El infielder mirandino, que se retira este domingo, deja atrás dos décadas de andadura en el beisbol profesional, entre las menores, Venezuela y las grandes ligas. «Es una decisión que he venido pensando desde hace mucho tiempo», aseguró
Edgardo Alfonzo disputará entre viernes y domingo sus últimos encuentros en el beisbol profesional, pero no está arrepentido del paso que está por dar.
«Es una decisión que he venido pensando desde hace mucho tiempo», le dijo al periodista Carlos Valmore Rodríguez, al hablar sobre su retiro del beisbol activo a través de la señal de Deportes Unión Radio.
Alfonzo admitió que «no es nada fácil» dar un paso al costado, pero subrayó que «las lesiones y el tiempo de juego», a su edad, son motivos suficientemente poderosos para vencer la nostalgia de dejar atrás sus dos décadas como pelotero.
«Estoy muy agradecido, pero no me voy completamente», advirtió el otrora astro del Magallanes y los Mets de Nueva York. «Voy a seguir en el beisbol como coach, como manager, como sea».
El infielder fue campeón varias veces con los Navegantes y en dos oportunidades, una de ellas como refuerzo, también celebró el título con los Tigres, su actual divisa.
«Me voy muy agradecido con lo que Dios me ha dado y con lo que he podido hacer aquí, en Venezuela», agregó el dos veces ganador del premio al Regreso del Año.
«Estoy muy orgulloso, muy contento por las muchas cosas buenas que me han sucedido en mi carrera», continuó. «Estoy especialmente agradecido con los Tigres, que decidieron apostar cuando nadie creía en mí, el año pasado».
Alfonzo salió de los turcos, la novena de casi toda su carrera en la LVBP, cuando la gerencia decidió ponerle en libertad, tras algunos intercambios a través de la prensa.
El antiguo Bate de Plata en las mayores escogió algunos de sus momentos favoritos en el beisbol: «Fue muy especial jugar la Serie del Subway contra los Yanquis (en 2000), ganar la final contra el Caracas (en 1994) y al Lara (en 1996). Siempre tendré eso en mi corazón».
No obtuvo todo lo que deseaba, a pesar del brillo de su recorrido.
«Me faltó una Serie Mundial», admitió. «Pero Dios sabe lo que hace y le estoy agradecido por todas las bendiciones que me ha dado en mi carrera».
La merma de sus condiciones físicas, a los 39 años de edad, precipitó la marcha, llevando al alto mando de Aragua a anunciar su adiós, el miércoles.
«Sólo puedo jugar como designado», razonó. «No me siento a gusto, por los dolores que tengo en las piernas. He pensado que es la hora de darle la oportunidad a los muchachos».
Este domingo le rendirán homenaje. Coincidencialmente, se irá en un partido contra Magallanes.
«Ahora quiero disfrutar de la familia», concluyó. «Quiero ver qué sucede más adelante y estar preparado para lo que sea».
Hice esta nota con las declaraciones que Edgardo le dio a Carlos Valmore Rodríguez en el programa El Cerrador.
