Marco Scutaro, el persistente

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Los Rockies le entregaron al yaracuyano la responsabilidad de abrir el lineup en este comienzo de la temporada. Es otro reto para un pelotero que ha hecho de su insistencia y su capacidad de adaptación el modo de triunfar en grandes ligas

HOUSTON
Ese que sale practicar con los Rockies no es un pelotero cualquiera, aunque así se autodefina.

Durante poco menos de 50 minutos, practicará bateo en la primera ronda, la que está destinada a quienes ocupan la parte alta del lineup. Irá luego a la intermedia y tomará roletazos. Practicará matanzas dobles y probablemente pase un rato por las paradas cortas, para mantener fresca la memoria de cómo rota la pelota cuando es bateada hacia el shortstop.

Ese no es un pelotero cualquiera, porque comenzó la temporada como primer bate de los Rockies, y su camarero titular. Pero Marco Scutaro es duro consigo mismo.

“Soy un pelotero del montón”, aseguró, en el Minute Maid Park. “Nunca he tenido las cualidades excelentes de otros peloteros. Me costó mucho firmar, porque no tenía esas habilidades. A pesar de tener buenos años, debía salir la temporada siguiente a volver a demostrarlo. Prácticamente toda mi carrera me ha pasado así. Incluso en grandes ligas”.

No es falso. Scutaro la tuvo difícil hasta hace relativamente poco. Los Indios nunca lo subieron. Ya cambiado a los Mets, pasó fugazmente por arriba.

“Después de mi primer año con los Atléticos, prácticamente tuve que volver a ganarme mi puesto”, agregó el yaracuyano.

Pero Scutaro es persistente. Con los Azulejos debió reaprender a jugar a diario en el short y a batear en lo alto de un lineup de las mayores. Con los Medias Rojas derrotó la duda sobre sus aptitudes y la capacidad para ejercer el oficio en el duro Fenway Park. Y ahora, con los Rockies, ha debido readaptarse a la intermedia.

“Eso me ha dado la fuerza para seguir cada año, y mejorar y mejorar”, continuó el nativo de San Felipe. “Gracias a Dios, he podido cambiarle la mentalidad a muchas personas. Pero hace 10 años me hubieras preguntado si iba a pasar 10 años en las grandes ligas y te habría dicho que estabas loco. Le doy gracias a Dios por las oportunidades, por la salud y porque lo he sabido aprovechar”.

Scutaro comenzó la zafra como uno de los seis venezolanos en roster activo de Colorado. Sigue siendo callado, desde que comienzan las prácticas hasta que terminan. Pero no es un pelotero cualquiera.
Los rocosos le buscaron en el receso invernal, para solucionar su grave carencia en la intermedia. El manager Jim Tracy decidió aprovechar la paciencia del criollo para hacerle abrir la alineación.

Su orgullo no es haber brillado en los playoffs con Oakland. Se siente agradecido por haber hecho dobleplays con Dustin Pedroia y ahora con Troy Tulowitzki. Pero cuando escoge los principales momentos de su carrera, vuelve al discreto esfuerzo que a fin de cuentas caracteriza cada sesión de práctica, cada turno al bate, cada hora que pasa en el diamante.

“Primero, llegar a las grandes ligas”, respondió. “Y segundo, establecerme como un jugador de todos los días, después de tanto tiempo como utility”.

Ya tiene 36 años de edad y no pocas canas. Tiene también cinco campeonatos como titular, contando este. Y tiene la tarea de abrir los rallys de los Rockies.

Hace mucho que Scutaro dejó de ser un pelotero del montón.

El dato:

Marco Scutaro cree que sacarle seis o siete pitcheos al lanzador contrario es una forma de ayudar a sus compañeros, aunque falle el turno. Pero de vez en hará swing al primer envío, pese a ser primer bate. “Así el pitcher no estará seguro de que siempre agarro el primer pitcheo”, señaló

Esa pregunta obligada

Bastó que Marco Scutaro escuchara la frase “Esta última es una pregunta obligada” para que, antes de oír cuál era esa interrogante, exclamara: “No la voy a responder. ¿Qué si voy a jugar en Venezuela? No la voy a responder”.

Todos los periodistas le inquieren lo mismo, a él y a otros que, como él, a pesar de que son titulares en las mayores, durante muchos años fueron figuras emblemáticas del circuito local.

“Los fanáticos no tienen ni idea del amor que siento por jugar en Venezuela”, confesó el yaracuyano. “Al jugar allá he sentido cosas, durante los juegos, que ni siquiera he sentido en las grandes ligas. Una emoción, unos deseos de ganar, cosas increíbles. Después de tantos años, todavía me sorprendo. Pero hay etapas en tu carrera. La edad no es la misma. Uno tiene que cuidarse. El cuerpo no te responde igual y la recuperación de un día para otro no es la misma. La prioridad es la salud y la familia, porque ya uno también tiene hijos”.

Sea. No más preguntas.

Publicado en El Nacional, el lunes 9 de abril de 2012.

Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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