Las lluvias y el calendario de la LVBP
Los ocho equipos que integran la Liga Venezolana de Beisbol Profesional decidieron, en abril, retomar el viejo calendario que da inicio a la postemporada el 2 de enero. ¿El principal argumento? No había mayores riesgos que correr. Y resulta que sí los hubo, con las lluvias que azotan el país
Hace algunos meses, los ocho equipos de nuestra pelota decidieron mover las fechas de la temporada, empezando más tarde la eliminatoria y los playoffs.
Retomaron así el esquema de los calendarios anteriores al campeonato 2009-2010.
En aquel momento escribimos en este espacio sobre lo que es un tema recurrente, que hemos abordado prácticamente todos los años desde hace una década: nuestro beisbol, quizás por su impronta caribeña, es muy poco previsivo.
Dos veces se ha probado con un calendario atípico, con el inicio de los playoffs antes del 30 de diciembre, y dos veces se ha descartado el intento, una vez llevado a cabo.
No es un capricho. El cronograma actual tiene muy poco margen de maniobra. La fase regular termina el 30 de diciembre y un eventual séptimo juego de la final se llevará a cabo el 30 de enero, dos días antes del inicio de la Serie del Caribe.
(Y no olvidemos que la serie será en Puerto Rico, lo que obliga a sacar un día extra para hacer el trámite de visado en la embajada de Estados Unidos en Caracas.)
Claro, ocurre que en nuestro país, con un clima tropical como el que tenemos, lo normal es que haya imprevistos y lo lógico sería apostar por la prudencia. Estamos a punto de constatar, una vez más, que las leyes de Murphy aplican en el beisbol, y que en efecto, como dice la frase hecha, cuando algo pueda salir mal, sucederá.
En nuestra última columna sobre el tema hablamos con media docena de ejecutivos de la pelota venezolana.
Prácticamente todos los equipos, menos los Tigres, aprobaron volver al viejo esquema. Y en nuestra investigación, escuchamos algunos argumentos insólitos, como, por ejemplo, que era improbable que lloviera tanto como para afectar el normal funcionamiento del circuito.
Lo sorprendente de razonamientos como ése es que, en el pasado, sí ha llovido lo suficiente “como para afectar el normal funcionamiento del circuito”.
Se ha hecho común que el campeón venezolano sólo disponga de un día para armar el equipo que viajará a la Serie del Caribe y hemos visto duelos que se alargan hasta la madrugada, en medio de chubascos, porque ya es imposible suspender un partido más.
Otra vez estamos ante la posibilidad de que el torneo se complique debido al exceso de confianza de quienes aprobaron el calendario.
Hace una semana, los Leones y los Caribes debieron disputar cuatro choques en dos días y es muy probable que los Tiburones tengan que hacer lo mismo entre el 16 y el 17 de diciembre, pues es uno de los modos que tienen de celebrar el cotejo suspendido en el cuarto inning del sábado contra los Bravos, debido a la lluvia (La Guaira ya tienen un doble juego previsto para el 17, y recibirá a Margarita el 16).
La liga está en estado de emergencia, aunque éste no haya sido declarado públicamente. La mejor prueba está en el cambio de horario de los encuentros en el estadio Universitario, que ahora deben empezar a las 7:00 pm de lunes a viernes, a fin de dar un compás mayor al equipo de mantenimiento y que éste disponga de más tiempo para reparar el campo, si llueve. El objetivo final es suspender menos juegos.
Cierto, las lluvias caídas en Venezuela durante las últimas fechas no son normales, pero ¿no es para eso que existe aquello que definimos como “previsión”?
¿No se trata de dejar un margen, al menos un mínimo margen de maniobra, ante la eventualidad de que suceda un imprevisto?
Pues bien, ese imprevisto ya está aquí y debido a un exceso de confianza, existe el peligro de que el campeonato se vea afectado y que sus protagonistas, los jugadores, sean sometidos a una exigencia sobrehumana.
No escribimos esto con la intención de jactarnos por algo que sabíamos ocurriría, tarde o temprano. Pero ojalá sirvan estas palabras para que, en adelante, seamos menos silvestres y sí más prudentes al elaborar el calendario.
Publicado en El Nacional, el lunes 6 de diciembre de 2010. Con precisiones adicionales en el blog.
