EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
Dos victorias. Ese fue el estrecho margen que separó a los Tiburones de un balance perfecto en la temporada 2022-2023. Solo dos triunfos le habrían dado su primera corona en 36 años, de haber ocurrido ambos en los últimos juegos de la final.
La Guaira ha sufrido durante tanto tiempo, y han sido tantos los planes truncos, los proyectos a medio completar, que lo ocurrido en los últimos 12 meses deja una sensación positiva que puede llegar a ser peligrosa, si se limita a la autocomplacencia.
Porque sí, los escualos están en el camino correcto desde que entregaron la gerencia general a César Collins y éste cambió el panorama de los litoralenses con un puñado de decisiones claves. Pero el objetivo último todavía no ha llegado.
Ese objetivo, por supuesto, es la conquista del campeonato. Hay razones para sentir alivio y motivos para cimentar esperanzas. Pero el largo padecimiento de la fiel fanaticada guairista no terminará hasta el día en que celebren, por fin, la obtención del octavo título de esta histórica divisa.
Los Tiburones necesitaban un proyecto así. Necesitaban reconciliarse con sus grandeligas y con su fanaticada. Necesitaban crear una sinergia que permitiera pasar de la ilusión a la convicción. Y ese paso se dio.
Para eso, era necesario llegar al extremo de invisibilizar la anterior cadena de mando. Darle todo el poder a la nueva gerencia, incluso a costa de accionistas y demás directivos. Y ese ha debido ser el movimiento más difícil en este camino. No solo realizarlo, al comienzo, en febrero de 2022, sino mantener a los Tiburones en esa dirección. Chapó.
Porque proyectos hubo. El primero, con la venta de los escualos a comienzos de siglo, y el de Carlos Subero, el de Jorge Velandia, el de Buddy Bailey y el de Oswaldo Guillén. Algunos se solaparon y ninguno tuvo la autonomía de vuelo que necesitaba. Y debido a eso, y a otros asuntos sobre los que no vale la pena abundar aquí, se fue tensando la relación entre la fanaticada, las principales figuras del equipo y ese tren de mando que esta vez, con buena visión, aceptó dar un paso al costado.
Collins está en buena racha, y La Guaira supo aprovecharlo. Venía de impulsar la creación de la Liga Mayor y de ser campeón con los Senadores de Caracas. Su paso como parte de la gerencia del Magallanes terminó con la más reciente corona de los turcos. Y tenía ideas útiles que poner en práctica.
Para eso, necesitaba libertad de acción y la obtuvo. Necesitaba que se hicieran a un lado las distracciones perjudiciales del pasado y lo logró. Necesitaba reunir esfuerzos y lo consiguió.
Ese es el princial logro de los salados en la 2022-2023. Que regresaran los bigleaguers descontentos, como Yolmer Carlos Sánchez, Ronald Acuña Jr. o Alcides Escobar. Que la gente se entusiasmara desde temprano. Los anuncios que Collins fue goteando en las redes sociales desde mediados de año y las firmas de ligamenoristas interesantes fueron creando el buen ambiente.
Desde sumar talento joven, como Manuel Olivares, hasta asegurar a los veteranos que resultarían decisivos, como Franklin Barreto o Ehire Adrianza, pasando por consolidar un nuevo cuerpo técnico que ayudara a refrescar ese ambiente con rostros e ideas para la esperanza.
El debut de Acuña resultó la nota más alta y era la más difícil, porque también obligaba a contar con el placet de los Bravos de Atlanta. Sin embargo, también deja una inquietud: el intempestivo adiós del astro perjudicó la imagen y quizás los resultados finales, por la manera en que sucedió. Eso habrá que tratarlo. Y habrá que cambiar para bien lo que pueda cambiarse en el futuro, en caso de existir una segunda oportunidad.
Las ideas para vincular a la afición también influyeron. Hubo un día especial para rematar mercancía de temporadas pasadas en el Universitario; jornada de firmas, y emplear a los propios peloteros para promocionar el reparto de boletos gratuitos; la campaña «Believe»; y así, más.
