EL EMERGENTE
Por Ignacio Serrano
Miles de lucecitas blancas se encendieron en el Fórum de Macuto, este miércoles, a las 7:07 de la noche. El público que abarrotaba las tribunas, con emoción, sacó los celulares para grabar el momento tan esperado. Era como si una estrella de la música popular hubiera comenzado a tocar esa canción tan esperada. Era Ronald Acuña Jr., consumiendo su primer turno al bate como homeclub en el beisbol venezolano.
El debut en la LVBP de la joven estrella de los Bravos de Atlanta se ha convertido en una verdadera fiesta popular.
Acuña pautó su primer juego en Venezuela para que coincidiera con la visita del Cardenales a La Guaira. Y no tanto por la relación de afecto que tiene con Lara, donde cumplió con su rehabiltación física y donde juegan varios de sus amigos y parientes. Quería el slugger hacerlo delante de su gente. Y su gente se lo agradeció con aplausos y admiración.
Ya temprano, por la tarde, podía intuirse que algo grande estaba por suceder. A lo largo de la avenida Soublette se veían familias enteras vistiendo los colores de los Tiburones de La Guaira, esperando el por puesto para acercarse hasta el estadio.
Los estacionamientos que rodean el escenario ya estaban casi repletos cuando todavía persistía la luz del sol. Y adentro, en las tribunas, al menos seis millares de personas habían ingresado al sitio cuando aún faltaban dos horas para la voz de playball.
Solo cinco juegos, ese es el permiso que Atlanta le dio a Acuña. Y la respuesta de la fanaticada fue el mejor mentís para quienes protestaron en las redes, diciendo que si solo eran cinco, mejor que no se presentara.
Los que estaban allí pensaban diferente. Los que estaban allí se gozaron la exhibición de poder que el astro de La Sabana dio durante la práctica de bateo. Se gozaron la base por bolas que le sacó al pitcher Néstor Molina en el primer inning. Y estallaron con el ruido de cien bombas cuando el veloz litoralense se zambulló de cabeza en el plato, anotando como una centella desde la inicial, con un doblete de su primo Maikel García.
En los bajos del parque corrió una versión que aseguraba que Acuña había comprado toda la boletería de la izquierda, para asegurarse que nadie de La Sabana faltaría a la fiesta.
El joven slugger, a qué dudarlo, es la figura de mayor nombradía en ese ya enorme listado de peloteros profesionales y grandeligas que han salido del hermoso pueblito varguense. Y en esta primera cita solo faltó el jonrón, ese tablazo que sin duda esperaban las casi 10.000 personas que prácticamente llenaron todos los espacios del estadio.
En cada turno reaparecieron las lucecitas. Dos hits consiguió Acuña para la causa tiburonera, y las imagenes de esos batazos volaron a través de WhatsApp. Pero no pudo repetir la faena de Valencia, el día anterior, cuando hizo historia con un cuadrangular en su primera aparición legal en la LVBP.
Esa hazaña solo ha ocurrido 12 veces en la historia de la liga, un recorrido que ya va por 76 años. Y dos de sus autores estaban frente a frente, porque el shortstop del Cardenales, Jermaine Palacios, también lo logró cuando debutó.
Fue Palacios, justamente, el encargado de enfriar los ánimos de la asistencia. Su Grand Slam del octavo inning sentenció el duelo en contra de los Tiburones. Pero al público le quedó el consuelo de poder aplaudir un hit más de su jugador predilecto.
Acuña está disfrutando este paseíllo. Es evidente. Durante todo el juego se le vio sentado en el muro que protege el dugout, atento y bromeando, con los pies sobresaliendo hacia el terreno de foul. No se puede estar más encima del juego cuando se es bateador designado. Y con todos tuvo gestos, bromas, risas. Con compañeros y rivales, con los que estaban en el campo y con los sentados arriba. Incluso cuando Molina lo ponchó y le ganó un desafío personal.
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Solo cinco juegos, dura el permiso de Atlanta. Aunque por allí corre el rumor de que serán más, que su aparición como emergente en Valencia no es más que un primer bonus-track.
Pero no importa si solo son cinco. Hay una legión de aficionados que estaba esperando por este momento. Cinco son mucho más que cero, y no todas las temporadas hay chance en Venezuela de asistir a la fiesta popular de poder ver en casa, y en acción, a una de las máximas estrellas de la MLB.
(Ignacio Serrano)
Foto: Fernando Odúber / Prensa Tiburones de La Guaira
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Si se encendieron las Miles de luces para verlo poncharse dos veces, los periodistas como la fanaticada, cómo que no tienen memoria o no saben de beisbol, este señor a parte de payaso declaró que el no quería jugar con la Guaira sino con Lara, toda esta declaración está en redes sociales, cómo la Guaira no vendió la ficha, solo coordino jugar 5 juego para poder asistir al mundial, y llegar en forma al JONRÓN Pepsi, dicho por algunos comentaristas y el gerente de la polar en vivo en un juego, por favor no lo agranden porque aquí hay peloteros de más jerarquía y mucho mejor que el cómo: Miguel Cabrera, Altuve, Eugenio, Torres, Ordóñez, Abreu, Zambrano, Hidalgo, y pare de contar con récord que tendrá que romper este señor para poder ser el mejor, tengamos conciencia y no engañen a la gente como periodistas que son, no lo alaben y lo agranden que ahora es que le falta, y recuerden el solo está jugando porque necesita ir al mundial, porque el lo dejo bien claro el quiere jugar con Lara, porque no sacan un titular sobre eso..
No sacamos ya un titular de eso, porque tiene rato diciendo que ese problema se arregló y que ya quería jugar con LG. Cuando estaba molesto, sacamos muchos titulares con eso, si quieres búscalos en elelemergente.com/tag/ronald-acuna. Y por cierto, nadie se pone en forma para un torneo que será en marzo jugando 5 jueguitos en noviembre… pero no seré yo quien trate de convencerte de nada, que tengas buen día