Revisando las últimas nuevas de Omar Vizquel y Bob Abreu
Ha habido dos temas recurrentes en las últimas semanas, involucrando a peloteros favoritos de la afición venezolana: la posibilidad de que Omar Vizquel tome la dirección de los Leones en septiembre, para iniciar su carrera como manager, y el disgusto de Bob Abreu ante su inusual situación en Anaheim, donde se ve difícil que pueda llegar incluso a las 400 apariciones legales que le prometieron el manager Mike Scioscia y el gerente general Jerry DiPoto.
Vizquel tomará las riendas del Caracas en un futuro. Lo único impreciso es la fecha. Quiere hacerlo y el alto mando melenudo desea que lo haga.
Es una combinación perfecta; jugador de la franquicia, admirado por los seguidores de la divisa y con un indiscutible liderazgo sobre sus colegas. Era inminente que Carlos García sería piloto del Magallanes y que Luis Sojo conduciría algún día al Cardenales. Lo mismo ocurre con el caraqueño.
¿Se apresuran Vizquel y la gerencia, como creen algunos? ¿O es deseable que tome las riendas lo antes posible?
Se trata de una duda cuya respuesta es imposible anticipar.
Lou Boudreau tenía 24 años de edad cuando, siendo shortstop activo, se encargó de la conducción de los Indios. En sus primeras seis campañas como manager-jugador tuvo tres cosechas sobre .500 y otras tantas por debajo. En la séptima llegó a la Serie Mundial y le dio a Cleveland su última corona, en 1948.
Aquí en Venezuela, David Concepción nunca pudo lograr un título las veces que dirigió a los Tigres en condiciones similares a Boudreau; finalmente, cuando le dieron el equipo a tiempo completo, en la 89-90, Aragua cerró con marca de 20-40.
La afición caraquista pueden tomar también el ejemplo de Carlos Hernández, otro manager “natural”, cuya pasantía terminó de modo traumático.
¿Triunfará Vizquel? O mejor, ya que ese es un pronóstico imposible, ¿debe tomarse algún tiempo para encarar el reto?
El infielder debe saber bien que su leyenda no es un campo de fuerza que evitará críticas, si sus dirigidos caen en slump. De todas las fanaticadas, la caraquista tiene fama de ser la más dura y exigente. Seguro lo verá como un reto y ya hablaremos con él sobre eso cuando ocurra, pues todos los clubes pasan por momentos altos y bajos.
Sin embargo, no es descabellado que Vizquel cumpla primero una pasantía como coach de banco de los Leones, por ejemplo; que vea cómo se planifica un entrenamiento de pretemporada y viva, sin el riesgo de estar en el disparadero, todo lo que significa manejar un staff de lanzadores y conducir día a día un roster profesional. De resto, no podemos sino desearle éxito en eso o en cualquier otra cosa que emprenda en la vida. Tantas han sido las alegrías que le ha brindado a nuestro beisbol.
Abreu también ha sido motivo de brindis recurrente por más de 15 años. Independientemente de su presencia en la pelota local, donde dejó huella, en las mayores pudo convertirse en el pelotero venezolano más completo de la historia.
Otros están en Cooperstown (Luis Aparicio) o son mejores bateadores (Miguel Cabrera). Peor ningún nativo ha puesto tantas cosas juntas como él: contacto, disciplina en el home, algo de fuerza, buena velocidad, lo que redundó en jonrones, robos, un Guante de Oro y un inolvidable Derby de Jonrones en Detroit.
Debe ser muy complicado llevar en silencio la situación que vive con los Ángeles. Y aún así, es duro verle en el medio del tornado, saliendo de la oficina de Scioscia, tras lo que ha debido ser un llamado de atención.
Anaheim seguramente no ha manejado bien el caso. Ojalá el Comedulce sepa hacerlo mejor que ellos a partir de ahora, que su estadía en ese equipo luce a punto de terminar.
Publicado en El Nacional, el lunes 26 de marzo de 2012.
