La sabermetría de Pedro Grifol
“No soy sabermétrico”, dice Pedro Grifol, el manager de los Cardenales.
La frase pudiera estar firmada por casi cualquier manager que haya pasado por la LVBP. Salvo contadísimas excepciones, como la de Omar Malavé, los pilotos en Venezuela no han mostrado mayor apego a la tendencia analítica que nació formalmente cuando, hace algo más de tres décadas, Bill James publicó en Estados Unidos la primera edición de su Baseball Abstract.
“No soy sabermétrico”, dice Grifol, y sin embargo, recibe a diario un informe estadístico que Richard Gómez, el jefe de prensa de los pájaros rojos, elabora para él todos los días, a fin de alistarse para cada partido. “Me gusta tener la mayor cantidad posible de información. No dirijo únicamente por instinto ni por los números. Uso ambas cosas”.
Nos acercamos al timonel del Lara para resolver una duda: sabemos cómo usar la sabermetría para evaluar el juego, desde un punto de vista periodístico; gracias a Theo Epstein, Billy Beane, Jack Zduriencik y tantos otros, hemos visto cómo se usa la sabermetría para construir un equipo, desde el punto de vista gerencial; pero ¿cómo se usa la sabermetría para dirigir?
De eso trató nuestra charla con el estratega de los crepusculares.
“Hay momentos del juego en que los números te dicen lo que debes hacer”, explica Grifol. “Hay managers que siempre aplican la lógica derecho contra derecho y zurdo contra zurdo, pero a veces los números te sugieren lo contrario”.
El técnico estudia con detenimiento lo que ofrecen portales como FanGraphs y Baseball Reference. “La temporada en Estados Unidos es mucho más larga, y cuando durante ocho o nueve años muestras una tendencia, es posible proyectar lo que puedes hacer en este beisbol”.
Esos portales son la principal fuente que maneja este descendiente de cubanos, aunque recibe algunas que casi ningún equipo toma en consideración aquí, salvo, probablemente, los Leones, que incluso cuentan con un asesor sabermétrico para dar apoyo a la gerencia.
Grifol evalúa la cantidad de elevados, líneas y roletazos que conecta cada quién, cuántos pitcheos toma y aspectos por el estilo. Gómez cuenta que el dirigente notó que el slugger Luis Jiménez estaba bateando muchos roletazos a comienzos de zafra, cuando no carburaba, y le pidió que buscara levantar la pelota con más frecuencia; el resultado fue inmediato: Jiménez ganó un premio como Pelotero de la Semana y ya es el líder jonronero del circuito.
“Pero a veces debes tomar en consideración el carácter de un pelotero”, advierte el timonel. “El beisbol es un juego de emociones y no creo que eso pueda llegar a medirse nunca. Hay peloteros que tienen un especial sentido de la oportunidad. Eso que tiene cada quien adentro no se puede medir con estadísticas”.
Grifol llega al punto de asegurar, quién sabe si por amor propio, que es “un manager de la vieja escuela”, a quien le gusta echar mano “a todo lo que puede ayudar”. Así lo resume: “Mientras más información pueda manejar, mejor. Tienes que usar todo lo que te pueda ayudar. Si no, estás dando ventajas. O al menos esa es mi opinión”.
El mandamás de los occidentales señala una obviedad: “No hay un solo equipo, de los 30 que forman las grandes ligas, que no cuente con un departamento de análisis estadístico hoy en día”.
Lo que en algún momento fue una ventaja de Oakland y unos pocos elegidos, ha pasado a ser una verdad esparcida a todo lo largo de la gran carpa. Y con todo, Grifol insiste en no ser el primer manager que se declare abiertamente sabermétrico en la LVBP: “No lo soy”, repite. “Si tengo que escoger, siempre diré que soy de la vieja escuela”.
Habrá que creerle.
Publicado en El Nacional, el domingo 27 de noviembre de 2011.
