EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
Los Navegantes del Magallanes han sido noticia de nuevo. La firma de Leandro Pineda ha sido una de las novedades más leídas en ElEmergente.com y posiblemente en otros medios de comunicación. Pero eso, adquirir un joven bateador zurdo que proyecta poder, no es necesariamente lo más importante que ha ocurrido con los turcos en estos últimos días.
Es posible que otra contratación, hecha a finales de marzo, tenga más impacto –y de manera más inmediata– en el destino de la nave.
Atención, que no quiero desmeritar la adquisición de Pineda. Es un joven con 1,85 metros de estatura, que debería terminar este año en Doble A. Los 32 extrabases que largó en Clase A el año pasado son un aviso del poder que empieza a desarrollar. Y a su edad, solo tiene 21, es lógico prever que está por florecer como un slugger.
Magallanes necesita bates zurdos que puedan jugar en la LVBP. Y si tienen fuerza, mucho mejor. Como bien apuntó Carlitos Feo en su análisis de final de campeonato, los eléctricos tienen demasiados bateadores derechos, demasiados toleteros con similares características en el home.
Parte de la reconstrucción de los Navegantes pasa por allí, ciertamente. Y puede que encuentren respuestas en el mercado. Como acaba de ocurrir con Pineda, que era agente libre en Venezuela. O como podría suceder si cierran un cambio para adquirir, por ejemplo, a un Odúbel Herrera.
El verdadero remedio que requieren los bucaneros, sin embargo, es otro. O al menos el más urgente.
Es allí donde puede entrar en juego Robinson Chirinos.
Chirinos se incorporó a la oficina de los filibusteros como asistente de la gerencia deportiva. Es verdad que no tiene experiencia como ejecutivo, todavía. Pero aunque pueda ir acumulando conocimiento en ese rol –y ciertamente cuenta con una trayectoria interesante en el beisbol– es otro el papel donde el falconiano puede ser clave.
Y los frutos, muy probablemente, se verán tan pronto como en la temporada 2024-2025.
El Magallanes pasa por un momento que recuerda en parte lo sucedido con los Tiburones antes de llegar César Collins al alto mando. No son casos exactamente iguales, pero hay cierto paralelismo. Y Chirinos puede ser el remedio inicial.
En La Guaira se dio un quiebre entre los grandeligas y los antiguos dueños del equipo. Estrellas como Salvador Pérez y Ronald Acuña Jr. pidieron cambio. Otros anticiparon su ausencia, como Yolmer Sánchez y Alcides Escobar. Y algún líder alzó su voz, como fue el caso del Cafecito Martínez.
El resultado de esta separación entre la oficina y sus astros fue desolador para los escualos. Bien fuera por el trato que decían recibir aquellas figuras o por el recorte presupuestario, el distanciamiento era evidente y perjudicial. Y en ese marco continuaron los malos resultados durante dos, tres, cuatro años más.
Collins lo entendió apenas recibió la gerencia general, en febrero de 2022. Muy pronto inició una serie de visitas a ciudades de Grandes Ligas y Triple A, para comenzar un trabajo que buscaba limar asperezas, restablecer relaciones y reclutar a los bigleaguers. Y los resultados se vieron de inmediato.
Ya en la 2022-2023 empezaron a regresar los hijos pródigos, con Acuña como el más significado. La corona de la 2023-2024 se forjó a partir de aquella gira. Para ganar, era necesario volver a reunir todas las fuerzas posibles, con la mejor disposición.
Ese es el rol que puede jugar Chirinos con los Navegantes.
Los turcos han sido discretos a la hora de ventear sus problemas. Poco se ha dicho de las estrecheces de los tiempos recientes. Pero la directiva que presidió Max Branger recibió hace cinco años una escuadra con dificultades presupuestarias, algo inédito en la nave desde que la dupla formada por Alfredo Guadarrama y Juan José Ávila saneó las arcas y permitió a los eléctricos navegar con rumbo a buen puerto.
Está claro que el Magallanes necesita encontrar el modo de invertir más y mejor para, por ejemplo, presentar una importación tan competitiva como pudo exhibir tiempo atrás. Es un área en la que deben acometer con decisión el actual presidente, Héctor Arias y el gerente deportivo Luis Blasini. Pero Chirinos puede y debe jugar un papel fundamental como reclutador de ese talento venezolano que últimamente se ha ausentado de Valencia.
No hubo expedición venezolana más nutrida en el Spring Training que la de los turcos. Fue la organización con más bigleaguers en 2023 y de nuevo lo es en 2024. Y sin embargo, ha sido mínima la embajada de la MLB en el estadio José Bernardo Pérez en el último lustro, o poco más.
Chirinos destacó en su carrera como grandeliga por su inteligencia, don de gente y liderazgo a partir del ejemplo. Fue un trabajador ejemplar, respetado por sus colegas y muy apreciado por todos quienes han tenido contacto con él. Esa ascendencia bien puede pesar para motivar a muchas de las estrellas magallaneras, de modo de que el roster crezca en nivel competitivo y potencial. Si lo consigue –y hay razones para creer que empieza con ventaja– la nave habrá recorrido ya una parte importante del camino que conduce de vuelta a los playoffs.
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Foto: Prensa Navegantes del Magallanes
Es muy acertado su análisis ya que en este momento es necesaria una reestructuración para volver al máximo nivel competitivo y ser campeones. Es imperativo contratar talento joven que sean bateadores zurdos o lanzadores zurdos ya que son muy difíciles de conseguir y el nombramiento de Robinson Chirinos como asesor deportivo es importante ya que va a ser un ejemplo fundamental para reeconciliar a los peloteros líderes de mi equipo con la gerencia para luchar por el campeonato y la gerencia debe tratar de darles el trato que se han ganado por defender la camiseta naval y estar dando el todo por el todo. Esa fue la fórmula que aplicó César Collins para transformar a La Guaira en un club con hambre de triunfo y ser campeones
Hola amigo ignacio, una pregunta, la firma de finales de marzo se trata de la de eduardo pérez, o se trata de la adquisición de un nuevo jugador
La firma de Robinson Chirinos, deja revisar a ver si es que no fui claro