La hora final de Magglio Ordóñez

El slugger admite que ha decidido retirarse si no consigue ya un contrato en las mayores

ESPNdeportes.com

Magglio Ordóñez no escribió el tweet que este lunes puso a correr a la prensa de Venezuela y Estados Unidos detrás de la posible noticia de su retiro.

“Lo escribió mi hijo”, aclaró el outfielder nacido en Coro y residenciado desde hace mucho en Puerto La Cruz.

Apenas tres tweets han salido de la cuenta personal de Ordóñez desde que incursionó en esa red social, hace más de un año. Todos fueron publicados el mismo día, el lunes. Todos giraban alrededor de la misma idea.

“Los demás sí los escribí yo”, continuó el ex slugger de los Medias Blancas de Chicago y los Tigres de Detroit, líder bate de la Liga Americana en 2007. “Así que es verdad”.

A Ordóñez sólo le faltan 6 jonrones para ser el segundo venezolano con 300 cuadrangulares en las grandes ligas. Su average de .309 es el segundo de todos los tiempos en la tierra de Luis Aparicio, únicamente por detrás de Miguel Cabrera. Entre sus compatriotas, su OPS de .871 está a la zaga de Cabrera y Bob Abreu.
Tiene 2.156 hits y nada más Aparicio y David Concepción han ido a más Juegos Estrellas que él, contando a todos los nacidos en la nación suramericana (el toletero derecho cuenta seis citas estelares).

Cuando parece que aún le quedan metas por cumplir, como él mismo ha admitido, con 38 años de edad y 15 en la gran carpa, refrenda el primer tweet de su cuenta, el que escribió Magglito.

“Creo que sí, ya lo he decidido”, apuntó el falconiano. “No es oficial ni todavía lo voy a anunciar, pero a estas alturas del año todos los equipos están hechos. No creo que vaya a conseguir contrato”.

Ordóñez no quiere un pacto de ligas menores, pues rechaza la idea de someterse al austero régimen de las granjas, tras una lustrosa carrera en la que ocho veces empujó al menos 99 rayitas. Por esa misma razón, porque debería ir al menos un mes a las menores, tampoco planea una vuelta a mitad de zafra.

Igualmente descarta jugar en Japón, como se ha dicho de Vladimir Guerrero, víctima, como él y Johnny Damon, de la ausencia de ofertas a muy poco del encuentro inaugural.

“¿Sabes? Yo quiero jugar”, continuó el toletero derecho. “Pero no voy a rogar para que me firmen. Hacer un try-out era una opción, pero si no hay equipos interesados, no tiene sentido”.

UNA NUEVA ETAPA
La frase que acompaña su nombre en la cuenta de Twitter es elocuente de lo que han sido los últimos meses para quien llenó centenares de primeras planas en Venezuela, a partir de su llegada a las grandes ligas, en 1997: “Feliz con mi familia”. La última palabra está escrita en letras mayúsculas.

Ordóñez pasó semanas rehabilitándose y entrenándose por su cuenta, para recibir en la mejor forma física posible el llamado de algún equipo.

“Los médicos me dijeron que ya puedo jugar y, de hecho, he estado practicando, corriendo, levantando pesas”, contó. “Ahora he bajado el ritmo, pero creo que con un par de semanas podría salir a jugar”.

Esta nueva etapa le ha permitido estar más cerca de su esposa Dagly y sus hijos, algo que, por lo común, resultaba más complicado para él en marzo.

“Magglito está metido en el deporte”, relató, feliz, acerca de su primer vástago, que ya tiene 15 años de edad. “Está jugando en el colegio. Es primera, tercera, catcher. Quiere estudiar Sports Managment. Pero también tiene condiciones. Es posible que juegue en la universidad. Quiere llegar hasta las grandes ligas. Ojalá”.

Ordóñez tiene con qué ocupar su tiempo si dice adiós de una vez. Además de acompañar la carrera en los diamantes de Magglio hijo, está decidido a pedir una participación en la conducción de los Caribes de Anzoátegui, su equipo de toda la vida en Venezuela, y no descarta jugar a finales de año en la temporada 2012-2013, a modo de despedida.

“Tengo que hablarlo con mi familia, pero podría ser emocionante para ellos y para la fanaticada”, señaló.
Pocos deportistas profesionales han desarrollado en Venezuela una faceta empresarial tan exitosa como Ordóñez. Y cuando se refiere a esas metas que le quedan por cumplir (los 300 jonrones, los 450 dobles, ganar una Serie Mundial, llegar a 2.500 hits) se oye como si hablara de otra persona.

La naturaleza de su recurrente lesión es, en buena medida, el motivo que le ha hecho ver las cosas así.
“Ya son dos fracturas, dos veces en el mismo tobillo”, lamentó. “La temporada pasada no le di suficiente tiempo para que se consolidara un ciento por ciento. Me fracturé en la misma zona y el doctor me dijo que una tercera fractura podría obligar a ponerme una prótesis. Es algo bastante difícil”.

El primer tweet que salió de la cuenta de Ordóñez, el que escribió su primogénito, aseguró: “Estoy muy cerca de mi retiro”. ¿Cuán cerca está de ello, realmente?

“Estoy esperando que termine el spring training”, continuó. “No descarto que pase algo, pero si en las próximas dos semanas no sale una posibilidad, creo que esa es mi decisión final. Debo hablarlo con mi agente”.

La cuenta en Twitter de Magglio hijo tampoco abunda en mensajes. Sólo ha subido un tweet en marzo y en nada aludió a su padre ni el destino que él mismo cree inminente. Como su papá, su dirección personal termina con el número 30, el que Ordóñez ha llevado a la espalda como pelotero profesional, desde que saltó al campo rentado, hace dos décadas, con los Caribes.

No es una coincidencia y sugiere el gusto de Magglito por la pelota.

“Está jugando bien”, aseveró Ordóñez. “Sí, creo que puede llegar un día a las grandes ligas. No sé si podría tener una carrera como la mía, que ha durado 15 años. Eso es muy difícil. Pero tiene condiciones y está jugando muy bien”.

Si esta es la hora del adiós, como parece, al menos el jugador cinco veces votado en la escogencia del Más Valioso de la Liga Americana puede sentir tranquilo. No todo ex jugador estrella tiene quien siga los pasos.

Publicado en ESPNdeportes.com, el martes 27 de marzo de 2012.