Por Alfredo Villasmil Franceschi
Santo Domingo. Una de las cosas que más impresionan en Lidom es la pasión que despierta la pelota en la gente. Así no haya aficionados asistiendo al “play”, como le dicen aquí al estadio, en la calle todo el mundo habla de los resultados.
Eso, por supuesto, se extrapola a los peloteros. Y más a uno en especial, a Carlos Martínez “Tsunami”.
En la fecha de su debut, el viernes, el derecho las Águilas Cibaeñas salió a tomar un rolling que había traspasado al montículo. Unos machucones de esos difíciles, como los que se dragan con maestría.
No pudo capturarlo, le dio una patada a la pelota y en medio del revuelo, se tropezó trastabilló y cayó de bruces. Fue aparatosa la caída.
Se paró, soltó varias pelotas y siguió jugando.
“Es que me gusta, me emociona estar jugando en mi país”, explicó el dominicano, quien lanzó por estos lares por última vez en 2014. “Yo le dije a Félix Fermín que me sentía bien, que no me sacara. Yo quería completar mi labor”.
Si te gusta El Emergente, quizás puedas apoyarme con una mínima colaboración mensual. Haz click aquí y sé parte de esta comunidad |
El derecho soltó 45 pitcheos y aquella acción fue en el segundo capítulo.
“Me resbalé, pero me sentí bien después», sostuvo. No quería salir del juego”.
Y es que el lenguaje de signos lo decía todo. Después que le atendió el tráiner, lo vio Fermín y soltó curvas y rectas desde el montículo del estadio Cibao, movió su cabeza en positivo y siguió lanzando.
“Uno se siente como un niño cuando viene a jugar a su país», explicó Martínez. «Vine a divertirme, a trabajar. Es que no quería que me sacaran”.
La labor de Martínez no tendrá limitaciones.
«El equipo (Cardenales de San Luis) quiere que yo suelte innings, porque lancé muy poco este año en Grandes Ligas”, razonó.
Con los pájaros rojos en 2020 dejó efectividad de 9.90, más 0-3 de registro y 17 ponches en 20.0 entradas de labor.
“Mi primera salida iba a ser de 45 pitcheos”, contestó sobre su plan de trabajo. “Ya la segunda será de unos 70 u 80 y al final podré lanzar hasta donde me necesite el manager”.
Sea como sea, es una muy buena noticia para el equipo que dirige Félix Fermín. No todo el mundo se da el lujo de tener a un escopetero de semejante estatura en el Caribe libre para lanzar, hasta cuando el cuerpo no dé más.
Por Alfredo Villasmil Franceschi