Rafael Flores,
querido miembro de los Cardenales de Lara desde hace muchos años, murió este
martes en Barquisimeto. A todos quienes le quisieron, nuestra solidaridad y abrazo
de condolencia. Por eso, reproducimos aquí las palabras que Alfonso Saer, la
voz de los pájaros rojos, escribió en recuerdo del cordial octogenario, cuyo
saludo nos acompañó al llegar o salir del estadio hasta el último juego
disputado este año en la Ciudad de los Crepúsculos. Paz a su alma
¡Hola, pequeño amigo!
A nuestro tradicional saludo, Rafaelito Flores respondía con
afecto y alegría. Su tamaño no se correspondía con su calidad humana.
afecto y alegría. Su tamaño no se correspondía con su calidad humana.
En el búnker particular, su habitación perenne en el estadio
Antonio Herrera Gutiérrez, siempre había algo más.
Antonio Herrera Gutiérrez, siempre había algo más.
“Si quieres entonar la voz, ahí tengo algo sabroso”, repetía
siempre, al vernos ingresar al parque. Nos “amenazaba” con el cocuy de buena
penca que reposaba en su mesa de noche.
siempre, al vernos ingresar al parque. Nos “amenazaba” con el cocuy de buena
penca que reposaba en su mesa de noche.
Rafaelito fue ficha cardenal por más de medio siglo. Era el
más solicitado antes de cada gira, porque en el maletín de su mismo tamaño
guardaba los reales de los viáticos.
más solicitado antes de cada gira, porque en el maletín de su mismo tamaño
guardaba los reales de los viáticos.
Fue un “hacelotodo” en Cardenales y este martes brindó su
cocuy en el último adiós.
cocuy en el último adiós.
Se fue con su negro maletín y su gran estatura de buena
gente, una vez que, desde lejos, brindó por el quinto campeonato.
gente, una vez que, desde lejos, brindó por el quinto campeonato.
Se te quiere, pequeño amigo.
Alfonso Saer