Cada paso dado en ese sentido fue pertinente. Se logró un cambio desde adentro hacia afuera, con inteligencia. Y eso se notó en la tribuna, con mejores asistencias, y en los resultados, lo más importante de todo.
Fue crucial en este proceso todavía inconcluso, que los Tiburones avanzaran a la final. Allí jugó todo lo que se planificó, todo el esfuerzo en el terreno, pero también la suerte, ese toque de buena fortuna que también pesa en la alta competencia. Disputar la corona con los Leones ratificó ese buen hacer y atornilló la esperanza en la gente. El «Sí se puede» pasó de ser un slogan a una realidad. Aunque el jonrón de Harold Castro terminó con el sueño de la 2022-2023, todo lo sucedido permite pensar en grande para la 2023-2024.
La Guaira invirtió fuerte. Y eso también pesó. No se puede competir ante adversarios que invierten fuerte si tú no lo haces. Recordemos al Caracas de bajo presupuesto, poco tiempo atrás. O a esas divisas que han optado por reforzarse con extranjeros de segundo nivel. Sumar a los grandeligas cuesta dinero. Mejorar la importación, también.
En este útimo aspecto hubo aciertos –Nate Antone, Sam Bordner, Carlos Castro– pero también decepciones. Pareciera que la prioridad fue la base criolla. Y se entiende.
Castro ha podido y ha debido ayudar más en enero. Y si estaba clara su definitiva postergación, ha debido reemplazársele a tiempo por un pitcher que colaborara cuando más falta hacía. Parece haber sido una decisión del cuerpo técnico, pero a todas luces fue un error: ¿de qué servía el slugger dominicano en la banca, tomando apenas un turno desde el 7 de enero y ninguno en la final?
La gerencia se movió en la recta decisiva, es cierto. Pero ni Carlos Machorro ni Aldo Montes lanzaron como lo hicieron en México, sobre todo el primero.
Todo eso pesó a la hora de disputarle la corona a los Leones. Y uno no deja de preguntarse qué habría pasado si, a pesar de la urgencia, el manager Henry Blanco no fuerza la barra con su rotación.
¿Perdieron el título los litoralenses el 21, cuando avanzaron a la final? Porque Blanco se sintió obligado a usar sin descanso regular a su as Ramón Junior García. Y luego lo llamó a abrir con solo un día de descanso, empezando quizás el peor lapso de García en su carrera como profesional, con 13 carreras y solo 7.0 innings en tres salidas seguidas, cuando más falta hacía.
Se entiende la urgencia del cuerpo técnico, sí. Y está claro que habían perdido la fe en Montes. Pero ese futurible flotará para siempre en la mente de quienes seguimos la final. ¿Habría sido distinto el resultado con un manejo más prudente del cuerpo de serpentineros? Y por otro lado, paradójicamente, ¿había brazos suficientes para resolver la ecuación?
Esto va a perseguir a Blanco durante mucho tiempo. Si gana los últimos dos juegos, se habría convertido en leyenda guairista. En cambio, la derrota dejó expuestas sus decisiones, como es natural –y a veces injusto– con todo estratega.
Si hizo lo que debía hacer, las cosas tampoco salieron bien. Pero ni lo uno ni lo otro se puede probar ya.
Sí parece que a Blanco le haría continuar mejorando como dirigente si confiara un poco menos en el deseo de sus dirigidos. Me explico: más Buddy Bailey y menos votos de confianza cuando se puede utilizar a otro lanzador.
El nativo de Guarenas es un buen manejador de grupos, y eso no es fácil de conseguir. Y esta temporada, por ser la primera suya al frente de un equipo mediático y finalista, le planteó nuevos desafíos. De las conclusiones a las que llegue dependerá su crecimiento como piloto. Pero es un tipo inteligente. Por eso ha llegado a donde está.
Este torneo representó un nuevo comienzo para la franquicia. Y termina con otro volver a empezar, al concretarse la venta de la novena. Los nuevos accionistas seguramente llegarán con deseos de impulsar la divisa un poco más allá. Ya vimos el primer gesto, con la compra de dos espectaculares autobuses Mercedes que estrenaron en enero en los traslados al interior.
