El emergente

¿Votar por Jeter o votar por Cabrera?

El primer boletín con la votación para el Juego de Estrellas mostró a un Derek Jeter que, aunque en su peor temporada, aventaja con holgura a Asdrúbal Cabrera, pese a su gran cosecha ofensiva

¿Quién debe asistir al Juego de Estrellas? ¿Derek Jeter o Asdrúbal Cabrera?

¿Qué es, realmente, el clásico de mitad de temporada? En la respuesta a esta última pregunta pudiera estar la clave de todo.

El miércoles, en el primer boletín con la votación de la Liga Americana para el choque estelar, Cabrera apareció rezagado, a unos 300.000 votos de distancia de Jeter, a pesar de que el estadounidense se encuentra en la peor temporada de su carrera y aunque el venezolano ha brillado como el torpedero con mejor ofensiva en las mayores y la gran inspiración de los Indios en su sorprendente alzamiento.

Aquí, por supuesto, muchos aficionados y algunos periodistas reaccionamos con escándalo, pues los méritos de Cabrera son incuestionables.

Unos pocos, sin embargo, y un buen grupo de analistas, recordaron la carrera por los 3.000 hits del capitán de los Yanquis, agregando otros que esta cita, a fin de cuentas, es algo que pudiera resumirse como un concurso de popularidad.

¿En verdad lo es?

Hace muchos años que, cuando en esta columna votamos para el Salón de la Fama de nuestro beisbol o el Jugador Más Valioso, votamos desde la óptica que nos enseñaron nuestros mentores en el periodismo: puede que la objetividad absoluta no exista, pero debemos hacer todo lo posible por domeñar esa natural subjetividad y reducirla a cero.

Por ello, normalmente elegimos a aquellos hacia quienes nos inclinan nuestra conciencia y nuestro análisis.

El premio y el reconocimiento a nuestro esfuerzo por tratar de caminar por el medio de la calle es la reacción de algunos fanáticos (nunca mejor el sustantivo) que a continuación, una vez publicadas nuestras opiniones, nos acusan de ser caraquistas, magallaneros, guairistas, tigreros o, en su defecto, anti cualquiera de alguno de los ocho equipos de nuestro beisbol.

Para los fanáticos es imposible entender que, aunque los periodistas seguimos teniendo corazón, la inmensa mayoría de nosotros se pasa un switch de modo irremediable al comenzar a ejercer, por lo que resulta imposible, salvo excepciones, volver a ver el juego y las circunstancias que lo rodean del mismo modo y con las mismas pasiones que sentíamos cuando nos sentábamos en las tribunas.

De hecho, periodista que anhele la evasiva perfección sentirá orgullo al lograr tal desdoblamiento.

Pero hay una excepción (siempre hay una excepción): desde que hacemos click en www.vote.mlb.com para llenar la planilla del Juego de Estrellas en las grandes ligas, hemos marcado a todos los venezolanos posibles, bajo la premisa de que nuestros modestísimos votos no cambiarán la tendencia, pero al menos servirán para apoyar a nuestros compatriotas.

En eso pensamos esta semana, después de escandalizarnos por el poco apoyo que ha recibido Cabrera respecto a Jeter.

Sí, el anzoatiguense ha sido muy superior y el contraste entre los números de ambos es incontestable, pero hace rato que, al elegir, pinchamos casi exclusivamente el óvalo que acompaña el nombre de los criollos.

¿No es lo mismo que votar por Jeter pensando en su trayectoria pasada o en su simpatía?

¿No es lo mismo eso que votar por todos los representantes del equipo de nuestros amores?

No es casualidad que los jugadores de los Yanquis reciban siempre tanto respaldo; es un club popular y Nueva York es la ciudad más poblada de Estados Unidos, con casi tantos habitantes como Venezuela.

Sería poético que todos votáramos siempre por los mejores, pero en este concurso de popularidad que, en efecto, es el Juego de Estrellas, lo más natural será siempre que la mayoría vote haciendo caso a su propia subjetividad.

Publicado en El Nacional, el domingo 5 de junio de 2011.