El mejor equipo de las Grandes Ligas se despide una impredecible temporada que ni el más entusiasta de sus seguidores vaticinó. Los Dodgers de Los Ángeles vencieron 2 por 1 los Gigantes de San Francisco para definir la más reñida de las Series Divisionales que fue la única que requirió ir al máximo de cinco compromisos.
El compromiso del jueves terminó de la forma más inesperada para lo que fue un reñido duelo.
El venezolano Wilmer Flores estaba bateando con la carrera del empate en primera base. El veterano Max Scherzer le tiró una slider afuera y abajo. El valenciano hizo un amago de tirarle, pero la repetición muestra que no lo hizo.
La opinión del umpire de la primera base fue diferente y ponchó al carabobeño.
«De esto es de lo que se hablará por un rato y entiendo el porqué”, analizó el mánager Gabe Kapler al terminar el partido. “Es súper duro terminar un juego así. Estos muchachos trabajaron mucho para tener que terminar así».
«Pero no creo que haya necesidad de estar molesto por eso», agregó. «Hay otras razones por las cuales no ganamos hoy».
El principal argumento es el quirúrgico manejo del pitcheo que tuvo su contraparte. Dave Roberts decidió apostar a su bullpen para tratar de ganar y lo consiguió.
Los relevistas Corey Knebel y Brusdar Graterol comenzaron el combate con dos innings en blanco para darle la pelota a Julio Urias. El mexicano se lució con cuatro entradas de una carrera, cinco ponches y solo tres imparables.
“Estamos procesando el juego», confesó el estratega. «Y pensando en los momentos que nos pudieron ayudar a obtener otros resultados».
La artillería de los Gigantes solo pudo fabricar seis hits y una sola carrera producto de un jonrón de Darin Ruf.
“Los pitchers de los Dodgers lanzaron muy bien», admitió Kapler. «Hay que quitarse el sombrero”.
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Los brazos de Los Ángeles poncharon a trece rivales, no concedieron boletos y el único traspiés fue el cuadrangular del jardinero.
“Esto es béisbol», lamentó el timonel. «Esto es lo que pasa y ellos nos vencieron”.
Por Marcos Grunfeld
