Los compañeros del receptor esperan tenerle pronto entre ellos. El secuestro del carabobeño ha conmovido la cueva de los bengalíes, donde campea el recuerdo del amigo y del notable pelotero
Wilson Ramos ha participado únicamente en 135 juegos en las grandes ligas. Es, en modo alguno, uno de los peloteros más ricos o más célebres en Venezuela. Por el contrario, siendo un novato, recibió el sueldo mínimo este año en las mayores, su primer torneo completo en la gran carpa.
Ramos, sin embargo, ha estado bajo el escrutinio público desde mucho antes de convertirse en el catcher titular de los Nacionales de Washington, antes incluso de haber sido considerado el prospecto número uno de los Mellizos de Minnesota.
El carabobeño es una extraña gema en el beisbol: un receptor con poder al bate, capaz de ligar con buen contacto y dueño de una defensa sobre el promedio, que le permitió retirar en las bases a una tercera parte de los corredores que intentaron robarle bases en 2011.
“Es un excelente compañero y alguien a quien admiro por sus logros”, señaló ayer Francisco Buttó, de visita en Margarita con el resto de los Tigres de Aragua, el equipo de Ramos en el país. “Ojalá salga de esto y pueda venirse pronto a jugar con nosotros”.
Esa mezcla de talento es la principal razón de notoriedad de Ramos, que desde los 21 años de edad —tiene 24, actualmente— ha jugado en tres finales con Aragua.
“Wilson es un gran amigo, un motivo de inspiración desde que llegó al equipo, una persona muy humilde, que no sólo es emblema de los Tigres, sino de todo nuestro beisbol”, apuntó Ramón Castro, interpelado, al igual que Buttó y otros jugadores de los felinos, gracias a la gentileza de César Arriba, voz oficial del equipo.
Acaso esa haya sido la tentación que llevó a un grupo de criminales a secuestrar al jugador el miércoles, cuando visitaba a sus padres en Valencia: pensar que su talento y su sorprendente trayectoria le dio anticipadamente un lugar entre las grandes figuras de la pelota local.
“El equipo, de verdad, está muy mal”, dijo Héctor Giménez, con voz trémula. “Estamos unidos a su familia, con Fe en Dios, orando por su vida”.
Ramos se había reportado el sábado, para iniciar su preparación con vistas al campeonato 2011-2012. A pesar del cansancio que representa ser receptor en las grandes ligas durante tantos juegos como los que disputó este año, recibió autorización de los Nacionales para actuar en Venezuela.
Hoy, en lugar de causar admiración por la distancia de sus batazos a la banda contraria, es el motivo de congoja que conmueve a los Tigres y al beisbol nacional.
“Estamos mal”, sentenció Luis Maza, con la voz quebrada. “Es mi hermano. Le pedimos a Dios que salga de esto pronto”.
“Es un amigo que se ganó el cariño de todos”, terció Alex Romero. “Pero tenemos Fe. Todos le enviamos nuestra esperanza a su familia”.
Wilson Ramos debutó en la liga local con 19 años de edad, en 2006. A los 21 ya era tenido por el manager Buddy Bailey como el bateador con más fuerza en el circuito. Llegó a las mayores a los 22, en 2010
La jornada del jueves en el beisbol profesional fue una de solidaridad con Wilson Ramos.
Los seis equipos que tuvieron encuentros programados utilizaron lazos distintivos con color verde, en rechazo al secuestro del grandeliga.
Los Caribes desplegaron una enorme pancarta en las tribunas, llamando a la liberación de Ramos.
Por iniciativa de la liga, antes de cada partido se llevó a cabo un minuto de oración en favor del jugador.
Publicado en El Nacional, el viernes 11 de noviembre de 2011. Ampliado en el blog.
que Dios nos de la dicha de que Wilson esté de nuevo con nosotros, y nos siga deleitando con su talento!