Luto en la LVBP: muere el Morocho Moreno, guairista de raza

Por Ignacio Serrano

Carlos «Morocho» Moreno, uno de los rostros más emblemáticos de los Tiburones de La Guaira durante décadas, murió este martes, a los 76 años de edad.

No se informaron las causas del fallecimiento del ex lanzador y prominente técnico e instructor, a quien en la foto principal de esta nota se aprecia a la derecha, junto al recordado Graciano Ravelo, Luis Lunar y el Pipo Correa en gráfica tomada alrededor de 1979.

El departamento de Prensa de los escualos confirmó la mala noticia en horas de la mañana.

Moreno fue una institución en el equipo de su región natal, desde los tiempos de Pedro Padrón Panza. Como pitcher activo cabalgó entre dos épocas, formando parte de esa bisagra que unió la primera era, la fundacional, comandada por el gran Luis Aparicio, en los años 60, y la Guerrilla, en los 80, a la que no alcanzó a pertenecer como pelotero activo.

Debutó en la temporada 1967-1968, luego de un corto pero brillante desempeño en la pelota amateur venezolana, el Beisbol Doble A.

Tenía 20 años de edad en su estreno. Y había cumplido los 32 en el torneo de su adiós, en la 1979-1980.

El Morocho Moreno lanzó en 124 juegos de la LVBP, la mayoría como relevista, y dejó marca de 9-13, con 7 salvados y 4.57 de efectividad.

Formó parte de dos escuadras campeonas en la pelota invernal de Venezuela, en 1969 y 1971.

Le tocó actuar en tiempos difíciles para los nativos. En su época los Tiburones tenían una cuota de entre cuatro y cinco venezolanos activos por juego, solamente. Eran los años en que cada escuadra contaba con más de una docena de importados simultáneamente, la mayoria grandeligas, lo que hacía mucho más difícil ver acción.

COACH Y GERENTE

El vínculo del Morocho con La Guaira no se rompió a su retiro. Padrón Panza lo reclutó como coach y desarrolló una carrera mucho más larga como instructor con el único equipo de su vida.

Trabajó como técnico e incluso como gerente deportivo de los litoralenses hasta comienzos de este siglo.

Pero antes de eso también tuvo recorrido internacional. Hasta 1970 fue prospecto de los Bravos de Atlanta, alcanzando Clase A, y emprendió carrera en la pelota mexicana tras desvincularse del sistema MLB, a partir de 1971.

Su mejor campaña como profesional ocurrió en aquel circuito. Fue en 1973, con los Indios de Ciudad Juárez. En ese campeonato sumó 181.0 innings, un tope personal, y dejó marca de 14-6. Laboró como abridor en 24 de sus 27 salidas. Pero lo sorprendente es que salvó 2 juegos en esos 3 relevos que realizó.

Fue su don de buena gente lo que le granjeó los mayores afectos. Moreno fue respetado por quienes compartieron con él en los terrenos, por quienes formamos parte de los medios de comunicación, por aquellos a quienes entrenó y por una legión de personas, cuya expresión de pesar pudo sentirse de inmediato a través de las redes sociales, al conocerse la noticia de su adiós.

La partida del Morocho enlutece al beisbol venezolano. Se va un trabajador, un hombre de bien.

Paz a su alma.

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(Ignacio Serrano)

Foto: cortesía de Totuga Fuentes

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