Por Marcos Grunfeld
La última vez que la delegación de los dueños de los equipos de las Grandes Ligas se reunieron con los peloteros, un vocero de la MLB calificó como «punto muerto» el lugar donde se encuentran las negociaciones con el sindicato para lograr un nuevo contrato colectivo. El propio presidente de los Yanquis de Nueva York, admitió que la situación es preocupante.
“Esto es horrible», dijo Randy Levine en el Show de Michael Kay en ESPN. «Tenemos que intentar más vehemente para solucionar esto”.
El sector liderado por Rob Manfred no estuvo satisfecho con la última propuesta de los jugadores. La acera de Tony Clark no cedió en expandir la postemporada a 14 equipos, como habían reportado en la prensa especializada. En cambio, accedieron a darle el poder al comisionado de la gran carpa a aprobar para 2023 la eliminación de las formaciones especiales a la defensiva, el reloj de pitcheo y la implementación de bases más grandes.
En los demás puntos se mantuvieron firmes.
“Hace 5 años, el Sindicato hizo un trato con los equipos», añadió el ejecutivo de la Gran Manzana en el podcast. «Ellos tomaron decisiones y eso llevó al actual sistema económico con el que ellos no están contentos. Pero eso fue una decisión que ellos tomaron hace cinco años. Algunos de los representantes del Sindicato que negociaron en aquel momento, están hoy otra vez en el comité de la Asociación. Pero eso está en el pasado”.
Las dos partes sienten que han cedido bastante para llegar a un feliz término, pero faltan tres aspectos por dirimir. Los peloteros quieren un fondo de 80 millones de dólares como bono para los peloteros que aún no son elegibles para el arbitraje. También desean un aumento del sueldo mínimo a 725 mil dólares y el punto más crítico es el umbral del impuesto al balance competitivo que quieren que aumente entre 238 y 263 millones de dólares entre 2022 y 2026.
“Los jugadores tienen que definir qué es prioridad para ellos», analizó el también abogado. «Tenemos que entender que si le damos muchos dinero a los peloteros jóvenes, entonces no habrá recursos para jugadores más viejos. Capaz alguien que vaya a arbitraje termine sin un contrato porque no hay suficiente en el sistema. Ellos tienen que medir todo esto y ver qué es lo más práctico”.
“No hay divisiones entre los dueños», continuó. «Capaz hay desacuerdos. Pero todos en nuestro lado están claros que tienen que comprometerse para lograr un acuerdo y negociar. Nadie ha dicho que no va a haber movimientos, pero depende de lo que haga la contraparte”.
La realidad es que el tiempo avanza. Manfred ya canceló una semana de la temporada 2022 y es posible que este martes se vea afectada la campaña hasta el 14 de abril, cuando menos. Cada martes que se avecine en el calendario sin un pacto, se corre el riesgo de que el inicio de la justa sea postergada por siete días más.
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La gran pregunta es hasta cuándo ambas partes van a estirar la cuerda.
“Necesitamos arreglar esto”, enfatizó Levine. “Nosotros no queremos perder ningún juego. Cada partido que se pierde, dejamos de percibir un montón de dinero. No hay nadie que no se enferme del estómago con la idea de perder juegos”.
(Marcos Grunfeld)
