El emergente

El premio Luis Aparicio

Miguel Cabrera ganará este año el premio Luis Aparicio, pero igual fue difícil completar la planilla de votación

Miguel Cabrera será el ganador del premio Luis Aparicio este año. La única interrogante está en saber si algún periodista le impedirá obtener el galardón por unanimidad, como merece.

El slugger no sólo tuvo una temporada notable, sino que lo hizo, además, en una campaña en la que sus escoltas llegaron a la meta muy rezagados en comparación.

Hace un año, por ejemplo, eran tres las opciones claras en el debate: Félix Hernández, ganador del Cy Young de la Liga Americana; Carlos González, campeón bate de la Liga Nacional; y el propio Cabrera, quien terminó en el segundo lugar en la escogencia del Jugador Más Valioso del joven circuito.

¿Quién le hace sombra este año al aragüeño? Nadie.

Como fuere, completar la planilla resultó complicado. Como siempre. Y si no lo creen, esperen a ver hasta el final.

Cabrera obtuvo los lideratos de bateo con .344, de dobles con 48, de promedio de embasado con .448 y de juegos jugados con 161. Con 181 puntos, compartió con José Bautista el tope de la Americana en OPS ajustado y fue uno de los dos toleteros con más de 1.000 en el OPS simple, la suma del OBP y el slugging. Agregó 30 jonrones, 108 boletos, 111 anotadas y 105 empujadas. Y sólo se ponchó 89 veces.

Las cifras hablan claro. Además, causó un impacto más allá de lo numérico, pues su corona de bateo fue apenas la cuarta en la historia para Venezuela.

Los números que redondea, tras nueve torneos arriba (con .317/.395/.555 y 277 cuadrangulares) le colocan únicamente junto a Babe Ruth, Jimmy Foxx y Albert Pujols al buscar a los grandeligas con tales dígitos antes de cumplir los 29 años de edad. Darle el Luis Aparicio será un acto de justicia y refrendará quién es el venezolano de más brillo en las mayores hoy por hoy.

¿Cómo llenar el resto de la boleta? Pablo Sandoval, Víctor Martínez, Carlos González, Miguel Montero y Rafael Betancourt fueron los venezolanos más sobresalientes, después de Cabrera. Pero sólo caben cuatro más, lo que complica la selección.

A Sandoval le ubicamos segundo, porque en el OPS ajustado aventajó por más de 20 puntos a Martínez, nuestro tercer lugar, y porque el Panda aportó la mejor defensa en la tercera base de la Nacional, de acuerdo con el índice UZR. Otro detalle: fue el único otro criollo con un OPS superior a .900, contando a quienes consumieron al menos 100 turnos.

V-Mart brilló, con .330/.380/.470 (Pandoval cerró con .315/.357/552), y sus 103 empujadas seguramente le ganarán muchos votos.

Montero tuvo las estadísticas menos impactantes entre los cinco bateadores que preseleccionamos, pero es inconcebible dejarle fuera. Su aporte ocurrió siendo receptor, la posición más desgastante, y con una defensa que le dejó entre los catchers con mayor éxito ante los corredores rivales.

El careta caraqueño terminó con 18 jonrones, tuvo .820 de OPS, empujó 86 carreras y se convirtió en el cuarto bate de Arizona.

Dicho todo esto, nos quedaron dos peloteros de los Rockies para el último puesto: CarGo, con su segundo 20/20, y Betancourt, con su casi inconcebible relación de 9,13 ponches por cada boleto.

El OPS ajustado del zuliano le puso 26 puntos por arriba de la media de la Nacional, mientras que la efectividad ajustada del sucrense le dejó con 56 puntos por encima del promedio del circuito.

González aportó más a las victorias de Colorado que su compañero, con 2,6 de WAR contra 1,7 del relevista.

Además, el jardinero jugó a diario con una defensa de Guante de Oro, contra 62.1 innings del lanzador.

Fue una decisión complicada. Pero Betancourt, como relevista, también jugó casi a diario, impuso un récord nacional de 24 apariciones seguidas sin dar bases por bolas y al final, por esa marca, nos decidimos por el derecho de Cumaná.

¿Y Asdrúbal Cabrera? ¿Por qué él no, siendo que sacó 25 cuadrangulares e implantó un tope para torpederos venezolanos? Ex profeso, lo dejamos para el final.

El caso del anzoatiguense es complejo. Los bambinazos y sus 92 empujadas cautivan la atención, pero estuvo muy por debajo de sus topes personales en average (.276), promedio de embasado (.332), OPS (.792), boletos (44), tubeyes (32) y quedó apenas por encima de sus marcas previas en hits (165 contra 161) y anotadas (87 por 81). Además, se ponchó 119 veces, 30 más que su máximo anterior.

Tan paradójicas cifras se explican por la determinación de Cabrera a hacer swing más grande: sacrificó contacto, disciplina y aumentó el slugging (terminó con un buen .460), pero sus cifras globales terminaron siendo inferiores a las de los cuatro toleteros que incluimos en la planilla, y también inferiores frente a las de CarGo.

El argumento de ser campocorto debería jugar a favor del torpedero de los Indios. El problema estuvo al buscar qué dicen las distintas formas de medición del alcance y la efectividad con el guante. Según el índice plus/minus, el UZR de FanGraphs y el WAR defensivo de Baseball Reference, cerró por debajo del promedio de la liga. Y según las menos fieles estadísticas tradicionales, estuvo en la mitad del lote, pues fue séptimo con 15 errores, sexto con .976 de porcentaje de fildeo, sexto con 386 asistencias y séptimo con 216 outs.

Cabrera, con todo, habría terminado con un año inolvidable al bate y hubiera sido el gran rival de su tocayo Miguel Cabrera, en caso de no haber caído en la segunda mitad, como cayó.

Después del Juego de Estrellas bateó para .244/.310/.419, con un OPS ajustado de 99, es decir, un punto por debajo de la media de la Liga Americana. Eso hizo que dejara de tener una cosecha brillante y quedara con una muy buena, pero no tanto.

Betancourt, en cambio, tuvo su mejor momento cuando fue nombrado cerrador de los Rockies, en la segunda mitad. En 29 partidos tuvo 0.33 de efectividad, se le embasaron menos de tres corredores por cada nueve innings (con un WHIP de 0.30) y toleró siete hits. La línea «ofensiva» de sus adversarios en ese período fue de dimensiones liliputienses, con .080 de average, un promedio de embasado de .089 y .114 de slugging.

¿Quieren otro dato difícil de creer? A partir del 1° de julio apareció en 33 choques y únicamente regaló un boleto en ese lapso.

Nos costó muchísimo dejar fuera de Cabrera. Pero la de Betancourt fue una de las actuaciones más dominantes en la historia para un relevista criollo y eso merece algún tipo de reconocimiento.
 
Publicado en El Nacional, el lunes 10 de octubre de 2011, y ampliado con comentarios adicionales en el blog.