A Francisco Álvarez no le ha pesado la responsabilidad de ser cuarto bate en las Grandes Ligas. Por segundo juego consecutivo -y tercera ocasión en su joven carrera- el venezolano fue alineado en ese lugar al orden ofensivo, para confirmarse como uno de los pocos puntos luminosos en el complicado arranque de los Mets de Nueva York.
El jueves, en el primero de la doble tanda contra los Tigres de Detroit en el Citi Field, el receptor bateó de 5-2, con un doble y dos carreras empujadas, aunque no evitó la derrota de los metropolitanos 6-3, en 11 entradas.
Álvarez disparó hit en sus dos primeros turnos del encuentro, incluido el tubey en la tercera entrada ante Casey Mize, que impulsó a Francisco Lindor y Pete Alonso para bautizar la pizarra en el parque neoyorquino. Tras el careo, dejó su línea ofensiva en la naciente campaña en sólidos .421/ .450/ .737, con cuatro extrabases (un jonrón y tres biangulares) e igual número de remolques.
Aunque sólo cuenta con 22 años de edad, el nativo de Guatire ya se muestra como un líder. Luego del batazo productor ante los bengalíes, anclado en la intermedia, volteó hacia su dugout y realizó gestos para subir el ánimo de sus compañeros, afectado por un doloroso inicio de 0-4, que se extendió a 0-5, tras haber disputado cada uno de los desafíos en casa.
SANGRE JOVEN
En la búsqueda por revertir el mal inicio de zafra, el mánager Carlos Mendoza optó por ascender desde el último tercio de la alineación, al cuarto puesto a Francisco Álvarez, siendo seguido por Brett Baty, los dos jugadores más jóvenes del roster.
La intención para el piloto vinotinto rindió frutos, pues Álvarez y Baty fletaron las únicas rayitas del club en el duelo. Sin embargo, en total, los maderos del conjunto de Flushing tan solo han fabricado 11 anotaciones en los cinco primeros compromisos.
El que se ha salido del montón en el frío presente en Queens es Francisco Álvarez. El mirandino es el primer pelotero de los Mets, con 22 velas sopladas o menos, que combina ocho imparables, cuatro extrabases (entre ellos un cuadrangular), cuatro empujadas y tres anotadas en sus primeros cinco encuentros de una contienda, desde Gregg Jefferies, en 1988, de acuerdo con Baseball-Reference.
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«Pedirles a estos bateadores jóvenes, especialmente al comienzo de la temporada, que bateen en el medio de la alineación podría ser mucho, pero me gustan sus turnos al bate”, dijo el piloto Mendoza al New York Post. “Me gusta lo agresivos que son con los lanzamientos en la zona de strike. No están persiguiendo tanto los envíos».
Foto: @Mets