Un estadio para Caracas
El parque Universitario fue diseñado para una ciudad muy diferente a esta en la que hoy hacemos vida. Para colmo, la Fundación UCV pareciera a veces mirar a un lado
¿Un estadio para Caracas? Hace unos días volvimos sobre el tema, hablando con el colega Alfredo Villasmil mientras esperábamos al presidente de los Leones, Luis Ávila, frente a la cueva de los capitalinos.
¿Quién de ustedes no se lo ha planteado? El Universitario es insuficiente para el espectáculo en que se ha convertido el beisbol profesional y, seamos sinceros, la Fundación UCV en ocasiones actúa como quien mirara hacia otro lado.
Vean esto, si todavía dudan: durante el receso entre campeonatos, alguien robó los cables de aterramiento de las torres de iluminación y las pocetas de los baños ubicados en las gradas. Fue necesario reponer todo, un gasto millonario que corrió por cuenta de los melenudos, a cuenta del fondo tripartito de mantenimiento que comparten con los Tiburones y la propia fundación.
Y los delincuentes hicieron más que eso, pues también robaron el cableado que permite iluminar el último sótano del estacionamiento estructural, lo que ha impedido su utilización en esta temporada, creando un caos automotor, sobre todo al terminar los encuentros.
¿Cómo es posible que alguien pudiera robar los cables de aterramiento de las torres y que nadie supiera, que nadie lo impidiera? ¿Por qué el arrendatario se encoge de hombros ante la situación del último sótano del estacionamiento?
Al estar éste cerrado, los espectadores no pueden llegar al estadio por la Plaza las Tres Gracias, lo que es una molestia, y menos pueden salir en la noche hacia la Plaza Venezuela, lo que genera el caos de vehículos que citábamos al comienzo. Y por cierto, nos dice la gerencia felina que se ha ofrecido a pagar la reparación de la iluminación del estacionamiento, a cuenta del fondo tripartito, sin tener respuesta afirmativa.
Es como si el dueño y administrador de un edificio se rehusara a reparar el ascensor y también le negara a sus inquilinos costear entre ellos tan vital refacción. Como decían nuestros padres: no hay derecho.
El estadio Universitario es patrimonio cultural de la humanidad, como toda la Ciudad Universitaria, y en algunas cosas es cuidado con enorme celo por la Fundación UCV.
Carteles alusivos a la bendición dada por la Unesco decoran las paredes del cemento de Los Chaguaramos. Y con ese motivo, se ha impedido a los equipos remodelar ciertas partes del escenario, como el impráctico e incómodo palco de prensa, donde ni siquiera funciona la conexión de internet.
(Esa prohibición a remodelar el palco de prensa, por cierto, es inexplicable, dado que se ha cambiado el diseño original de los dugouts, las tribunas y, en consecuencia, de casi toda la zona de foul, llegando al punto de que entre los trabajos que se hicieron para los Panamericanos de 1983 y las refacciones de la última década el lugar es otro muy, pero muy distinto al que diseñó el gran Villanueva.)
He aquí, pues, que no existe el mismo celo para evitar el vandalismo, los robos, o para cumplir con las normas elementales de mantenimiento.
El desapego es tal, que la Fundación UCV ni siquiera está atenta a abrir el estacionamiento a tiempo; el domingo, como tantos otros domingos, debimos esperar largo rato afuera, sin poder ingresar al parque a trabajar, porque los encargados de la zona de parqueo no llegaron sino hasta la 1:00 pm.
Los Leones vendían 600 abonos en 2003. Esta temporada vendieron 7.650 “y tuvimos que parar la venta, como cada año”, apuntó Ávila. “Podríamos vender muchos más”.
En una ciudad con 5 millones de habitantes, que se presume moderna, el principal estadio es un sitio vetusto, diseñado para la Caracas de hace 60 años, mal mantenido por sus dueños.
Ávila recordó que, en cambio, Maturín tiene el Monumental. La Copa América dejó una infraestructura que el beisbol, el deporte rey en Venezuela, ya quisiera tener parcialmente.
¿Un estadio de usos múltiples en La Carlota? ¿En La Rinconada? ¿Y por qué no? Es una aspiración de muchos y por ahora sólo un sueño.
Mientras llega, mucho podría hacerse para que nuestro Universitario no sea un problema.
Publicado en El Nacional, el lunes 24 de octubre de 2011.