EL EMERGENTE

Por Ignacio Serrano

No es común ver un cambio en la LVBP donde los dos involucrados son grandeligas en ejercicio. Y eso es lo más interesante en el pacto que acaban de realizar los Tigres y los Bravos, traspasándose al pitcher Yonny Chirinos por el campocorto Gabriel Arias.

Chirinos ahora pertenece a Aragua. Arias pasa a ser reserva de Margarita.

Se trata de dos peloteros que pueden marcar diferencia en la pelota invernal, claramente. El lanzador es un tirador de élite para el beisbol del Caribe, con experiencia continuada en la MLB desde 2018 y un estatus que puede permitirle reportarse de inmediato a su nuevo equipo. Y el torpedero es un prospecto legítimo, con un bate alegre y todavía sin un rol en el Big Show que le impida participar en su país.

Hay bemoles en ambos casos, sin embargo. Hay que verles primero uniformados, para creer en su participación.

No olvidemos que Chirinos tiene 7 años sin lanzar en la LVBP, desde que era un jovencito con 22 años de edad. Después de eso faltó al circuito, mientras crecía dentro de la organización de los Rays.

Y tampoco olvidemos que Arias tiene 5 años desde que disputó su única experiencia en el país, entonces con los Tiburones. Luego de eso, se consolidó como una verdadera promesa de los Padres, primero, y luego de los Guardianes. Hoy, al igual que el monticulista, es parte de Big Show.

Chirinos es, potencialmente, una pieza mayor en esta liga. Ya no es el serpentinero a quien cuidaba Tampa Bay y, por el contrario, ocupa un puesto secundario en el staff de Atlanta. Será agente libre en noviembre. Pudiera necesitar los innings que desean de él en Maracay. Y todavía queda por ver qué ocurre después de que salga de su actual encrucijada. ¿Logrará la anhelada estabilidad en las Mayores? ¿O quedará disponible a largo plazo para los Tigres?

Esto último no podremos saberlo sino con el discurrir del tiempo. Pero el derecho parece una apuesta sensata para los rayados, al menos para la venidera justa.

Los Bravos lo entregan porque desde hace mucho no contaban con él. Quedó como una casilla de Excel en el equipo, solamente, un nombre que no aportaba en el terreno, debido a su prolongada ausencia. Se entiende, entonces, que hayan decidido pasar la página y probar con alguien más.

¿Tiene motivos Aragua para pensar que con ellos será diferente? Sí, lo tiene. Chirinos no sabe ahora mismo cuál será su futuro. Posiblemente consiga cuando menos una invitación al próximo Spring Training, pero únicamente ha lanzado 85.0 innings entre las Menores y las Grandes Ligas este año. No parece descabellado que decida mostrarse a posibles interesados mientras sea agente libre. Para eso puede apoyarse en la pelota invernal.

Falta ver si el manager Buddy Bailey podrá contar con todas las piezas que la oficina está poniéndole sobre la mesa. Pero los bengalíes tendrán una gran rotación si eventualmente se unen este recién llegado con otras dos figuras adquiridas hace poco: el bigleaguer Pedro Ávila y el joven Christian Mejías. Porque también cuentan con el veterano Guillermo Moscoso y los importados Austin Drury y Solomon Bates.

Para los Tigres no parece un gran sacrificio entregar a Arias. Llegó meses atrás, en el cambio por Anthony Santander. Pero ese canje sigue luciendo bien si se sustituye su nombre. Queda así: Santander, Jean Pinto y Abrahán Gutiérrez por Chirinos, Mejías y el receptor Rafael Marchán.

Y Arias, ¿jugará con los Bravos? La duda es razonable, por su continuada ausencia en los tiempos en que perteneció a La Guaira.

Es verdad que ha consumido menos de 300 apariciones legales en Cleveland y no tiene todavía un lugar seguro en la Gran Carpa. Pero allá siguen teniéndole en alta estima y será necesario tramitar el permiso.

Puede que la mayor preocupación para Margarita no sea eso, sin embargo, sino el estatus legal del shortstop en Estados Unidos. El propio jugador acaba de declararle a la periodista Trina Ballesteros que deberá permanecer un tiempo en ese país, hasta regularizar su estatus. En estos casos, siempre es pertinente preguntarse si darán los plazos para que pueda hacer el viaje, en caso de estar dispuesto a hacerlo.

Arias es un buen defensor que batea con fuerza y tiene velocidad entre las bases. Es el paquete completo, si puede decir presente. Aunque es probable que los Bravos estén viendo su llegada con un doble parámetro. Si se suma en la 2023-2024, bien. Pero si lo hace en próximos campeonatos, pues también funciona. Después de todo, está llenando el lugar de alguien que tenía 7 años ausente de la liga.

Todo cambio conlleva una apuesta. En este caso, la de los orientales consiste en ver si con este grandeliga obtienen más de lo que recibieron del otro bigleaguer en este largo período en que no se presentó. Para los Tigres, se trata de poner la mayoría de las fichas en la casilla del corto plazo. Si hay un momento para que Chirinos necesite presentarse en la LVBP, ese momento es ahora. Y ello, sin duda, podría darle a Bailey un arma de temer para afrontar la próxima temporada.

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(Ignacio Serrano)

Fotos: capturas de MLB Network

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