Jesús Guzmán: “Me acostumbré a ganar”

Jesús Guzmán saldrá hoy de vacaciones hacia el oriente del país, pero antes de tomar la ruta del sol, pasó por el estadio Universitario para visitar ayer a sus compañeros en las prácticas de los Leones y hacer oír un grito de guerra: “Quiero ganar. Sólo cuando ganas, el ambiente en el equipo es el mejor. Quiero darle ese gusto a la fanaticada”.

Guzmán regresó de Estados Unidos, deseoso de pasar unos días con su familia. Viene de casi siete meses de acción, incluyendo el spring training, y de dejar .321 de average, un promedio de embasado de .376 y .510 de slugging en triple A.

Quiere estar con su hija Brianna Bárbara y volver a las raíces, así no sea por mucho tiempo.

“El 5 de octubre me reincorporo al trabajo y estaré con el equipo desde el día inaugural”, anunció el sucrense, convertido en jardinero por los Gigantes con la excusa de que, con ese movimiento, se establecería en las mayores. “Me siento bien allí. Me gustaría jugar en el outfield aquí, pero no es una condición. Juego donde me necesiten. Incluso puedo ser el catcher, si quieren”.

A Guzmán le ha costado adaptarse a un lugar en el infield, por sus características defensivas. Pero jamás le ha costado batear. Su línea ofensiva, después de siete campañas en las menores, es .303/.369/.476, pese a lo cual, aún no se consolida en la gran carpa.

“Estoy contento por lo que hice”, indicó, con un leve mohín. “Comencé lento, pero terminé bien. He hecho mi trabajo. No ha sido por flojera ni por mala conducta que no me he quedado en las grandes ligas. Ya llegará el momento”.

Títulos, más que records. Guzmán visitó el Universitario para saludar a sus amigos. Pero es tanta la juventud en el campamento melenudo, que la mayoría de sus conocidos forma parte del cuerpo técnico.

Abrazó a Julio Franco, se sentó a conversar con David Davalillo, habló con el ejecutivo Ives Hernández y paseó por el dugout, vestido de riguroso negro y con rostro cordial.

“La temporada pasada ha sido la más satisfactoria para mí, porque quedamos campeones”, razonó. “En la anterior a esa impuse el récord de impulsadas, pero no ganamos”.

El retorno, ya sin hambre de la revancha —como sí la hubo en la 2009-2010— le tiene pensativo desde hace meses.

“Lo he hablado con los gerentes”, apuntó. “Necesitamos que contraten buenos importados. Quiero seguir ganando. Me acostumbré a ganar”.