Un primer bate a la medida

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El manager Cito Gaston diseñó el proyecto que convirtió a Marco Scutaro en el abridor de un lineup más eficaz en su liga.

ARLINGTON– Cito Gaston tiene una rápida salida a la pregunta sobre cómo supo que debía alinear a Marco Scutaro como primer bate: “No teníamos abridor del lineup”.

¿Peor es nada? La frase del manager de los Azulejos, aunque es cierta, no explica lo que vino a continuación. Scutaro es el primer bate con mejor promedio de embasado de la Liga Americana, uno de los cinco toleteros con 40 o más boletos recibidos y, hasta el jueves, el líder en anotadas del joven circuito.

Tantas estadísticas justifican la carcajada que suelta Gaston después de la frase.
Scutaro ha sido eficiente en los dos roles que le asignó el piloto, ambos ajenos al yaracuyano antes de 2009: ser el campocorto titular y quien abre el fuego en la alineación.

El propio Scutaro razona su conversión en uno de los toleteros más eficientes del beisbol y el capitán del cuadro de Toronto.

Gaston corrigió la mecánica en el plato del nativo de San Felipe, haciendo que abriera un poco más las piernas. Le sugirió que fuera al plato con la determinación de hacer swing a un solo envío, “su” pitcheo, y dejara pasar los demás. Le convenció de olvidar sus aprehensiones, no pensar como camarero y retomar sus raíces como campocorto.

En cierto modo, y aunque parezca un juego de palabras, Gaston ha sido el diseñador del nuevo Scutaro.

“Yo sabía que era un buen pelotero, con gran personalidad”, explica el técnico. “Creo que le hizo bien su pasantía por Oakland, porque allá tienen la filosofía de darle gran importancia a embasarse. Y ha hecho un gran trabajo”.

Un largo camino. Ha pasado mucho tiempo desde que Scutaro llegó a las mayores, en 2002, con los Mets. Desde entonces suma ocho temporadas, completas las últimas seis. Pero mucho antes, en 1994, saltó al profesional con los Indios, a los 18 años de edad, siendo un torpedero, no el intermedista que ganaría fama con Caribes, Pastora y, sobre todo, los Leones del Caracas.

“¿Por qué hacen tanto ruido, si Marco siempre fue un shortstop?”, interviene Omar Vizquel, quien, siendo figura de la tribu, le conoció cuando llegó a las menores de los aborígenes.

“Segunda base es mi posición, la que más me gusta, aunque estoy contento por jugar todos los días”, interviene Scutaro. “Creo que me afectó jugar tanto en segunda y tercera cuando estuve en Cleveland. Cuando llegué a las grandes ligas, no estaba seguro de poder jugar en el short. Los Mets fueron los primeros en ponerme allí. Y luego, con los Atléticos, tomé mucha experiencia cuando Bobby Crosby se lesionó”.

Con su desempeño este año, el venezolano ya tiene 334 juegos en las paradas cortas, más que en cualquier otra posición, y únicamente Juan Pierre, en la Nacional, supera su promedio de embasado de .400 entre los abridores de cualquier alineación.

El público tiene a Scutaro como uno de los paracortos más votados para el Juego de Estrellas. No le alcanzarán las planillas para cazar a Derek Jeter, pero sonríe ante la perspectiva de acudir a San Luis entre los suplentes de la Americana.

“¿Y a quién le amarga lo dulce?”, replica. “Claro que me encantaría, pero no lo puedo controlar. El simple hecho de estar entre los cuatro primeros es un orgullo, el reflejo de todos estos años de trabajo. Venezuela es un país que produce grandes shortstops y me enorgullece estar haciendo este papel, aunque no tenga el calibre de esos caballetes”.

Gaston disiente. Después de todo, también tiene una rápida explicación para lo que ha sido el aporte de su primer bate: “Él es uno de nuestros más valiosos”. Y el infielder sonríe, una vez más, antes de confesar: “Lo estoy disfrutando al máximo”.

CUESTIÓN DE MECÁNICA
Muchos aficionados recordarán a Marco Scutaro pararse con los pies muy juntos en el plato, especialmente cuando no tenía dos strikes. Bastó con separarlos un poco más, para encontrar el balance ideal. “No me voy adelante hacia la pelota, espero atrás; la cabeza se mueve menos, se ven mejor los envíos y la rotación de la pelota”, explica el torpedero. “Me han sorprendido un poco tantas bases por bolas, pero estoy haciendo caso a lo que me pide Cito (Gaston). Quiere que se selectivo y agresivo a la vez. Que espere mi pitcheo y deje pasar los otros. Pero hay turnos en que hago swing al primero que me tiran, para que no se acostumbren”. El mayor ajuste ha sido la confianza. “Ahora sé que voy a jugar todos los días. Esa es la clave”.

Publicado en El Nacional, el domingo 14 de junio de 2009.

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Ignacio Serrano
Ignacio Serranohttps://elemergente.com/
Soy periodista y actor, y escribo sobre beisbol desde 1985. Durante 33 años fui pasante, reportero y columnista en El Nacional, ESPN y MLB.com, y ahora dirijo ElEmergente.com. También soy comentarista en el circuito radial de Cardenales de Lara y Televen. Premios Antonio Arráiz, Otero Vizcarrondo y Nacional de Periodismo.

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