Los adioses de Magglio Ordóñez

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El slugger pensó en retirarse y acepta que ahora quizás deba despedirse de Detroit. El líder bate de la temporada 2006 cierra este año con buen ritmo, pero sin poder jugar a diario

DETROIT
Hubo un momento en que Magglio Ordóñez, hasta hace poco el venezolano con mejor promedio ofensivo en las mayores, pensó en recoger sus cosas en el clubhouse de los Tigres, despedirse de sus compañeros y retirarse del beisbol.

A mediados de campaña, con su average rondando los .200, sin extrabases ni modo de justificar su estatus y su salario, el falconiano, la cara más visible de la organización en la década pasada, supuso que había llegado la hora del adiós.

El bajón ofensivo de Ordóñez fue tal, que aún ayer, después de pasar 18 juegos consecutivos dando hits y no haberse ido en blanco desde el 14 de agosto, su OPS de .634 era casi 150 puntos inferior al OPS de su carrera, ese .871 que le tiene como uno de los toleteros criollos más peligrosos de la historia.

“Tuve que enfocarme demasiado en el tobillo, porque no estaba recuperado”, explicó el falconiano, cuya temporada 2010 terminó con una fractura y un viaje al quirófano, en medio de una buena cosecha en la que mostraba .303 de average, promedio de embasado de .378 y .474 de slugging.

La rehabilitación hizo que descuidara el resto del cuerpo, señaló. En consecuencia, fue un out frecuente entre abril y julio, perdió su estatus y, con la llegada de Delmon Young, también la titularidad.

“A mitad de temporada estuve pensando en el retiro”, confesó. “(El manager Jim) Leyland y yo hablamos. Y hay que ser realistas, no puedo exigir estar jugando todos los días cuando estoy bateando .220. Me daría pena, por no estar produciendo como siempre”.

Ordóñez tiene 37 años, una edad en la que es más complicado mantener las condiciones físicas en la alta competencia. Él lo sabe. Por eso dice que le gustaría jugar cuando menos uno o dos años más y por ello ha trabajado para recuperar la fuerza perdida.

Los extrabases no han regresado. A partir del 16 de agosto ha bateado para .385 y su promedio de embasado llegó a .409, sin contar el duelo de anoche. Pero el bateador que aspiraba en 2011 a alcanzar los 300 cuadrangulares y los 450 tubeys únicamente sumó 4 extrabases en esos 18 partidos.

La principal preocupación de Ordóñez ha sido retomar el ritmo y fortalecer el físico. Dice que lo ha logrado.
“El cuerpo respondió, gracias a Dios, y ahora estoy al ciento por ciento”, subrayó. “Me siento como antes. La velocidad del bate está allí. El cuerpo está bien. Si no hubiese terminado fuerte, sintiéndome así, guindaría los ganchos. Es difícil tener ganas de jugar y que el cuerpo no te responda. Uno siempre ha puesto los números, ha sido una estrella en su carrera, y cuando llega un bajón así, se piensa en el retiro”.

¿Dónde será el próximo capítulo? Ordóñez no está seguro si en 2012 vestirá los colores de Detroit, la escuadra en la que ha militado los últimos seis años.

“Estoy preparado”, admitió. “Odiaría jugar contra los Tigres, porque es uno de los mejores equipos y están mis panas Miguel, Víctor y todos los demás. Tengo buena relación con la gerencia, con la organización y la ciudad. Ya hablaremos, pero estoy listo para todo”.

Ordóñez quizás sea bienvenido en una escuadra como los Rays, con bajo presupuesto y lugar disponible para apostar por un designado con potencial. O Cleveland. U Oakland.

“Me voy a preparar bien”, advirtió. “Sé que si me pongo fuerte otra vez, si entreno y sigo mi rutina de otras veces, puedo jugar y producir en las grandes ligas”.

El dato:

Magglio Ordóñez ha bateado 11 veces sobre .300, una más que Andrés Galarraga. Ellos son los venezolanos con más cosechas de tres centenas en la historia

Inolvidable 2006

Magglio Ordóñez siguió la carrera de Miguel Cabrera por el título de bateo, recordando su propia búsqueda en 2006.

“Ese ha sido el más difícil de todos mis logros en las grandes ligas”, señaló el falconiano. “Di 54 dobles, 139 impulsadas, bateé .363, di 216 hits. Eso fue una locura, el año de mi carrera. No sólo fue el average, sino todo lo que hice. No hablo de los (28) jonrones, porque el estadio (Comerica Park) no se presta para eso; tendrías que cambiar el swing. Pero debe haber sido uno de los mejores años de cualquier venezolano en las grandes ligas”.

Ordóñez preguntaba a diario por lo que hizo “el chino” Ichiro Suzuki, su rival de entonces. Y soltó el martes, pensando en una celebración para su amigo: “Traer champaña puede ser buena idea. Bueno, al menos para tirársela encima, porque él no se la puede tomar”.

Publicado en El Nacional, el jueves 29 de septiembre de 2011.

Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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