¿Cómo mejorar el arbitraje en Venezuela?
Pronto sabremos si en verdad hay un nuevo sistema de competición para la próxima temporada del beisbol venezolano o si, como adelantó el colega Rafael Tejera en Meridiano, no habrá variante alguna.
Nos llama la atención, sí, la escasa popularidad que parece haber tenido una propuesta para ampliar a seis los clasificados y la creación de un “perdedor afortunado” en los playoffs, impresión que nos quedó gracias a Twitter y a las encuestas que abrimos en el blog y en la página de Facebook de El Emergente.
Como sea, no es ese el tema que queremos abordar hoy, aunque también tiene que ver con la reciente jornada de reflexión de la LVBP. Nuestro tema hoy es el arbitraje.
Algunos equipos hicieron duras reflexiones sobre el nivel de los umpires la pasada campaña.
Es posible que buena parte de esas opiniones se hayan debido a la frustración de una eliminación inesperada.
Los Caribes, por poner un ejemplo, no quedaron fuera de la final por causa de una decisión arbitral, sino porque no pudieron completar la faena que tan brillantemente habían comenzado, al triunfar en siete de sus primeras ocho presentaciones.
Otro tanto puede decirse de los Leones. En medio de los peores problemas de la divisa, el manager Rick Sweet, a la pregunta sobre los umpires, respondió: “No perdimos por ellos. Perdimos por jugar mal. Perdimos porque no ejecutamos”. Tenía mucha razón.
Hace rato que venimos sosteniendo esto: el arbitraje venezolano nunca había sido mejor que en los años recientes, a pesar de las manchas –que sigue habiéndolas y se pueden mejorar–.
Hace apenas una década era una rareza que uno de esos hombres de azul saliera del país a ganarse el pan con su profesión. Hoy tenemos a cuatro en las menores, incluyendo a uno en México, y a otro más en la gran carpa, amén de un sexto que acaba de iniciar el camino y espera ir a liga de novatos en 2012.
Los equipos crearon una comisión para evaluar y hacer seguimiento de los umpires. Y está muy bien. Hay jugadores, por ejemplo, que han denunciado, con mayor o con menor ruido, según el caso, que ciertos jueces tuvieron actitudes altaneras hacia ellos.
Alguien que cumpla ese rol no puede, en modo alguno, encarar a técnicos o peloteros; debe siempre ofrecer la otra mejilla, aunque no pierda la firmeza, pues ya luego tendrá el informe posterior al juego para pedir que se haga justicia.
Pero salvo cosas como esta, la preocupación de la liga debe ser, antes que evaluar para sancionar, conseguir el modo de hacer crecer el nivel del arbitraje. Eso jugará a favor de todos los clubes y, por supuesto, ayudará a mejorar el espectáculo.
Ya citamos aquí, hace un tiempo, que fueron los equipos los que decidieron, en la convención anual, reducir a cuatro el número de árbitros importados.
Hubo una motivación económica en esa medida, lo cual no es criticable. Pues bien, si se desea mejorar el nivel de esta área, la meta debe ser traer a más y mejores extranjeros, con experiencia y estatus. Y eso implica un gasto mayor.
Es el mismo caso que ya antes hablábamos, acerca de apoyar los viajes de los venezolanos a los campamentos que gradúan a los umpires de ligas menores.
Las escuadras pueden y deben afirmar la iniciativa de la liga, para que se multipliquen los viajeros. Y para eso, deben invertir. Invertir, incluso, en patrocinarles cursos de inglés, que algunos de ellos se han pagado de su bolsillo.
Recordemos que la paulatina desaparición de la Venezuelan Summer League implica menos actividad para los de azul a lo largo del año, por lo que, si deseamos mejorar el espectáculo, hay que hacer el gasto que permita esa mejoría.
En las manos de los equipos está.
Publicado en El Nacional, el domingo 19 de febrero de 2012
Estoy de acuerdo, la liga tiene que invertir en la formación de umpires, aquí hay buen material pero, como siempre, se debe entrenar constantemente; hay que pulirlos para que podamos mejorar el espectáculo. No es criticable el nivel que se ha mostrado, hay fallas, pero año a año se han ido mejorando, siempre hay un mejor nivel que el año pasado. Pero no puedo creer que la liga, que se dice es cada vez más exitosa, no pueda pagar cursos de inglés a los umpires en formación. ¿Entonces cómo se pretende que se formen al mejor nivel si hasta tienen la barrera del idioma? ¿Y cómo se pretenden comunicar aquí con los umpires importados? No nos podemos limitar a traer sólo los que hablen español porque nuestros umpires no entienden a los otros. No se piden árbitros japoneses pero al menos los mejores que hablen mínimo inglés, que más de la mitad de los jugadores lo hablan, al menos lo básico.
Hay que eliminar las limitaciones para la mejoría de los umpires y se debe empezar ahora mismo que entra una nueva generación. La pelota profesional no sólo se juega con peloteros.