Un día después de ser guillotinado dos veces por los pitchers
de los Indios, Víctor Martínez retomó
su insólito ritmo de acumular esta temporada más cuadrangulares que ponches
recibidos, una rareza que ocurre casi nunca en las grandes ligas, entre
peloteros regulares.
fusilado durante el cotejo.
ponchetes. Sólo uno de esos ha sido viendo pasar el tercer strike, sin tirarle.
era receptor con la tribu. Quiere decir que con el próximo bambinazo habrá
sobrepasado ya la mitad del camino hacia su tope personal, cuando ha
transcurrido una cuarta parte del campeonato, solamente.