El emergente: Mentiras y esteroides

Fecha:

Un segundo vistazo a la votación de este año en el Salón de la Fama


Rafael Palmeiro

Tres consideraciones
más sobre la votación al Salón de la
Fama
de Cooperstown este año y el dopaje en las grandes
ligas, razón esgrimida por la mayoría de votantes para dejar fuera del templo a
figuras con números de leyenda.



1
La primera es un nuevo intento por desmontar
una mentira vuelta verdad a fuerza de repetirse miles de veces. 
El consumo de
esteroides sí estaba prohibido en las mayores desde antes de la Era de los Esteroides.

Se repite
que no había reglas en contra, hasta que Bud Selig impuso las primeras
sanciones contra los consumidores en la década pasada. Eso es falso y ojalá
algún día se repita lo suficiente como para descartar esa mentira como
argumento en este necesario debate.

El propio presidente Ronald Regan firmó un acta
en 1988, prohibiendo la venta, consumo y aplicación de esteroides en Estados
Unidos sin fines médicos. Luego, en 1991, el comisionado Fay Vincent instruyó
por escrito a los 26 equipos de entonces, condenando el uso de sustancias
prohibidas para mejorar el rendimiento deportivo.

Esto prueba dos cosas: por un
lado, la penosa actuación de quienes, hasta comienzos de la década de 2000,
formaron la sociedad de cómplices que aplaudió a los peloteros dopados, gracias
a que producían victorias y dinero; y por el otro, que aquellos que incurrieron
en dopaje violaron la ley y se saltaron lo dispuesto por el comisionado, a
quien destituyeron poco tiempo después.

2
El
argumento que pide reconocer la existencia de la Era de los Esteroides como una parte integral de
la historia del beisbol y, por lo tanto, exculpar a todos los que integraron esa
generación, tiene también una base poco firme.



Parte de la historia del beisbol
fue la barrera racial que duró más de medio siglo y, gracias al Cielo, no la celebramos
ni la reconocemos, sino que, en cambio, la denunciamos.



Lo mismo puede decirse de
las apuestas, que tuvieron su punto más alto en 1919, con el escándalo de los
Medias Negras.



3
Todo esto nos lleva a otro argumento muy usado en defensa de
aquellos que se doparon y ahora son candidatos a Cooperstown: si al Salón de la Fama no pueden entrar Barry
Bonds y compañía, hay que sacar de allí a todos los sociópatas, como Ty Cobb; a
los peloteros que consumieron anfetaminas para mejorar su resistencia (muchos,
aunque no se sabe a ciencia cierta quiénes); y a los que apoyaron abiertamente
el racismo, como Cap Anson.



Eso es como pedir que, puesto que en nuestras calles
abundan los ladrones y los asesinos, aquellos que están presos en las cárceles tendrían
derecho a salir en libertad.



Ojalá algún día pueda limpiarse el pabellón, ya
que uno de los requisitos para la inmortalidad es exhibir una conducta ética
comparable al desempeño deportivo. Pero mientras tanto, la solución no pasa por
seguir inmortalizando a aquellos que se sepa que han hecho trampa y violaron
reglas y leyes.
La sociedad
de cómplices continúa. Sí, hay sanciones y acaban de anunciarse nuevas
disposiciones para controlar el uso de sustancias prohibidas. Pero que haya
votantes que escriben sin ambages que votan simplemente por los números y
argumentan que no importa que un pelotero haya consumido esteroides (Rafael
Palmeiro, por ejemplo) es avalar, y en muchos casos —pues se trata de
periodistas en sus 40 o 50—, es continuar con la actitud que llevó a la mayoría
de la prensa de los 90 a
mirar a otro lado.



Acusar de hipócritas a quienes no votan por Bonds, Palmeiro
y compañía es igual a robar y gritar ¡Al ladrón!, para desviar la atención. Algunos
dentro de ese 60 o 65 por ciento quizás han sido coherentes frente al problema
y otros, al menos, han decidido enmendar su error.

Publicado en El Nacional, el domingo 14 de enero de 2013-
Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

10 COMENTARIOS

  1. En mi opinion si son hipocritas. Durante la carrera por los jonrones de Sosa y McGwire nadie dijo nada.Y no dijeron nada porque esa carrera trajo de nuevo al publico que habia abandonado los estadios por el rechazo a la huelga del 94 que los dejo sin serie mundial.

