José Altuve y Carlos González no van a ningún lado. Altuve «es intocable», señaló el gerente general de los Astros, Jeff Luhnow, interrogado por ESPN Radio República Dominicana. Algunos columnistas especularon sin base acerca de un cambio que involucrara al camarero, para dotar de prospectos a Houston, pero el ejecutivo descartó esa posibilidad. «Espero que lo lleven al Juego de Estrellas», agregó. Entretanto, Dan O’Dowd, el mandamás de los Rockies, aseveró que recibió una llamada de los Nacionales, preguntando por la disponibilidad de González, y respondió de inmediato que no está a la venta, informó CBS Sports. «Es un chiste», se burló. Con el zuliano también hubo versiones, meras especulaciones de la prensa neoyorquina.
José Altuve, por cierto, «no jugará hasta que esté ciento por ciento recuperado» de la molestia en una corva que le sacó del juego días atrás, comentó el manager de los Astros, Brad Mills, a MLB.com.
Marco Scutaro regresó a la alineación de los Rockies, dos días después del pelotazo en la cabeza que le dio Stephen Strasburg.
Sandy León comenzó a jugar su fase final de rehabilitación en las menores de los Nacionales. Fue asignado a clase A. No está claro si al ser reactivado de la lista de incapacitados pasará al roster grande o será devuelto a triple A, como sucedió este martes con el también catcher Carlos Maldonado.
Héctor Sánchez, receptor personal de Barry Zito, volvió a recibir al as Tim Lincecum este miércoles. No es una tendencia todavía, pero vale la pena ver si el manager Bruce Bochy continuará con eso o si sólo quiso aprovechar el bate zurdo de Sánchez contra Chad Billingsley, con el catcher titular Buster Posey alineando en la inicial.
Ramón Hernández bateó en la manguera y recibió lanzamientos de una máquina. El caraqueño criado en Cumaná le dijo al Denver Post que sintió muy pocas molestias, en comparación al dolor que sintió en la mano izquierda antes de ir a parar a la lista de incapacitados.
Carlos Zambrano no es el primer pitcher que encaja cinco sucias en un primer inning. La casualidad es que, de acuerdo con The Associated Press, el último pitcher al que le había pasado algo así fue su rival del martes, precisamente, Kyle Lohse, en julio pasado. Es apenas la tercera vez en la historia de los Marlins que a un abridor le pasa algo semejante, averiguó el Sun-Sentinel, citando los casos de Josh Beckett en 2001 y Scott Olsen en 2007.