El aragüeño da hits, pero también toma boletos, como se propuso esta temporada. El jugador más pequeño en el roster de los Astros confía en que podrá hacer un aporte gigante este año
La fila que se formó en la raya de primera base del Minute Maid Park, el viernes, mostró una suerte de espejismo. Allí, casi al comienzo de la hilera, el tercero, contando desde el home hacia la inicial, estaba parado un muchacho cuya gorra llegaba al hombro de varios de los peloteros que le seguían en el orden.
“Todavía me echan mucha broma”, señaló el aludido, con una resignada sonrisa. “Uno lo toma de la mejor manera, porque es parte de esto. Siempre están con la echadera de broma: en el dugout, en el clubhouse, donde sea”.
José Altuve, ese que habló, es, junto a Alexi Amarista y Pompeyo Davalillo, uno de los tres grandeligas venezolanos de más baja estatura, contando desde el debut del Patón Carrasquel, en 1939.
También es el segunda base titular de los Astros y una fuerza ofensiva, gracias a su contacto y su velocidad.
Altuve llegó al encuentro de este jueves con .368 de average después de cinco choques. No es novedad.
En 2011 hizo un sorprendente recorrido desde clase A avanzada hasta las mayores, gracias a los 200 incogibles que conectó, cifra tope en el beisbol organizado.
Únicamente Magglio Ordóñez (216, en 2007) y César Tovar (204, en 1971) han llegado a dos centenares de incogibles en una zafra de la gran carpa. No hay registro en las menores.
“Me enteré porque lo decía la gente”, confesó el nativo de Maracay. “Trabajé fuerte y salí todos los días a jugar duro. Es mi única explicación”.
Altuve es un bateador con contacto. En las menores promedió sólo un ponche por cada casi 10 apariciones oficiales. Pero su frecuencia de boletos ha estado siempre por debajo de esa cifra y quiere mejorar.
“Ese va a ser un aspecto del juego que me va a ayudar bastante”, aseveró. “Lo hice en el spring training y vi los resultados”.
También lo ha hecho en la semana inicial. En tres de sus sus últimos cuatro partidos tomó al menos una base por bolas. Por eso tenía .435 de promedio de embasado.
Altuve robó 42 bases en 2010. Ya tiene una cosecha de 200 hits y espera sumar pasaportes. Sí, los peloteros de pequeña estatura pueden hacer daño.
“Ha quedado demostrado”, sentenció el camarero. Y sonrió.
José Altuve ha sido usado por los Astros como segundo y como octavo bate este año
José Altuve estaba en clase A hace 12 meses. Ha sido un viaje intenso.
“Uno siempre trabaja fuerte para conseguir sus metas, pero, para ser sincero, no creí que iba a pasar tan rápido”, confesó el aragüeño, enfundado en un reluciente uniforme blanco con rayas verticales, en el dugout de los Astros.
“Sabía que lo podía lograr. Gracias a Dios, salió bien y abrí el juego inaugural. Me siento igual, sólo que en diferentes estadios”.
Publicado en El Nacional, el jueves 12 de abril de 2012.