Ratificar el proyecto iniciado hace 12 meses es crucial. Los Tiburones no pueden permitirse otro reseteo, especialmente cuando el rumbo por fin parece correcto. Quienes vienen, seguro llegarán con ideas. Ojalá que una de ellas sea profundizar en este camino, para seguir enamorando a la afición, mantener una escuadra competitiva en el campo y darle a La Guaira la oportunidad de ganar esos últimos dos juegos que esta vez le faltaron para desatar la tan ansiada celebración.
LEE TAMBIÉN:
- EL EMERGENTE. Lo malo y lo bueno de la temporada (I): las Águilas
- EL EMERGENTE. Lo malo y lo bueno de la temporada (II): Magallanes
(Ignacio Serrano)
Foto: Prensa Tiburones de La Guaira
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Excelente Artículo Ignacio!
Muy acertado. Especialmente; en los comentarios hacia H Blanco.
Tiene que ser más audaz, en el uso del Bullpen; y confiar menos en lo que le dicen los pitchers en el montículo.
Felicidades por tú trabajo en TV …impecable!
Saludos Cordiales!
UCHO TIBURÓN
Gracias, Gustavo. Un abrazo
Excelente análisis, al fin alguien está de acuerdo con respecto a lo de este señor Castro, habrá que esperar si los veteranos se reunirán nuevamente en pro de buscar la ansiada corona y si los jóvenes no tomen la decisión de no jugar por la falta de oportunidad al final de la temporada y el round robin, y no pase como con Acuña que no quería jugar por no aparecer en line Up cuando debitó. Amanecerá y veremos, igual Pa’Encima!!
Excelente análisis, al fin alguien está de acuerdo con lo de este señor Castro, esperemos que los veteranos se uniformen de nuevo para buscar el ansiado título y que los jóvenes igualmente no pongan excusas para jugar después de la falta de oportunidades en final de la temporada y todo el round robin, amanecerá y veremos, seguimos diciendo PA’ENCIMA!!
PA’
Saludos, acertado comentario.
Excelente análisis de lo que fue la mejor temporada de los Tiburones en los últimos años. Acertado como dirigió Henry Blanco. Lo hizo con lo que tenía y la guinda del pastel hubiese sido el campeonato en esa final con el Caracas. Saludos Nacho. Un abrazo
Cierto, excelente artìculo. Coincido en muchos aspectos entre ellos confiar màs en lo que tiene en la banca, no enfrascarse en un solo jugador, especificamente con Francisco Arcia. Ahì se le fue la mano, demasiada confianza. No sacarlo en aquel 8vo inning del 6to de la final por un corredor emergente fue un gravìsimo error. Espero haya hecho una mea culpa. Pero si, un muy buen resumen, digamos de la que fue la temporada en la cual no nos daban de favoritos. Pienso que màs temprano que tarde finalmente alzaremos la copa con la ayuda de todos y sobre todo con la ayuda de Dios.
Excelente artículo. Quizás la historia hubiera sido otra si hubiere podido contar con otro abridor para la final. Pero las condiciones del campeonato permitirán adicionar un solo pelotero, algo que a mí entender es injusto, porque las restricciones de los grandes ligas se acrecientan al final de enero.
Henry blanco no uso correctamente a sus picher sobre todo alguacil le dió cátedra de cómo hacerlo.. con pinto y Hernández que trabajaron con efectividad impecable en la serie del caribe y el enamorado de nante claro la idea era que sus amados leones quedarán campeones
Felicitaciones Ignacio, excelente analisis y no tengo ninguna duda que el campeonato se perdio por mal manejo del picheo, del resto del analisis, de acuerdo contigo. Feliz tarde
Sin desperdicio, cada unas de tus palabras apegadas a la realidad de lo que fue esta temporada exitosa, sin el título pero exitosa. Nos reencontramos con ese amor por nuestra divisa y yo siento que serán muchos años dónde vamos a celebrar por todo lo alto. El 8vo está muy cerca
Excelente artículo. Muy objetivo. Desde que era un niño no he visto a La Guaira alzar el título. Definitivamente deja un buen sabor de boca lo visto en esta campaña. Ojalá y la nueva directiva mantenga en rumbo y no hagan cambios que genere un retroceso en el terreno ganado.
