Wilson Álvarez, Oswaldo Guillén, Luis Salazar y Roberto Muñoz no ocultaron su entusiasmo por haber ingresado al Salón de la Fama del beisbol venezolano. A partir de esta semana ya son 53 las figuras con una estatuilla en el Museo del Beisbol
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| Luis Salazar |
Luis Salazar no entendía por qué tenía tantas llamadas perdidas de Venezuela.
“Esto me agarra por sorpresa”, exclamó, luego de participar en la práctica de los Bravos, en Atlanta. “Con razón hasta me llamó mi compadre Oswaldo Guillén. Pero como nadie dejó mensaje, no sabía qué estaba pasando”.
Lo que estaba sucediendo era el premio a la larga trayectoria de Salazar, Guillén, Wilson Álvarez y Roberto Muñoz, quienes ayer fueron exaltados al Salón de la Fama del beisbol venezolano.
Álvarez encabezó la clase de 2011. Su nombre apareció en 110 de las 122 papeletas entregadas por el grupo de periodistas, dirigentes y umpires que integran el Comité Contemporáneo.
Todos los nominados con tres cuartas partes de los votos tienen derecho a formar parte del pabellón. El zurdo logró 90 por ciento y fue escoltado por Salazar (98 papeletas, 80 por ciento) y Guillén (91, para 75 por ciento).
Leonel Carrión, Oswaldo Blanco, Leonardo Hernández y Jesús Alfaro rondaron el 40 por ciento del apoyo y encabezarán el proceso en 2012.
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| Wilson Álvarez |
“Esto me llena de alegría y orgullo”, señaló Álvarez en Florida, donde vive la mitad del año. “No puedo estar más alegre. Es un honor. Ahora toca celebrar con la familia”.
Muñoz fue el único elegido por el Comité Histórico. Resultó el más votado, luego de que su trayectoria fuera cotejada con las de Cito Gaston y Elio Chacón.
“Me quedé con la boca abierta, no esperaba que me eligieran”, soltó en Maracay el ex lanzador del Valencia y Aragua. “Esto tiene un significado muy grande para mí. Ser tomado en cuenta y entrar junto con esas estrellas es gran honor. Me honra muchísimo”.
Muñoz hizo carrera como abridor de los Industriales y llegó a las mayores en 1967, con los Atléticos de Kansas City. De su paso por la gran carpa, que terminó en 1970, escoge dos momentos inolvidables.
“La primera anécdota es haber bateado jonrón en mi primer turno, y con tres en las bases”, citó. “Y recuerdo también un cero que saqué ante 43.000 personas, con los Cachorros, contra los Expos. Ese año Chicago me subió para darme el trabajo de Phil Regan”.
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| Roberto Muñoz |
El hombre que sorprendía al legendario manager Leo Durocher por su afición a tomar leche en el clubhouse fue el primer lanzador en la LVBP con al menos 50 victorias y 50 salvados. Lideró el circuito en rescates hasta la aparición del también inmortal Luis Aponte y dejó 3.05 de efectividad en 17 campeonatos.
Salazar debutó cuando Muñoz se despedía. Lo hizo a tiempo de formar parte de la memorable Guerrilla de La Guaira.
“Esos fueron mis mejores años con los Tiburones”, admitió el anzoatiguense. “Me contenta mucho que mi compadre, que también jugó en ese equipo, haya sido exaltado el mismo día que yo. La Guerrilla nunca será olvidada. Fue un privilegio formar parte de ella”.
Álvarez, que se retiró como el pitcher venezolano con más victorias y más ponches en las mayores, aseguró estar “bendecido por Dios”, debido a todo lo que le ocurrió en su carrera. Sin embargo, no habló de su no-hitter al buscar su mejor momento en el beisbol.
“Después de tantos obstáculos, y luego de problemas en el brazo, lo mejor fue haberme mantenido en las grandes ligas por 14 años”, aseveró el marabino. “Que un muchacho de la calle Santa Lucía llegara a la gran carpa era un sueño que se hizo realidad”.
Para Salazar, el instante más querido en los diamantes no está en sus 13 campeonatos arriba. Su vida cambió desde que en marzo fue golpeado por un batazo que casi le cuesta la vida.
“Tuve buenos y malos momentos, pero ninguno como el 15 de abril de este año”, precisó el coach invitado de los Bravos. “Fue el día inaugural en Lynchburg (clase A) y el día en que regresé a trabajar en el terreno. El estadio se llenó y fue un momento muy emotivo. Superé ese obstáculo por la ayuda de mis hijos, de mi esposa Graciela y de muchas personas que rezaron por mí. Hoy me enorgullece ser un ejemplo para quienes han sufrido algo así”.
Salazar se someterá a una cirugía en octubre. Le colocarán una prótesis exacta a su ojo bueno, el derecho. Luego de eso, vendrá a Venezuela, a celebrar su recién estrenada inmortalidad.
Oswaldo Guillén celebró en Chicago.
“Me siento muy contento”, le dijo a Medias Blancas con orgullo, el blog de los Medias Blancas en castellano.
“Dos ex compañeros de equipo están conmigo en esta exaltación y me siento orgulloso de recibir un reconocimiento tan grande. Es muy satisfactorio representar en el Salón de la Fama a los Tiburones de La Guaira. Que tus propios compatriotas te hagan este reconocimiento es especial. Nunca lo esperé, nunca fue mi meta. Mi meta siempre ha sido representar el juego. En Venezuela muchas veces jugué gratis, sin salario, sólo por distraerme y porque me gusta. Siempre le di todo de mí a la fanaticada”.
Publicado en El Nacional, el miércoles 14 de septiembre de 2011.
