A 85 años del Patón Carrasquel

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Este martes, 23 de abril, se cumplen ya 85 años del día en que un venezolano, Alejandro Carrasquel, El Patón, abrió la puerta para que por ella entraran, con el inexorable transcurrir del reloj, otros 476 de sus compatriotas –el último de ellos, el receptor Jhonny Pereda, de los Marlins de Miami– al que bien se le puede llamar «el templo del mejor beisbol del mundo», como habitualmente se le denomina a las Grandes Ligas. 

No cabe duda en cuanto a que aquella se trata de una fecha buena para celebrar por los deportistas criollos, muy en particular por aquellos que tienen en la pelota el eje de su pasión en una disciplina arraigada en el alma y en el corazón de la mayoría de los aficionados locales amantes del deporte en general y de la pelota en particular. 

Quien fue el primero en esa ahora extensa nómina de casi 500 jugadores nativos que han vestido una camiseta de las Mayores, como lo fue El Patón, es preciso apuntar que aquel tuvo a su favor la situación política de la época, pues se vivía un tiempo de avatares y angustias que en ese mismo año de 1939 llegaría al clímax con el estallido de la II Guerra Mundial, la cual no culminaría sino seis años más tarde que dejaron tras de sí incontables millones de muertos, seis millones de los cuales víctimas directas del horror del nazismo en los campos de concentración ideados por la perversa y desquiciada mente de Adolf Hitler todopoderoso jerarca de lo que él mismo llamó «El III Reich», en Alemania.

DE CUBA A LA MLB

Antes y durante la conflagración universal, muchos de los jugadores estadounidenses de Grandes Ligas fueron llamados a filas, lo que generó una natural merma de peloteros en la cúspide de la actividad y con ella fue menester ir a la caza de talentos y de tender la vista hacia otras latitudes del planeta, especialmente hacia los países de la zona del Caribe, donde el beisbol estaba en plena ebullición.

Quizás tal circunstancia a la postre resultaría decisiva y afortunada para la contratación del punto menos que desconocido joven pelotero de la popular barriada Sarría de Caracas, Venezuela.. 

Carrasquel, un caraqueño nacido el 24 de junio de 1912, de elevada estatura, recio como un roble y con un pie enorme (de allí el apodo) era un veterano de distintos parques dentro del país y en las ligas caribeñas de República Dominicana, Puerto Rico y, muy especialmente, de Cuba.

En la isla antillana jugó para el equipo Cuba en calidad de importado y en ella hizo batería con un receptor negro, uno de los más grandes de todas las épocas, el legendario Joshua «Trucutrú» Gibson, y al clausurar la temporada el venezolano se adjudicó el título de Jugador Más Valioso, al obtener 14 victorias por apenas cinco reveses.

Aquella actuación que llamó la atención de un buscador de talento o scout, el estadounidense Joe Cambria, quien lo convenció de que aceptara un contrato para jugar con los Senadores de Washington en la Liga Americana, previo pago de 700 dólares, lo que era una real fortuna para la época.

EL DEBUT

Del Patón se podría escribir sin pausas y hasta nunca terminar. Pero esta nota, como dije, apretada y de prisa, se detendrá apenas en su trayectoria de Grandes Ligas y muy en especial en la fecha de su estreno en un terreno de pelota de la más elevada y prestigiosa categoría.

De acuerdo con lo que se ha relatado y se conoce al respecto, los Senadores eligieron al caraqueño entre otros doce «novatos», y lo sometieron a una exigente prueba. De no dar la talla sería destinado al Chatanooga o al Charlotte, Clase A, sucursales del equipo grande. El «Patón» la dio y, obvio, se quedó. 

Para relatar lo concerniente a su debut, nada más y nada menos que frente a los temibles Yanquis de Nueva York, veamos lo que dice el libro Venezolanos en Grandes Ligas, sus vidas y hazañas, segunda edición, páginas 18-19 del prematura y lamentablemente desaparecido Carlos Cárdenas Lares, una obra que no debe faltar en la biblioteca de todo aficionado al beisbol y que sirvió de principal apoyo para este trabajo. 

CCL lo cuenta así: “Carrasquel entró a lanzar con dos outs en el quinto inning como sustituto de Ken Chase, cuando los Mulos tenían seis carreras en el score y tres hombres en base. Le correspondió enfrentarse a un señor llamado Joe DiMaggio, quien estaba en su cuarta temporada en las Mayores y se había erigido como uno de los más temibles bateadores del beisbol. El caraqueño, quizás sin saber la clase de toletero que tenía enfrente, salió del compromiso retirando al Yankee Clipper con rolling al pitcher». 

Cárdenas Lares añade, en estos términos: “Para el quinto capítulo continuó dando muestras de su calidad, al disponer de Lou Gehrig con ponche y de Bill Dickey con fly al camarero Myer, de manera que a los tres primeros hombres que enfrentó, tres figuras que luego ingresarían al Salón de la Fama de Cooperstown, los dominó con apenas cinco lanzamientos. Alejandro vio acción por espacio de 5.1 episodios, en los cuales apenas recibió cinco hits y toleró una carrera. ¡Qué manera de estrenarse en la Gran Carpa!».

SU PRIMER TRIUNFO

Diez días después, el 4 de mayo, el Patón se adjudicó su primera satisfacción contra los Carmelitas de San Luis, hoy Cardenales, en un encuentro al que entró en labores de relevo con la pizarra 10-6 a favor de los «religiosos». En dos tramos de labor, Carrasquel toleró solo un imparable y se alzó con el éxito cuando su equipo se alzó a la ofensiva para terminar por imponerse 11 carreras a 10.

Dijimos arriba que abundar en detalles sobre la trayectoria del lanzador nativo sería labor de nunca acabar. Baste con añadir que Carrasquel, que muy justa y merecidamente puede ser llamado El Precursor –como se le conoce a Francisco de Miranda en el ámbito político-militar venezolano– se mantuvo en Grandes Ligas por espacio de 8 años, los primeros 7 (del 39 al 45) con la franela de los parlamentarios de Washington y el último lo terminó con balance de 0-0 en 1949 para los Medias Blancas de Chicago. 

Su récord completo en la cima del beisbol fue de 50 ganados y 39 perdidos, de los cuales 26 y 15 en el papel de relevista, con 16 salvados, una efectividad total de 3.73 en 861 entradas, 887 hits permitidos, 347 boletos y 252 abanicados.

Alejandro Patón Carrasquel, tío del más grande y querido ídolo que ha tenido nuestra pelota, Alfonso Chico Carrasquel, murió en Caracas el 19 de agosto de 1969, es decir 30 años más tarde de su escalada a la mejor pelota del mundo. 

Desde 1971 su nombre forma parte del grupo pionero del Salón de la Fama del Deporte Nacional, creado por el Círculo de Periodistas Deportivos ese mismo año.

Desde aquel día, 23 de abril de 1939, hasta el de hoy, como precisamos al comienzo, otros 475 paisanos suyos han seguido su histórica huella, el último de ellos el receptor de 28 años Jhonny Pereda, nativo de San Juan de Los Morros. 

Foto: Archivo LVBP

Jesús Cova es periodista. Formador de innumerables promociones en la Universidad Central de Venezuela, fue redactor y Jefe de Información Deportiva en el diario El Nacional durante décadas. Más tarde fue Jefe de Redacción del diario El Globo. Ha sido premiado por sus análisis y columnas sobre el boxeo nacional e internacional. Puedes seguirlo en X en la cuenta @jesusmcova.

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