¿Qué ocurre con Félix Hernández, que cada mes de mayo deja de ser el lanzador eficaz que desde la adolescencia lidera la rotación de los Marineros de Seattle?
El «Rey» venezolano tuvo una sólida cosecha en abril, una vez más. Abril es la calenda de su nacimiento –cumplió 23 años de edad el día 8– y también aquella en la que mejor lanza, desde que en 2005 subió a las mayores.
Para ratificar el aserto, esta vez puso marca de 4-0, con una efectividad de 2.38 y una buena relación de 10 boletos y 38 ponches en 36 innings. Pero le bastó sacar el brazo en mayo, el lunes, para salir del encuentro con su primera derrota del campeonato, seis carreras en cinco tramos y ver inflar su estadística personal a 3.38 de promedio.
Los Rangers de Texas quizás aprovecharon la gripe que sufrió el nativo de Valencia, la víspera de su sexta apertura del campeonato. O puede decirse que ejercieron, una vez más, el dominio histórico que tienen sobre los lanzamientos del carabobeño, a quien le han fabricado 58 anotaciones, la mayor cantidad que ha recibido el diestro de equipo alguno en la gran carpa.
Hay más que eso, sin embargo, algo que justifica que Hernández haya llegado invicto al lance y dueño de una cadena de ceros que alargó a 22 durante el partido, sólo para salir castigado con dos vuelacercas y 10 hits.
«Me siento bien», dijo el venezolano al Seattle Times, después del choque y asumiendo la culpa. «Estaba un poco cansado en el cuarto inning, pero eso no es excusa. Cometí un par de errores y ellos me dieron dos jonrones. Dejé algunos pitcheos arriba y me hicieron pagar».
Bien. Así suele ocurrir. Tampoco debe asumirse que Hernández pintará de blanco a sus oponentes en cada presentación. Ni siquiera Zack Greinke lo hará, aunque en este momento parezca que sí. Lo cual no le quita peso a la interrogante: ¿qué le ocurre cuando llega el mes de mayo?
El derecho tiene una efectividad de 3.77 desde que saltó a las mayores. Es un promedio que repite con pocas variaciones hacia arriba o hacia abajo en cada mes. Salvo, por supuesto, en mayo.
El suramericano tiene 5.82 en este mes, contando a partir de 2006 (el año anterior fue ascendido en agosto). Es una estadística que en nada se parece a los números que consistentemente pone en el resto del año.
Esta es la progresión de Hernández: suele tener sus mejores juegos en abril (con 2.79 de efectividad de por vida), decae en mayo (5.82) y se recupera el resto del año, para no deslucir en junio (3.23), julio (3.38), agosto (3.69) ni septiembre (3.89).
La consecuencia de esto es fácil de deducir: mayo es el único mes en el que tiene récord negativo, el único en el que suma 10 perdidos, el único con un WHIP superior a 1.32 (con un horrible 1.62), el único mes en el que ha recibido 70 carreras en contra.
La lista puede seguir, ad infinitum: por ejemplo, los bateadores rivales le batean nada menos que .304 durante este mes aciago.
Hernández no es el primer caso así, y probablemente no será el último. Johan Santana es conocido por sus lentos comienzos; de por vida tiene 3.66 en abril y 4.01 en mayo, todo un contraste con esa efectividad global de 3.07 que hace de él uno de los mejores pitchers de la actualidad.
Santana tiene una respuesta para la pregunta que, repetidamente, se le hace sobre sus discretos inicios: «No tengo explicación».
Tal vez no haya explicación para lo del «Gocho» ni para lo del «Rey». Pero así como el zurdo merideño pudo revertir la tendencia en 2009, al cerrar abril con 1.10 de promedio y 44 ponches en 32.2 innings para los Mets de Nueva York, así el derecho de Carabobo tendrá cinco oportunidades antes de que llegue junio, para también tratar de revertir su habitual bajón de mayo, comenzando cuando suba a la loma el sábado, contra los Mellizos de Minnesota.
Entonces veremos si continúa el misterio.
Publicado el ESPNdeportes.com, el martes 5 de mayo de 2009.
