No es común sumar una escalera y un boleto intencional. Como fuere, el Panda festejó casi en vivo su hazaña, todo un contraste con el primer venezolano en batear el ciclo, César Tovar, quien lo vivió con discreción
Pablo Sandoval estaba tan pendiente de su hazaña, que apenas llegó a la tercera base volteó a pedir que le guardaran la pelota.
Era la noche del jueves y el carabobeño acababa de convertirse en el 232° jugador del que se tenga registro en haber bateado en un mismo juego la escalera: sencillo, doble, triple y cuadrangular.
Sólo cuatro venezolanos lo han conseguido. Pero antes de 2006, el único había sido César Tovar.
Sandoval corrió a su computadora para enviar un mensaje a sus más de 13.300 seguidores en Twitter, apenas terminado el choque entre los Gigantes y los Rockies.
“Gracias a todos por su apoyo en cada uno de mis logros, los cuales comparto con ustedes”, exclamó el “Panda”.
Desde Oswaldo Guillén y Salvador Pérez hasta un grueso grupo de aficionados, las felicitaciones volaron hasta la cuenta del antesalista.
Qué distinto fue cuando Tovar se convirtió en el 111° toletero en completar el ciclo.
El 20 de septiembre de 1972, al día siguiente en que el caraqueño disparó sus cohetazos, El Nacional festejó con el titular principal de la página B-2: “Tovar bateó la escalera y su jonrón decidió el juego en el noveno”.
Porque fue una gesta doble. El utility de los Mellizos tenía sencillo, doble y triple, al ir a batear con el empate en circulación. Y ante un pitcheo de Paul Lindbad, sacudió un vuelacercas que volteó la pizarra y dejó los Rangers en el terreno.
No hubo más cobertura. Nadie llamó al astro de los gemelos ni las agencias internacionales le buscaron.
Cañonero, por aquellos días, acababa de imponer un récord en Belmont Park y Cassius Clay, no Muhamad Alí, derrotaba a Floyd Paterson.
Estaban por comenzar los entrenamientos de pretemporada en Venezuela y el pitcher magallanero Gerry Pirtle pisaba Maiquetía, el primer importado que llegaba para la campaña 72-73.
Con Carlos Guillén hubo más ruido, cuando emuló a Tovar el 1° de octubre de 2006.
“Luego de alcanzarlo, me sentí muy bien por dentro”, confesó Guillén a The Associated Press. “Al final estaba buscando el doble. Tan pronto como le di a la pelota, traté de correr duro. Si no lo hubiera hecho en mi primer turno, no hubiera conseguido el triple. Y si no hubiera corrido en el último turno, no hubiera agregado el doble”.
El aragüeño fue noticia de primera página entonces, como lo fue Carlos González el 31 de julio de 2010.
Como Guillén y Sandoval, González estaba consciente de lo que acababa de conseguir.
“Fue un momento mágico”, le dijo el zuliano al Denver Post. “Pensé que me iba a desmayar. Uno nunca cree que va a hacer algo así”.
González, al igual que Tovar, coronó la faena con un bambinazo que dejó en el terreno a los Cachorros y sentenció la victoria de los Rockies.
“Sabía que me faltaba el jonrón, todos hablaban de eso”, admitió el zurdo. “(Sean Marshall) me vino con recta. Yo la estaba esperando y pude sacarla”.
Cuando Sandoval fue a batear por última vez, hace dos noches, ya había logrado el ciclo. Pero cuando Edgmer Escalona le regaló cuatro malas, se convirtió en el octavo toletero que ha sumado una escalera y también una base intencional, de acuerdo con los registros de Baseball Reference.
“Quedé cansado, pero feliz”, señaló el carabobeño al San Francisco Tribune. “Nunca había hecho esto en las mayores, tenía que estar feliz”.
César Tovar y Carlos González completaron sus escaleras con sendos jonrones. Carlos Guillén lo hizo con un doble y Pablo Sandoval con un tribey
Publicado en El Nacional, el sábado 17 de septiembre de 2011.
