Las directivas de ambas escuadras acordaron reducir las tensiones de los últimos días y dirimir el título sin violencia
VALENCIA
Luis Sojo y Pedro Grifol se estrecharon las manos poco antes del séptimo encuentro de la final y conversaron cordialmente detrás del home.
La Billo’s Caracas Boys hizo sonar sus acordes después de la práctica de bateo.
No hubo canciones burlonas. No hubo la tensión del día anterior.
“Desde anoche hemos estado conversando, no tenía ninguna preocupación de que algo malo podría volver a ocurrir”, aseguró José Grasso, presidente de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
Lara y Magallanes estuvieron a punto de protagonizar una gresca dos veces, el martes, y sus peloteros han intercambiado gritos y gestos desde el lunes.
Luego de una noche en la que a través del sonido interno del estadio José Bernardo Pérez sonaron melodías expresamente colocadas para hacer mofa de los toleteros rivales, se encendieron luces de alarma cuando la tensión llevó a algunos fanáticos a intentar agredir a los jugadores.
Directivos de ambas divisas conversaron antes del duelo decisivo. En el cónclave, intercambiaron quejas y plantearon soluciones, enterrando, al parecer, el hacha de la guerra.
“Todo esto se hablará en la convención anual, somos socios de un espectáculo”, censuró un ejecutivo de un tercer equipo, presente en el estadio José Bernardo Pérez. “El problema es que la solución a muchas de estas cosas ya existen, pues hay acuerdos a los que hemos llegado unánimemente. Pero al comenzar la temporada algunos los olvidan”.
Grasso admitió que hay antecedentes que se remontan a la final de 2006. Prometió intervenir para que estos capítulos no se sigan acumulando.
“Hay mucha violencia en nuestra sociedad”, apuntó. “Todo esto será llevado a las jornadas de reflexión y posteriormente a la convención anual. Lo positivo es que ha habido mucha receptividad”.
Los umpires conversaron antes del encuentro con los gerentes de los dos clubes en disputa, para pedirles su intermediación, a fin de exigir moderación a los peloteros.
Se evaluó la posibilidad de comenzar el partido con un warning, para que fuera expulsado el primero que rompiera el orden. Finalmente, no hubo advertencia.
“Vamos a pasar la página”, pidió Grasso. “Este que empieza es un juego nuevo”.
Publicado en El Nacional, el miércoles 30 de enero de 2013. Aquí la nota original.