EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
No ha habido equipo más noticioso en los últimos días que los Tiburones de La Guaira. Nuevo gerente general y nueva estructura en su oficina. Nuevos peloteros y ahora una cueva sin capitán. Nuevo manager y nuevo cuerpo técnico. Y un nombre en especial por encima de todos los que asoman: el de Henry Blanco.
La cabeza del nuevo proyecto no es Blanco, en realidad. Es César Collins. Y en manos de este joven ejecutivo, ciertamente, está la posibilidad de que estemos frente a una época para los salados, y no ante una etapa más.
Porque las etapas han venido y se han ido sin frutos, tras la época de La Guerrilla. Pasaron las etapas de Salserín, de Carlos Subero, de Buddy Bailey y de Oswaldo Guillén.
Blanco, sin embargo, tiene la posibilidad de ser la mano ejecutora de este nuevo proyecto. Y de todas las opciones, es posiblemente una de las mejores que podían encontrar.
Ya probó en la LVBP que es un buen dirigente, con los Bravos de Margarita. Comenzó con récords negativos en la primera parte de su trayecto en la isla. Pero mejoró a 32-31 en la 2018-2019, faltó a la justa siguiente debido al affaire de la OFAC y tuvo foja de 20-20 en la zafra 2020-2021, su última en Venezuela.
No son números brillantes y nunca fue un claro candidato al título. Pero tampoco tuvo una nómina comparable a otras novenas. Sus habilidades están en el campo de lo menos tangible. Y su principal rédito es haber logrado lo logrado con muy poco a disposición.
Es un piloto joven, que maneja en las Grandes Ligas aquellos avances que el nuevo análisis ofrece con sus estadísticas, computadoras y radares. Pero también es un veterano que maneja la vieja escuela, porque creció como catcher sesudo y aguerrido.
Fue un líder como pelotero y no parece haber perdido esa característica después del retiro. De él se habla siempre con respeto. Y lo que dice suele ser capital, pero nunca mal dicho. Exige responsabilidad y respeto, tanto como ofrece ambas cosas.
Tiene buena prensa, además, y eso importa. Sabe manejarse ante los medios como hasta ahora ha sabido hacerlo ante los jugadores. Porque expresarse correctamente ayuda hacia adentro y hacia afuera, pensando en el éxito de un proceso.
Tener todo eso no es garantía de triunfo. Y recordemos que triunfo, para los Tiburones, a estas aturas, solo significa la corona. Pero está claro que tenerlo es el comienzo necesario y deseable. Sin tenerlo, la garantía es un fracaso más.
La influencia de Blanco probablemente resultó instrumental para contar con Edgardo Alfonzo como coach de banca. Y si se suman Richard Hidalgo y Endy Chávez, posiblemente sea por tener a bordo ya a esos dos.
Construir un cuerpo técnico con liderazgo y credibilidad es fundamental en todos los casos. Pero lo es todavía más cuando se trata de una franquicia que arrastra décadas perdidas y años de rebeliones y disgustos en la cueva.
Blanco tiene algo que a este columnista le gusta especialmente. Si tiene las piezas, es capaz de ser agresivo, aunque mantenga a su lado el reporte analítico. Sus clubes suelen salir al robo con más frecuencia que la media de la LVBP. Usa la nueva escuela sin olvidar los momentos en que se debe emplear la vieja. Y tiene buen ojo para manejar a sus lanzadores, como estupendo receptor que fue.
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El nativo de Guarenas parece ser una buena respuesta a parte de las cuitas de La Guaira. Pero ojo, que este es apenas el comienzo.
Los escualos necesitan que el apoyo presupuestario sea una realidad. Que se traduzca en mejores importados, refuerzos con nombre y capacidades probadas en otras ligas. Que los jugadores vuelvan a sentirse importantes, tanto como deben sentirse parte de una causa común.
Esas cosas dependen de Blanco y más arriba dependen de Collins. Pero sobre todo dependen del grupo de accionistas, que son los dueños de la última palabra. Aquí la han tenido y por eso han anunciado el inicio de los cambios. Y al menos en este comienzo de camino, han empezado con buen pie.
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Totalmente de acuerdo, esperamos que con esta gerencia se traigan los importados que realmente se necesiten, no como sucedió en esta temporada con ese 3era base que no hacía falta. Una nueva admon y ojalá una nueva mentalidad LA GANADORA, que es lo que le hace falta a Los Tiburones
Suerte a Henry Blanco en la nueva etapa o era del equipo.
Es Henry Blanco la solución de los problemas en La Guaira?
Cómo saber eso?
Solo será un manager que hará lo posible por ganar juegos. Dejen a la guaira tranquila.
Cuando contrataron a Oswaldo Guillén todos pensaron que ahora si había llegado el momento del resurgir.
Los milagros están en la Biblia…ni bravos ni tiburones harán nadaaaa..guarda esto Ignacio Serrano. La final 2022-2023..tiene solo 3 opciones:
1. Magallanes vs caribes. Campeón magallanes
2. Magallanes vs Lara..campeón lara
3. Lara va caribes.. campeón caribes
Lo milagros existen en la BIBLIA!!