Juan Lagares fue el Jugador Más Valioso de la Serie Final en Lidom
Por Alfredo Villasmil Franceschi
Santo Domingo. Hace cuatro días nadie, pero nadie, pensaba que lo que ocurrió este lunes en el estadio Julián Javier de San Francisco de Macorís sería posible.
Pocos pensaron que con la serie 3-1 y los Gigantes del Cibao arropando 5-0 a las Águilas Cibaeñas ocurría un “milagro”. Pero ocurrió.
Félix Fermín, un poco molesto con la prensa por los ataques, dijo que movería el cotarro. Y lo hizo. Con pinzas sacó las piezas malas, colocó el vendaje. De allí en adelante, las Águilas ganaron 8-3, 6-5 y 7-4. Tres en fila. Y obtienen así su corona 22 de por vida, para empatarse con Licey como los clubes más ganadores de la Liga Dominicana de Beisbol Profesional.
Juan Lagares lo volvió a hacer en este último juego. Con el encuentro abajo 2-1, sacudió la del empate con un jonrón soberbio por la parte izquierda. Al final cierra la contienda con .379/.400/.793 de línea ofensiva, más 3 estacazos para la calle y 10 remolcadas.
Sus palazos fueron esenciales en la consecución del resultado. Por algo fue el Jugador Más Valioso de la final… De manera unánime.
“Nadie conoce mejor el equipo que yo”, dijo en su oportunidad Fermín. “Iré a mi casa, haré los cambios que tengo que hacer para poner el mejor equipo en el terreno”. De allí en adelante, fue un deslave lo que produjeron los rapaces.
Otro personaje a quien se debe mencionar es el Pepón, Luis Juárez. Desde que se bajó del avión para jugar la serie el mexicano era criticado. Había sido traído para batear, para meterla en las gradas. Pero no había podido. En el último juego, con el compromiso empatado a dos, en el séptimo inning, la sacó del parque y puso arriba a su equipo.
De allí en adelante se produjo una sangría tan grande que se anotaron cuatro carreras más, para un total de cinco y así asegurar el partido con el bullpen.
En fin, queda demostrado, nuevamente, que el juego más importante de todos es el cuarto que se gana en una final. Si no se gana ese juego no se hace nada. Los Gigantes del Cibao lo tienen muy claro hoy.
También quedó demostrado aquello de que las Águilas son las Águilas. Los probaron. Ahora son campeones.
Por Alfredo Villasmil Franceschi
