Kung Fu Panda 2

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Luego de pasar por el año más difícil de su carrera, a Pablo Sandoval le sobran los motivos para clamar que está de vuelta

PHOENIX
Ryan Roberts fue a batear y miles aplaudieron en el Chase Field.

La noche anterior, el viernes, Roberts decidió el juego contra los Gigantes con un doble por la derecha y metió a los Cascabeles en los playoffs. Y en esa tarde sabatina, feliz coincidencia, Arizona repartió entre sus aficionados varios miles de muñecos con la figura del infielder, como un souvenir.

Roberts estaba en uno de esos momentos en que los batazos tienen ojos y respondió a la ovación con una línea dura hacia la raya de tercera, a varios metros de Pablo Sandoval.

El antesalista de los Gigantes dio un salto felino, en un esfuerzo por evitar el seguro extrabase, y estiró su cuerpo hacia arriba y hacia la mano contraria de su guante, decapitando la línea con limpieza, rodando por la tierra y parándose con gracia.

Es el Kung Fu Panda, que está de vuelta.

“Todo el mundo se ha enfocado en mi preparación física y nadie se fijó en lo que trabajé con el coach José Alguacil”, sonrió el carabobeño. “Y me fajé. Antes de la temporada, eso fue rolling, tras rolling, tras rolling. Cogí como 1.000 diarios”.

El resultado es este antesalista ágil, que no sólo cautiva miradas con su defensa, sino también estadísticas. Tiene el cuarto mejor porcentaje de fildeo en todo el beisbol y, de acuerdo con el índice UZR de Fangraphs, en ambas ligas no hay otro tercera base que le haya llegado a más pelotas difíciles este año.

En un campeonato en el que Sandoval recuperó su mejor forma y volvió a ser el toletero temible que fue hasta 2009, es la defensiva lo que más le hace feliz.

“Sé que soy un buen bateador”, razonó. “Por eso, lo que me tiene más contento, más satisfecho, es mi trabajo con el guante”.

Sandoval llega al final del camino con cifras estelares. El sábado puso su average en .315, con .558 de slugging, el mejor de su carrera. Su OPS de .918 clama sobre su retorno y sólo la eliminación de los Gigantes, ocurrida justamente el sábado, ensombrece su reestreno.

“Ha sido un año importante”, soltó el toletero. “Te sientas y no lo crees. Iba a perder mi trabajo, me iban a mandar a las menores, y regresé con la misma actitud de antes, con las mismas ganas. Ha sido inolvidable”.

El protagonismo de este nativo de Puerto Cabello se siente apenas su nombre es anunciado por los altavoces del parque de los Cascabeles. El abucheo de los rivales le ratifica como la figura ofensiva de San Francisco, a sólo 11 meses de ganar la Serie Mundial.

No fue fácil llegar hasta acá. La alegría del éxito colectivo hace un año se agrió cuando terminó en la banca.
“Nadie sabe por lo que pasé”, confesó, con más remembranza que autocompasión. “Me sentía encerrado entre cuatro paredes. Fue doloroso, no sabía qué hacer. Pero tuve el apoyo de mi familia y mis compañeros, y pude dejar atrás esas cosas malas”.

Bendita lesión. Sandoval está a punto de quebrar su marca personal de 25 jonrones. Pero la lesión que le sacó de juego durante un mes y medio impidió que consiguiera su primera cosecha de 30 vuelacercas y 100 empujadas.

Curiosamente, fue la fractura que sufrió en una mano, dice, lo que le dio la oportunidad de completar su retorno.

“En esos 40 juegos que estuve fuera estudié mucho”, afirmó. “Estudié cómo me lanzaban, veía desde la banca a cada bateador y lo comparaba conmigo. Yo antes simplemente salía a hacer swing. La llegada de Carlos Beltrán me terminó de ayudar. Vi muchos videos, analicé los juegos, trataba de adelantarme a las jugadas. Y entonces llegó Beltrán y me enseñó a batear calmado, a usar todo el terreno, a no hacer swing a todo. A esperar el pitcheo que yo quisiera. Uno tiene que aprender a ir al home con un plan de trabajo. Y allí están los resultados”.

Otra lesión, ésta en el hombro, le ha impedido jugar contra los zurdos en los últimos días. Pero ya no sobrelleva la ración de banca como antes. El viernes, se paró al lado del manager Bruce Bochy después del séptimo inning, para recordarle que ya había relevado un derecho y le tocaba entrar.

“Quisiera ayudar. Estamos en la recta final y me siento mal”, admitió.

Pero le sobran los motivos para la felicidad. Tantos, que se declara incapaz de elegir un momento de 2011 como su favorito.

“Escogería todo: el Juego de Estrellas, haber bateado el ciclo, los dos jonrones en un inning, el premio como Jugador de la Semana”, enumeró, con la misma sonrisa del viejo Kung Fu Panda. “Trabajé mucho para conseguir esto. Quiero agarrar todos esos momentos y ponerlos en el baúl de los recuerdos, porque nunca los olvidaré”.

La frase:

“Todavía no sé si juego con Magallanes. Por mí, juego desde noviembre. Si me dejan, lo haré con mucho ánimo. Si no, trabajaré fuerte para recuperarme de la lesión en el hombro y repetir lo de esta temporada”.

Pablo Sandoval
ANTESALISTA DE SAN FRANCISCO
El dato:

Pablo Sandoval asegura que la lesión que sufre en el hombro sanará con descanso y rehabilitación. Descarta una ida al quirófano.

Publicado en El Nacional, el lunes 26 de septiembre de 2011.

Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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