Un desastre Henry blanco fue muy egoísta con Carlos castro ,el picheo lo movía mal puso por encima a arcia teniendo a marchan incomprensible debieron darle más oportunidades a Carlos sanchez y no dejar que se fuera de esa manera y a mi manera de ver las cosas hacer una sustitución agresiva en la final Hernan perez por ángel reyes
Como puedes sacar a Ángel reyez por Hernán Pérez cuando reyez fue el que más jonrones dio en Round robin reyez y balbino fuero pieza muy clave para meternos en la final después como los sacas
Muy buen resumen y cosas o datos que una como aficionado noto. Pero ellos son los gerentes y técnico. Ojalá que para le nueva temporada se note más el esfuerzo.
Debe dársele continuidad a este proyecto, con Henry Blanco incluído. Sin duda Henry tiene cosas que mejorar en cuanto al manejo de los lanzadores, ese timing al que nos acostumbro Budy Bailey. Y otro aspecto es el poco movimiento que le da a la banca, teniendo piezas para atreverse a algo más. Igual mantendría a Henry.
Este es el camino.
Tiburones Pa Encima!!
Hola Ignacio, execelente análisis. En especial el no usas a Carlos Castro cuando más lo necesitábamos. Henry Blanco me disculpas es muy malo manejando el pitcheo,aún habiendo ganado el título lo hubiera escrito.
Para mejorar la próxima temporada los Tiburones deben contratar un manager probado en la liga y que maneje bien el pitcheo y juegue caribe. Henry Blanco no lo ví ordenando un toque, un doble robo, nada de eso se vio en la temporada.
Con respecto a Ronald Acuña Jr que no juegue más aquí, ya que si no aguanta pitos y que los fanáticos de otros equipos se metan con el demuestra inmadurez, además el comportamiento de su papá y familia en general dejo mucho que pensar.
Que sigan tus éxitos. Pa Encima
Creo que le faltó agresividad y a la vez cautela con el pitcheo y con el movimiento de los jugadores! No entendí porqué se traen a Balbino teniendo a Castro! Balbino cumplió,pero Castro lo hizo bien en la regular! Porqué no darle la oportunidad y traer otro pitcher?
Extraordinario artículo, felicitaciones Ignacio, esa capacidad de análisis, fiel sucesor del maestro Humberto Acosta… Escribe más sobre béisbol, más columnas, si se pudiera hacer programas x tv, sobre béisbol, por radio… Éxitos..
Cómo yo lo veo Henry Blanco dirigió mal el pitcheo, debes forzar son lanzador con un día de descanso, Dino para que tomen inscritos en roster al menos 18 pitcher, par que están allí, por otro lado sacas de juego a Ángel Aguilar, Carlos Castro y Leonardo Cabrera y los catcheres novatos para reforzarte con jugadores de posición necesitando pitcher, lo de Carlo Castro no se entiende como relevan al banco un bateador cómo ese. Y como se les ocurre cambiar al Cafecito Martínez, comparen los Números que dejó. Soy Tiburón desde que nació está divisa, Tiburones pa en cima.
Cómo yo lo veo Henry Blanco dirigió mal el pitcheo, cómo vas a forzar a un pitcher lanzando con un día de descanso, para que tienes inscritos en roster al menos 18 pitcher, para que están allí, por otro lado sacan de acción a Ángel Aguilar, Carlos Castro, Leonardo Cabrera y los catcheres novatos Grandes Ligas, para reforzarte con jugadores de posición necesitando PITCHER, lo de Carlos Castro no se entiende como mandan al banco un bateador cómo ese. Tampoco me agrado el cambio del Cafecito Martínez, comparen los Números que dejó. Soy Tiburón desde que nació esta divisa, cuántos mánager y peloteros he visto pasar por acá. Tiburones Pa’encima.
Henry Blanco dirigió mal. No supo manejar el pitcheos y se enfrascó en una alineación, dónde Barreto y Reyes, estaban en un slump y nunca varió el lineup. Muy terco. Lo de Arcia, fue la tapa del frasco. Una de las pocas veces que bateó, no lo sustituyó por un corredor emergente y, tal vez, ahí perdió el campeonato