Por Alfredo Villasmil Franceschi
«¿Cómo está tu papá?», siempre me preguntaba Jorge «Miqui» Miquilena, cuando las Águilas del Zulia iban a jugar a Caracas. «¡Bien!», le respondía yo. «Bueno, me le manda saludos».
Así de llano era Miqui, el eterno recoge bate y asistente de todos de las Águilas del Zulia, quien ya está desde este viernes con La Chinita, alabando al Señor en el cielo. El más antiguo del Caribe y el más ganador de la LVBP.
A los 84 años se nos fue uno de los ínconos de aquel equipo de mis amores. Sí, mi padre, zuliano rajao, como el Negrito Fullero, me inculcó el amor por las Águilas del Zulia. Y cuando fui la primera vez al Universitario, en 1976, a un juego de las Águilas contra el Caracas, lo primero que vi fue a Miquilena.
Le pregunté a mi viejo que quién era ese señor y me dijo qu era el recoge bates del equipo. «Miquilena, se llama», recuerdo aún que me dijo.
Pasaron los años y Miqui ahí. Y en la 83-84, cuando los rapaces ganaron el primer campeonato él lloraba como un bebé. «Hermano, lo que siempre soñé». Y es que Miqui estuvo desde el primer día con el equipo.
¿Cuándo se retiro? El día de su muerte, porque Miquilena siempere fue de las Águilas y siempre fue su equipo. Lo que hizo Miqui fue quitarse el uniforme, no recuerdo si llegó a hacerlo, y dárselo a otro, pero él siempre fue tan zuliano y aguilucho como Agui, La Chinita o el Catatumbo.
Recuerdo un día que me dijo: «Mirá, pásame esos dos bates, que a Cañón no le gustan los bates separados», decía con respecto a Carlos Quintana. Y como esa otras tantas.
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(Alfredo Villasmil Franceschi)
Foto: @MovAguilucho
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