El emergente

El nuevo Clásico Mundial de beisbol 

Major League Baseball anunció un nuevo esquema de competición para el Clásico, semanas atrás, y vale la pena evaluar en qué puede afectar eso a Venezuela.

El Clásico Mundial tiene nuevo formato. ¿En qué afecta esto a Venezuela? Poco, en principio. La selección nacional jugará en marzo de 2013, tal como estaba previsto antes de los cambios, y al parecer volverá a vivir los rigores de la competencia, en cuanto a las limitaciones a los pitchers y esas cosas que ya se han criticado.

Sin embargo, el solo hecho de alargar el torneo y comenzar su disputa a finales de 2012, ampliando el número de participantes, es una novedad interesante para todos quienes gustamos del beisbol.

La intención de Major League Baseball es crecer, abrir mercados, arraigarse en países donde hasta ahora la pelota no es vista por las grandes mayorías. Y sin embargo, en muchas de esas naciones hay ligas profesionales o semiprofesionales, algunas con un buen grado de organización. Incluso es posible que veamos a varios criollos en los equipos nacionales de Gran Bretaña, Francia o Alemania, por citar tres lugares donde hay nativos en acción.

El “italiano” Jairo Ramos abrió la cuenta en la primera edición, en 2006, y Francisco Cervelli siguió el ejemplo en 2009, al representar a la bota mediterránea de sus ancestros.

No olvidemos que hace poco Renny Duarte indicó en Europa que España quisiera contar con algunos latinos de doble nacionalidad, como Miguel Montero, y que eventualmente les contactarán. De uno u otro modo, la presencia venezolana será mayor.

¿Dónde se jugará la primera fase? La pregunta es pertinente, pues se llevará a cabo alrededor de noviembre de 2012. Será pleno invierno boreal.

El grupo asiático, donde estará incluida Nueva Zelanda, tendrá suficientes alternativas. Igual pasará en América, donde sólo Canadá se hallará cubierto por la nieve y, en el peor de los casos, cuenta con varios escenarios techados. Pero ¿cuántos domos hay en Europa? ¿Cuáles serán, en definitiva, las cuatro sedes que albergarán la novedosa ronda clasificatoria de la justa?

La ampliación es positiva. Pondrá el Clásico en boca de más gente durante varios meses y hará que en sitios donde el beisbol no es siquiera anécdota surja la posibilidad de mostrar la disciplina.

Tampoco hay que ser exageradamente optimistas: por más que en Estados Unidos había millones de personas que practicaban el fútbol, ni la realización del Mundial 94 ni la consolidación de la MLS hicieron que el balompié se masificara como el baloncesto o el hockey, aunque el crecimiento y la proyección son incontestables.

No habrá cambios milagrosos porque Israel participe en el Clásico, pero será un paso hacia adelante, no cabe dudas.

Es de aplaudir, además, la incorporación de Nicaragua y Colombia, por ejemplo. Para Venezuela, no obstante, lo más importante será aquello relacionado con las condiciones de competición.

Se supone que la Vinotinto volverá a ser uno de los cuatro grandes, junto con Estados Unidos, Dominicana y Japón, por su proyección en las grandes ligas. Lo que ocurra en las fases previas es cuento. Cualquier cosa que no sea estar, al menos, en la semifinal, será vista como un fracaso.

¿Tendrán los pitchers las mismas limitaciones que hasta ahora? ¿Se permitirá que la preparación comience antes, quizás en las ligas invernales?

Los encuentros serán en pleno spring training. Lo más probable es que nada cambie.

El problema mayor para montar una justa de este tipo está en la existencia misma del beisbol mayor, que lo copa todo desde febrero hasta octubre, a veces hasta principios de noviembre.

Las grandes ligas no van a recortar su temporada un mes para el Clásico. De cualquier modo, ver que se expanda la competencia ya es un avance que esperamos con intriga e interés.

Publicado en El Nacional.