El ex jardinero falconiano aún es figura, pero sin
uniforme. Confiesa que le cuesta acostumbrarse al retiro, pero admite que su ciclo
“se acabó”
estaba. Con pantalón de mezclilla y chaqueta de invierno a la cintura, parado
sobre la grama del Comérica Park, el estadio donde vivió varios de los días más
gloriosos de su larga carrera en las mayores: la noche de 2006 en que dio dos
jonrones, incluyendo el de dejar en el terreno a los Atléticos y meter a los
Tigres en la Serie Mundial, por ejemplo, y las tardes de 2007 en que daba los
últimos hits de la campaña, camino a un average de .363 que resultó el más
sobresaliente en la Liga Americana.
Magglio Ordóñez, la estrella que faltó en el roster de los bengalíes esta
temporada.
equipo en las grandes ligas.
jonrones, cuatro de las siete campañas con más de 100 impulsadas y cinco de sus
10 campeonatos sobre .300 con el bate. Quizás tocó el tema cuando rió con Frank
Thomas, su ex compañero en Chicago, detrás del home. Pero fue con los Tigres
donde halló el verdadero hogar.
uniforme. El “Gran Dolor”, como apodaron al ex inicialista, ahora viste un sobretodo
larguísimo, porque alcanza a abrigarle desde los hombros hasta los pies, y entrevista
para ESPN a quienes fueron sus colegas.
agarrando el gusto a armar un equipo”, soltó, mientras espera el visto bueno de
la Liga Venezolana de Beisbol Profesional para asumir oficialmente como
copropietario de los Caribes de Anzoátegui.
emocionado, y ligándole a los Tigres”.
pocos meses desde que dijo adiós en el mismo escenario, poniendo fin a una
carrera de 15 campeonatos.
tu vida haciendo lo mismo”, admitió, con un toque divertido. “Extraño estar
uniformado, oler la grama, pero son ciclos que se acaban en la vida. El mío ya
se acabó y uno poco a poco se va acostumbrando”.
Siguió los primeros choques de la Serie Mundial a través de la televisión. Sufrió
a la distancia, primero, y luego in situ, lo que sufrió en 2006, cuando estuvo
más cerca que nunca de ganar un anillo de campeón.
pitcheo, es más compacto”, señaló. “Pero a este también le pasó lo que
nosotros: transcurrió demasiado tiempo sin jugar, entre la Serie de Campeonato
y la Serie Mundial”.
Tigres. Queda vecino al de su compatriota Miguel Cabrera, a mano derecha, entrando
al vestuario. “Ahora lo tiene Prince Fielder”, sonrió.
casa. Su nuevo paso por las mayores sólo duró dos días. Ayer hizo el pitcheo
ceremonial y quedó con una certeza: todavía le aplauden en el Comerica Park.
Magglio junior, pero no quiere comparaciones con las familias Griffey o Bonds.
“Es
muy difícil”, dice. “Vamos a ver”. Magglito, como le dicen en casa, juega en su
escuela. “Tiene talento, pero debe seguir desarrollándolo”, señaló el padre.
“Debe
dedicarse, aunque no tiene la misma necesidad que tenía yo cuando me firmaron”.
Admite que le gustaría verle jugar en las mayores y sigue sin descartar su propia participación
con los Caribes.
“He estado entrenándome, pero no duro ni con constancia”, admitió.
“Quiero ver cómo responde el tobillo. Cogeré un par de turnos, pero sólo si me
siento bien”.