Ramón, el hijo de Alex Cabrera, se reportó este jueves y quiere debutar pronto. El manager Tim Teufel evalúa al prospecto de los Piratas para ser el catcher del día inaugural
Ramón Cabrera tuvo que negociar con su compañero Ronald Bermúdez antes de ponerse este jueves el uniforme de los Leones por primera vez.
El último líder bate de la Liga de Florida, de clasificación A avanzada, entró al estadio Universitario con el deseo de vestir el número 38, el que ha usado durante su carrera.
Bermúdez tiene más tiempo en el equipo, ya ha jugado en triple A y la campaña pasada estuvo un rato en la banca de los melenudos, como jardinero suplente. Pero Cabrera insistió e insistió, hasta conseguirlo.
Un detalle nada desdeñable motivó la negociación que el joven receptor describió entre risas: ese número 38 es el que su padre Alex Cabrera usó con el Caracas.
“No voy a decir qué tuve que darle, pero lo conseguí”, sonrió el sucrense.
Cabrera se reportó al parque capitalino en plena condición física, directamente de la Liga Instruccional. Antes de eso, bateó para .343/.410/.471 este año en las menores, asistió al Juego de Estrellas y ratificó su lugar como uno de los más intrigantes prospectos en las granjas de los Piratas.
El manager Tim Teufel conoce el currículo del sucrense y ayer reconoció que el historial del toletero puede crecer pronto.
“Cabrera podría ser el catcher del juego inaugural”, indicó el estratega, que ahora evalúa la idea de usar a Raúl Padrón ese día en la inicial. “También puede serlo (Jesús) Sucre, pues se ha visto bien y está lanzando acertadamente a las bases. Incluso (Carlos) Pérez tiene chance. Pero Cabrera batea a las dos manos y se vio muy bien al recibir en el bullpen”.
El recién llegado asume como “un reto” el desafío de hacer el equipo y defender la genética familiar.
“Es una gran responsabilidad, pero vengo a hacer mi trabajo y a jugar fuerte”, señaló. “Mi papá es mi papá y yo soy yo. Quiero que me reconozcan por lo que soy”.
Eso que Cabrera es entusiasma a los capitalinos, que impugnaron su presencia en la lista de fatiga extrema, porque desean contar con su madero. Y ganaron el caso.
“Vengo a batear mis líneas, a dar tubeyes por los pasillos y empujar a los corredores”, anunció el novato. “Y si engancho una, bien”.
Cabrera rió ante la mención de que su padre aspira a alcanzar algún día el récord de 20 jonrones que implantó Baudilio Díaz. Como el monaguense está anunciado para jugar en diciembre con los Tiburones, su hijo rió al preguntársele si entre ambos podían sumar las dos decenas.
“A lo mejor él da 19 y yo uno”, respondió, divertido.
Al receptor no le importa que le comparen. Está decidido a establecer diferencias. Y tiene un consejero.
“De mi papá he aprendido a tener mucha confianza en mí mismo, a no atorarme ni querer hacer más de lo que puedo”, apuntó. “He aprendido a saber batear según los conteos, defenderme con dos strikes y poner la bola en juego”.
Si hace todo eso, un nuevo Cabrera jugará a diario con los Leones.
José Lobatón es esperado para la segunda o tercera semana del campeonato, informó el manager Tim Teufel
La alineación inaugural de los Leones empieza a tomar forma, aunque el manager Tim Teufel aún bromea al referirse a las ausencias en la cueva.
La posibilidad de ubicar a Raúl Padrón en la inicial y la falta de José Lobatón abre la receptoría a Ramón Cabrera, Jesús Sucre o Carlos Pérez.
Wladimir Sutil será usado como utility, rotando por el cuadro, lo que deja a Gregorio Petit, Marwin González, Leonardo Gil, Carlos Rivero y Daniel Mayora como candidatos para la segunda, tercera y el short.
Teufel explicó que José Duarte o Ronald Bermúdez ocupará el lugar de Adron Chambers, mientras éste continúe con San Luis en los playoffs. Las otras praderas son para Jarod Dyson y Caleb Gindl.
Eduardo Pérez tiene opción de ser el designado. Chad Reineke será el lanzador.
Publicado en El Nacional, el viernes 7 de octubre de 2011.
