Un tubey del campocorto melenudo, en su estreno esta temporada, empujó ayer la carrera de la diferencia en la victoria 6-4 frente a La Guaira
Nunca se sabrá si fue por la exhortación que, antes del juego, hiciera el manager Dave Hudgens o si se debió a la incorporación del siempre animoso Gregorio Petit, pero la entumecida ofensiva del Caracas despertó anoche y lució, por fin, aquella capacidad de reacción que hace menos de un año le dio el título a la institución.
Un jonrón de tres carreras de Carlos Maldonado y un doble impulsor de Petit coronaron un séptimo inning de cuatro rayitas y los Leones batieron a los Tiburones 6 por 4 ayer, en el estadio Universitario.
Hudgens reunió a sus peloteros antes del duelo y les instó a recuperar el espíritu de la 2009-2010.
“Nos dijo que debíamos esforzarnos para encontrar esa química del año pasado”, relató Órber Moreno, quien se llevó el salvado con dos innings en blanco. “Nos pidió que nos apoyáramos, que nos diéramos ánimo, que recuperáramos esa química otra vez”.
Petit fue clave para ello. No sólo porque estuvo perfecto en el shortstop, con 12 chances y 2 dobleplays, sino porque llevó la voz cantante en el dugout desde el principio, al saltar a saludar primero que nadie a Tyler Graham, cuando los melenudos tomaron ventaja en el inning inicial.
Pero la consumación del llamado de Hudgens tardó hasta el séptimo acto. Antes de eso, los capitalinos dieron siete boletos, tres pelotazos y fueron amarrados por Brian Gordon —quien se fue lastimado—, Nic Ungs y hasta Yoervis Medina, quien se desplomó cuando más se necesitaba aguantar.
“Secreto de familia”, expresó Petit con una carcajada, interrogado sobre el drástico cambio que ocurrió entonces.
Contó el torpedero que Ronald Uviedo predijo ante sus compañeros que Jackson Melián daría un cuadrangular en ese séptimo pasaje, pero el recién llegado le atajó, vehemente: “Un jonrón no, un hit. Jonrón mata rally”.
Química, habilidad para predecir el futuro o simplemente suerte, Petit acertó cuando Melián se embasó por sencillo dentro del cuadro y dio su visto bueno al deseo de Uviedo.
“Ahora sí”, aseguró el bigleaguer que clamó en la cueva. “Maldonado la puede botar, porque ahora sí empatamos el juego”.
El catcher de los felinos vio pasar un slider de Medina, con Goedert y Melián en ciculación, y se aprestó para el tablazo.
“No quería que me pasara con la recta y adiviné”, relató Maldonado. “Desde que le di sabía que se iba”.
El destino quiso que el aplaudido debutante se convirtiera en la figura. Jorge Julio Tapia relevó y ponchó a Marwin González, antes de permitir un imparable a Leonardo Gil. Caminó al plato el noveno bate y ante un slider imbateable cayó en dos strikes.
“Tapia siempre fue mi compañero y no es lo mismo ver sus pitcheos en el home”, apuntó Petit. “Me quería ponchar, me repitió el envío y salió ese batazo. Fue cuestión de suerte”.
Suerte o química o inspiración por su llegada. Sea como fuere, Hudgens fue complacido y los Leones saltaron de golpe del último al sexto lugar.
Bubba Bell se convirtió en el primer caraquista en oír abucheos de la afición, impaciente por la baja producción metropolitana. Parte del público en el Universitario pitó al jardinero cuando falló por tercera vez y arreció en la cuarta, aunque apenas suma 16 turnos al plato en el circuito
Publicado en El Nacional, el viernes 22 de octubre de 2010.