    • Bueno, Manolo, la vida me ha enseñado que generalizar lleva a caer en errores.
      Sí, habrá hipócritas, pero también habrá alguno que otro que nunca apoyó eso de los esteroides (acá en Venezuela yo mismo lo denuncié en El Nacional, en 1998; tiene que haber varios más allá). Y bueno, estarán también los que hayan cambiado de opinión, que antes desconocían el asunto y hoy, con toda la información que existe, piensan distinto que entonces. Alguno debe estar en ese último grupo. Y qué bueno, por cierto, pues en la vida tenemos derecho a (y es casi inevitable) cambiar de opinión con el curso de los años.
      Saludos.

      Ignacio

  2. Hola Ignacio
    creo que tienes que modificar el parrafo 1 de este post. Si bien es cierto que en 1988 se emitio el Acta de Sustancias Controladas, esta acta fue modificada en el año 2004 para incluir a los esteorides anabolicos. De hecho, la sustancia pivot de todo el enrollo del famoso reportaje de Mark McGwire en Sports Illustrated, la Androstenediona, fue controlada legalmente por la FDA en los Estados Unidos en el año 2004 y hasta ese año se comercializaba legalmente. De hecho no se ha demostrado aun que la Androstenediona sea un esteroide anabolico y no un precursor, como se les denomina farmacologicamente, y hasta cuando se comercializo legalmente en USA era considerado un suplemento dietetico similar a la creatina, otra hormona de las conocidas que hoy en dia en su forma artificial es de consumo normal por una gran cantidad de atletas profesionales en el mundo.
    En lo personal creo que Cooperstown es un museo de beisbol y el Salon de la Fama un lugar donde se entronizan hazañas deportivas.
    Si se lograron usando limas de uña, escupiendole a la pelota, tomando anfetaminas o Androstenediona mientras estas cosas no eran reguladas es parte del ir y venir historico del deporte para mejorar la competencia. Y estos asuntos son muy distintos a vender el resultado de un juego de beisbol como los hicieron los Medias Negras de 1919 o como se presume lo hizo Pete Rose como manager apostando a los resultados de su equipo.

    • Manuel, buen amigo:
      Los anabolizantes fueron incluidos en el Acta de Sustancias Controladas en 1990, no en 2004. Y no me refiero a los precursores, como la Androstenediona. Hablo de esteroides puros y duros, como el Estanozolol y muchos otros más. Como fuere, está el memorandum de Fay Vincent señalando a los equipos la prohibición del uso de estas sustancias, a propósito, justamente, de su entrada al acta meses antes. Ese memorandum de Vincent, por cierto, fue refrendado por Bud Selig en 2001 o 2002, no recuerdo con exactitud, cuando él mismo giró una comunicación en similares términos a los 30 equipos.
      Recibe un abrazo muy bien calculado,

      Ignacio

  3. Para complementar la parte final de mi comentario, tambien creo que cuando las reglas estan claras para todas las partes y una de esas partes las viola a conciencia, como son los casos casi que diarios de jugadores que son descubiertos tomando sustancias prohibidas como Melky Cabrera o Manny Ramirez, la sancion debe ser ejemplar y una sola: quedar expulsado de por vida del beisbol organizado. Con eso automaticamente se evitarian disquisiciones sobre si en el futuro estos jugadores tendrian un caso para ir al Salon de la Fama porque, como le pasa a Rose, el estar expulsado de por vida del beisbol organizado inhabilita al jugador para ser postulado para entronizarse en Cooperstown.
    incluso creo que la LVBP y el Salon de la Fama del Beisbol Venezolano deberian implantar esta regla porque, lamentablemente, creo que en Venezuela este problema no se ha acabado.
    saludos sabermetricos

  4. Excelente articulo como siempre. Sigo pensando que la solucion no puede ser a medio camino. La justicia es para todos por definicion. Los peloteros encontrados culpables por esteroides.deberian ser eliminados de toda estadistica, como si no existieran. El castigo por doping debe ser de 2 años y si reinciden eliminados de todo registro. Y a partir de ahora si un jugador es culpable su equipo debe ser penalizado quizas con descalificacion para playoffs o algo asi.

    • En algo coincidimos: la pena debería ser mucho más severa y pronta. Como en el resto de los deportes de alta competencia, que al segundo yerro quedan fuera de por vida.

  5. Hola Ignacio, yo comparto la tesis de Buster Olney: que Bonds y compañía entren al HoF y que en su placa se escriba lo que se sabe y/o sospecha sobre el tema de esteroides. Saludos

    • No está mal, Sergio. Aunque no sé por qué limitamos el "contar la historia del beisbol" al pabellón donde están las placas. Después de todo, en el museo del Salón de la Fama, donde sí se cuenta la historia del beisbol, hay gran cantidad de bates, uniformes, pelotas y objetos de jugadores dopados, apostadores, racistas y un largo etc., incluyendo a Rose, Joe Jackson y, por supuesto, Barry Bonds.
      Saludos,

      Ignacio

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