El venezolano avanza en su rehabilitación y acepta volver a la intermedia en Detroit
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| Así se lesionó Guillén al chocar con Brett Gardner, de los Yanquis, en agosto de 2010 |
ESPNdeportes.com
Un deslizamiento peligroso en la segunda base cortó antes de tiempo la temporada 2010 de Carlos Guillén con los Tigres de Detroit, pero el pelotero venezolano está contento con el envite del manager Jim Leyland y quiere correr el riesgo de jugar allí, una vez más.
Guillén, quien en septiembre cumplió 35 años de edad, trabaja a diario en su nativa Maracay, cumpliendo la asignación que el cuerpo médico de los felinos le impuso, a fin de rehabilitar por completo su lastimada rodilla izquierda.
«Estoy bien», dijo el aragüeño a ESPNdeportes.com, poco después de otra jornada de ejercicios. «La rehabilitación marcha positivamente. Espero estar completamente saludable para el spring training».
Guillén viajó el viernes a Estados Unidos, para someterse a exámenes médicos. Lo hizo con aparente tranquilidad, a pesar del alcance de la lesión que le produjo Brett Gardner, al deslizarse con fuerza en un encuentro en el Yankee Stadium, dejándolo incapacitado, al arrollarlo aparatosamente.
Todo marcha según lo planeado por los galenos, de acuerdo con lo que escuchó en la visita relámpago de dos días a la Gran Manzana. El plan de Leyland está en marcha.
# 9 2B
Tigres de Detroit
ESTADÍSTICAS 2010
JJ HR CI C OBP AVE
68 6 34 26 .327 .273
El estratega declaró, de acuerdo al portal oficial de los Tigres, que el aragüeño es su candidato para la intermedia en 2011.
«Nadie está hablando de Carlos Guillén», comentó Leyland. «Creo que él tiene verdadera importancia para nosotros. Lo dije también el año pasado. Si podemos contar con él a un nivel cercano de lo que llegó a ser, particularmente con el bate, puede ser clave en esa posición. Va a estar metido en esa pelea, eso es seguro».
Al nativo de Maracay le complació saber de las palabras del técnico.
«Estoy dispuesto a jugar donde sea, no importa dónde», aseveró. «Lo más importante para mí es estar en acción. Si quieren que lo haga en segunda, bien».
Se ha hecho común que Guillén se mude de un lugar a otro, según las necesidades de los bengalíes.
Hasta 2007 fue el torpedero regular de Detroit, y como tal firmó un rico contrato multianual. En 2006 terminó en la décima casilla en la votación del Jugador Más Valioso y asistió al Juego de Estrellas, el segundo de su carrera, un año después.
En 2008 fue pasado a la tercera base y regresó al clásico de julio. Pero a mediados de esa campaña fue mudado a la inicial, de donde fue enviado al jardín izquierdo en 2009, a fin de abrirle lugar a su compatriota Miguel Cabrera.
Comenzó 2010 como bateador designado, tras la firma del agente libre Johnny Damon, pero terminó la zafra como intermedista.
«Lo único que quiero es ayudar al equipo», aseguró Guillén, cuyo debut en las mayores, coincidencialmente, se produjo como camarero de los Marineros de Seattle, a los 23 años de edad, en 1998.
Los números del veterano todavía son atractivos para un defensor de la segunda. La línea ofensiva de su carrera es .286/.357/.445. El gran problema ha sido mantenerse sano.
En los últimos cuatro campeonatos ha perdido 224 encuentros por distintas dolencias, la peor de todas, la que le produjo Gardner en agosto y le llevó al quirófano un mes después.
Mientras se rehabilita, Guillén ha estado muy activo en los estadios de Venezuela. No jugará con los Navegantes del Magallanes, pero está en otra faena: reclutar adeptos para cambiar el rostro de la Asociación Única de Peloteros Profesionales de su país.
«Una asociación debe representar al jugador y velar por sus derechos», señaló. «Es una falta de respeto lo que se entrega hoy como pensión a los peloteros retirados, la cobertura del seguro y la organización del Juego de Estrellas».
Un jugador retirado recibe una pensión mensual de 60 bolívares (13,95 dólares, al cambio oficial). El seguro cubre hasta 8.000 bolívares anuales (o 1.860 dólares, según la misma tasa).
El Juego de Estrellas, principal herramienta de AsoPeloteros para levantar fondos, fue suspendido por lluvia el último martes de noviembre y los equipos no salieron del hotel en Ciudad Guayana. Pero una investigación del diario El Nacional reveló que de cualquier forma habría sido imposible disputar el clásico, pues sólo atendieron el llamado 18 peloteros y tres coaches de tres equipos.
«Eso es una falta de respeto a nosotros y al público», clamó Guillén, quien encabeza un proyecto de renovación en el sindicato.
Pero el maracayero no se lanzará a la presidencia del gremio. Todavía tiene una tarea que cumplir en el beisbol mayor, una vez que termine su rehabilitación: quiere tomarle la palabra a Leyland y saltar al terreno como el camarero de Detroit.
Publicado en ESPNdeportes.com, el martes 7 de diciembre de 2010.
