Por Alexander Gómez
La primera vez que subí al palco de prensa del séptimo cielo del legendario Estadio Quisqueya de Santo Domingo estaban todos reunidos: mis héroes de los periódicos, de la radio y la televisión.
Sí, esos mismos que podía leer, escuchar y ver desde mi casa en Moca, en el radio del carro de mi papá cuando regresaba al mediodía y en el televisor Itachi en blanco y negro que me permitió ser testigo de muchos eventos.
Para ese inolvidable invierno de 1994, cubriendo la fuente de béisbol para el periódico vespertino El Nacional, dirigido por Leo Corporán, permanecía en el estadio desde las cinco de la tarde hasta más allá de la medianoche en las noches del invierno beisbolero local.
Uno de esos periodistas que llegaba antes de la hora señalada al palco de prensa era Juan Báez, un personaje robusto como Terrence Man, interpretado por James Earl Jones en la película de “Campos de Sueños”. Un moreno de voz y carácter recio !!
Cuántas buenas noches pasaron en esas temporadas de Lidom, desde la “Clave del Juego”, un programa de postjuego de radio producido por Osvaldo Rodríguez Suncar desde donde me enseñaba todo lo que podía.
A Báez, al que escuchaba en el programa de radio “Lucky Seven en el Aire” y las transmisiones radiales de la MLB, lo había conocido ya en 1993 en un taller de narración de béisbol en el Círculo de Locutores Dominicanos.
En una ocasión en el 1995 en una de esas conversaciones en el palco de prensa se le ocurrió decir que en menos de diez años, que todos los vendedores ambulantes tendrían teléfonos celulares.
Claro, que todos lo miramos y de inmediato el clásico, ayyy sí Juan !!!. Años después me confesó que siempre oía por las mañanas la Voz de América de Estados Unidos en donde habían ofrecido estos datos.
Me enseñó a querer todo lo bueno de Nueva York y de inmediato recalcaba, dije, todo lo bueno. “Recuerda hacer las cosas bien, porque siempre hay uno detrás de tu puesto”.
“El cura vive de la iglesia y como yo vivo de esto, llego más de una hora antes a mis compromisos” eso sí, no le llegues cinco minutos tarde a un reunión porque hasta ahí llegaste.
A mediados de los noventa me invitó a su casa, en el condominio Santurce de Gazcue, para que le enseñara, cómo era este asunto nuevo del internet y la configuración de su laptop nueva. Fue de los primeros en tener una portátil en la crónica deportiva.
Todavía recuerdo la vez que conoció a mi mamá, cuando se presentó y le dijo que yo era su hijo. “Tú sabes, lo que es eso. Lo que le dije a esa señora, que habrá pensado. A tu mamá, que ella si sabe de dónde viniste, logico como todas las madres”
Todos recordamos los cuentos de Juan Esteban sobre Báez, las necias historias de Marcos Sánchez a quienes les aguantó muchas necedades siendo su comentarista en transmisiones de radio.
Lo llamo de vez en cuando para estar seguro que sigue firme ya que es de las personas que conocimos antes del internet, de las que compartimos, que tratamos de seguir sus pasos dentro y fuera de los micrófonos.
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Báez ha paseado su calidad profesional por diversos países latinoamericanos, europeos, asiáticos y africanos, transmitiendo combates boxísticos de Mohamed Ali, George Foreman, Joe Frazier, la memorable pelea entre Miguel Montilla y Antonio Cervantes «Kid Pambelé» en el Madison Square Garden en Nueva York.
Fue uno de los primeros dominicanos en conseguir acreditación como juez internacional de boxeo.
Fue entronizado en el primer fin de semana de septiembre junto a otros once merecedores al octavo Salón de la Fama del Deporte de La Romana.
De la mano, como edecán de su hijo el pastor Juan Julio Báez, narrador de los Toros del Este.
Veinte años de conocernos, ya tienes ochenta…venga para que lo vea !!!!