Odúbel Herrera |
Tres décadas sin títulos es demasiado. Es lógico que la
legión de los Tiburones esté decepcionada. ¿Cómo ver el vaso medio lleno, tras
otra eliminación?
ojos que esta. El equipo tampoco llegó a la final, pero clasificó con relativa
holgura en la ronda eliminatoria, si necesidad jornada de desempate.
página solo con amargura, especialmente porque este torneo deja cosas que
eventualmente pueden ser ganancia, con buen ojo y continuidad.
un golpe de timón. La Guaira contó con posiblemente el mejor evaluador entre
los ocho managers de la liga, pero no se apoyó en él al contratar a los
refuerzos.
la mano o de no invertir el cupo en dólares recomendado por el ministerio del
Deporte.
por arriba del segundo equipo más prolífico, los Cardenales, y el doble del
líder indiscutible de la eliminatoria, Caribes.
Siguieron contratando
extranjeros en enero y tramitaron a sus grandeligas hasta el último momento, al
punto de conseguir a Alcides Escobar en plena semifinal.
demanda una revisión: puede que no resulte beneficioso tener 20 importados contratados
en septiembre, porque su constante llegada, en lugar de un beneficio, quizás
fue un problema: obligaba a tomar decisiones antes de darles un chance real de
mostrar lo que tenían, y así los despidos tempraneros abundaron.
Fue una señal consistente mantener a Buddy Bailey en su
cargo, a pesar de la mala racha que por poco saca a los escualos de la pelea. Si
lograron contratar en marzo al más exitoso piloto del último medio siglo en la LVBP, era
necesario apoyar su proyecto de largo plazo, tan exitoso en Aragua durante una década. Porque no
otra cosa necesita La Guaira: largo plazo, a pesar de las lógicas urgencias.
Bailey que en algún momento fueron los Tigres. Quedan gestos de rebeldía que
recuerdan sus primeros tiempos en Maracay. Es probable que vengan cambios de peloteros, si el estratega se mantiene. Pero en este torneo sucedió algo de
capital importancia: por primera vez en dos décadas, los litoralenses se
apoyaron más en el pitcheo que en el bateo, a medida que avanzó la justa.
de un nuevo tiempo para esta escuadra, que tuvo una rotación con tres buenos brazos
del patio (Edgmer Escalona, Ramón Ramírez y Junior Guerra), que cuenta con potenciales
candidatos para completar el quinteto en la 2014-2015 y que tuvo un bullpen más
nutrido y dominante que en el pasado reciente, con Grégory Infante al frente.
defensivos sin importar la crítica, el resurgir del Cafecito José Martínez y la
participación en enero de bigleaguers como Escobar, Miguel Rojas y Carlos
Sánchez también fueron logros.
tristeza de tres décadas esperando otra corona. Pero más allá del resultado,
los Tiburones tomaron el camino correcto. Y es esa la ruta que necesitan seguir
para finalmente romper con la sequía.