué debemos mejorar, para cuando comiencen la temporada. Entonces empezarán las evaluaciones.

-¿Hace diferencia haber trabajado en la LVBP?
-Tengo un poquito más de experiencia que los que trabajan conmigo aquí.

-¿Cómo comenzaste? 
-Tengo como 12 años en esto. Empece con niñitos, cuando estaba estudiando en la universidad Fermín Toro. Estudiaba administración y con eso me ayudaba a pagar los estudios. Le fui agarrando amor al trabajo, hasta que llegue a la LVBP y dejé mi carrera en el cuarto semestre. Gracias a Dios, ha dado resultado.

-¿Qué edad tienes?
-Tengo 30 años.

-¿Es difícil la experiencia en el beisbol organizado? ¿Cómo te ha ido con el inglés? ¿Puedes responder rápido, cuando te reclaman algo?
-Es difícil. No sabes cuánto. Los americanos son los dueños del negocio, nosotros los latinos venimos a ganarnos el trabajo. El año pasado, en la escuela, se me hizo bastante difícil hablar el inglés. Pero cuando empezó la temporada, dije que aprovecharía la oportunidad, aunque no tuviera un inglés perfecto. Gracias a Dios, este año he aprendido bastante y lo sigo estudiando todos los días.

-¿Cómo es trabajar en una profesión donde hay que pasar desapercibido, o donde, cuando alguien te nota, te considera el ogro? 
-Nada es perfecto. Amo mi trabajo. Cuando paso desapercibido es porque lo hice bien. Encuentras a veces a algunos que te dicen que lo hiciste bien, que sea ingrato es parte de lo nuestro.

-¿Jugaste pelota? ¿Quisiste ser grandeliga?
-Cuando niño jugué. Claro, todos soñamos con ser peloteros profesionales. Lo dejé como cuando tenía 15 años. Después me dediqué a mis estudios.

-¿Quién era tu jugador favorito? 
Cuando niño, Omar Vizquel. Aunque yo era pitcher. Mi lanzador favorito era Urbano Lugo.

-¿Cómo dejaste atrás el hecho de que todos llegamos al beisbol siendo aficionados de algún equipo? En nuestras profesiones, debemos ser ecuánimes.
-Mi primer juego en el profesional fue un Caracas-Magallanes en la paralela. Cuando vi las camisetas de ambos equipos vi que lo mío ya era otra cosa. La ética y la profesión son otra cosa. El fanatismo se te quita.

-Cuando viste a Manuel en televisión, ¿pensaste en que podías ser tú?-En realidad sí lo hice. Pensé que yo puedo estar ahí algun día. La mente me cambio. Realmente agradezco el apoyo que he recibido de mi padre, de mi hermano y mi esposa. Y sobre todo de la liga venezolana. Estoy aquí por ellos, porque los viajes son muy costosos y yo no habría podido hacerlo solo.