La nueva regla del roster de 32
Un cambio en las condiciones de campeonato promete cambiar la forma en que se dirigen los juegos en la pelota venezolana, a menos que los equipos se decidan a eliminar la recién creada cláusula del roster de 32 jugadores semanales
Esta temporada será distinta a todas.
Un pequeño cambio en las condiciones de campeonato promete dar un giro a lo que estamos acostumbrados y amenaza con hacer que los managers se vean obligados a dirigir de modo diferente.
Ese cambio es la implementación de un roster semanal de 32 peloteros, que no puede modificarse, salvo en caso de lesiones.
¿Y cuál es la diferencia? Pues que la nómina será rígida, que no podrá cambiarse de un día para otro, según las necesidades.
Hasta ahora, los clubes elaboraban un roster de 26 hombres que entregaban antes de cada encuentro. En ese roster de 26 sólo aparecía un abridor, el de esa jornada, y 25 peloteros listos para entrar en acción. En consecuencia, era normal ver en la reserva a 3 o 4 receptores, aún a sabiendas de que era muy difícil usarlos a todos, y resultaba natural que 8 y hasta 9 lanzadores desfilaran por la lomita cada noche.
Aquel que lanzara un día podía ser sacado de la lista la tarde siguiente, colocando a otro pitcher en su lugar y garantizando así el descanso de todos.
Los Leones se coronaron de ese modo en la 2009-2010, gracias a la sobreabundancia de monticulistas, y el manager Buddy Bailey aprovechó ese filón para mantener frescos a sus pitchers y retirar a su abridor en el quinto o el sexto innings.
Ahora no podrá ser así.
De los 32 elegibles cada semana, 5 serán abridores, lo que reducirá la lista a 27 disponibles. Una vez restados los 9 bateadores que alinearán como titulares, quedarán 18, una cifra, en principio, lo suficientemente amplia como para permitir a cada estratega jugar con lo que disponga. Pero no será necesariamente así.
Para detener una hemorragia de carreras no podrán apelar a 8 relevistas, como tantas veces en el pasado, porque aquel que lance hoy podría ser necesitado mañana y, peor aún, también podría ser requerido dos días después, aumentando el riesgo de estar cansado y, por lo tanto, de ser bateado por los rivales.
Y debido al cansancio, por cierto, aumentando también el riesgo de lesiones.
¿En qué se beneficia el beisbol venezolano con esa medida?
Parece, en principio, una regla hecha para equilibrar a juro las potencialidades de los ocho equipos. Algo parecido al draft de los 60. No es exagerado sospechar que son normas establecidas para poner coto a Caracas y Magallanes, por ser los clubes con mayor cantidad de material nativo.
Pero esta regla le pegará a todos, porque desgastará por igual el bullpen de grandes y pequeños.
Para los aficionados, habrá más estrategia: más bomberos serán utilizados por más de un inning y los abridores estarán obligados a ir un poco más largo en cada juego.
Será interesante ver cómo se ajusta Bailey, acostumbrado a llevarse a su abridor entre el cuarto y el quinto tramos, o Hudgens, quien gustaba de utilizar a un apagafuegos por inning, dándole descanso al día siguiente de su incursión.
No se extrañen si en la eliminatoria son llamados al montículo algunos infielders o jardineros, como ocurre en las ligas donde se trabaja con un roster cerrado. Después de todo, usted no se arriesgaría a cansar a su lanzador en un juego que pierde por 10 carreras, faltando uno o dos actos para concluir la paliza, ¿verdad?
En esas situaciones, y al no tener pitchers de relleno para usar sin preocupación, los técnicos podrían apelar a un pelotero de posición, para que complete la faena a punta de rectas.
También serán más buscados los jugadores capaces de defender varias posiciones y es posible que los abridores releven de vez en cuando. Dirigir, en suma, será más difícil.
Ya veremos si resulta también más atractivo.
Publicado en El Nacional, el domingo 10 de octubre de 2010.
